A tu lado

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"Aún a través del dolor que esta vida ha traído consigo, siempre será tu voz la que me cobije y me haga sentir que todo valió la pena" A.B.Remeny


--- Hah... Lan Zhan, espera...ngh...

Entre gemidos, sollozos desvergonzados y jadeos ásperos, el general WeiYing dejó que su esposo hiciera de su cuerpo lo que deseara.

Aferrándose a esos amplios hombros, abrió los rojizos e hinchados labios para recibir el beso de su amante, el leve aroma a sándalo combinado con el almizcle y el sudor de ambos cuerpos, llevando su excitación a un nivel más alto.

--- Lan...Zhan --- habló entre gemidos --- no... más... dale tregua a este general...

Sintiendo como su cuerpo se contraía alrededor de la dureza que lo penetraba sin piedad, besó y acarició el rostro de LanZhan, su mente perdida entre el entumecimiento provocado por el constante abuso y el placer que hacía arder su cuerpo hasta llegar a creer, que podría derretirse si solo hicieran esto un poco más.

No otro, pensó vagamente mientras los escalofríos y la presión anunciaban otro orgasmo seco.

Ya era el quinto de esta noche, su cuerpo no podría soportar más.

Y tuvo razón.

Su espalda se arqueó con fuerza mientras un grito escapaba de su maltratada garganta, la fuerza de su liberación borrando cualquier atisbo de inhibición que pudiera quedar; sus caderas se movieron por voluntad propia mientras el orgasmo lo montaba con fuerza, los espasmos de su interior masajeando el miembro de LanZhan hasta que un calor líquido llenó el interior de un exhausto general.

WeiYing sintió como si su cuerpo flotara mientras los estremecimientos recorrían su cuerpo, el aire no parecía llegar con la suficiente velocidad y su interior estaba tan lleno, que casi juraba aun tener a su esposo en su interior.

Pero él se había retirado y ahora limpiaba su cuerpo con un cuidado infinito.

...

Un segundo... ¿ya lo estaba limpiando?

Increíblemente, le quedaron fuerzas para dejar escapar una pequeña risa. LanZhan detuvo sus movimientos.

--- LanZhan, de verdad eres increíble. Estamos casados desde hace varios años y aun abusas de tu pobre esposo, --- otra risa escapó mientras abría los ojos --- creo que has hecho que me desmayara por un segundo.

Pero su esposo no respondió con su acostumbrado "Mmh". En su lugar, solo miraba el rostro sonrojado y sonriente de WeiYing.

Fue entonces que este pudo apreciar ese algo en la cristalina mirada.

LanZhan jamás había sido alguien expresivo, pero si uno pasaba tiempo suficiente a su lado, podías notar pequeños cambios en él que delataban sus emociones. Y si en algo era bueno WeiYing, era en observar.

Sin ningún toque de diversión ahora, dejó que su esposo terminara de limpiarlo y cambiara las sábanas.

Fue solo cuando estaban de nuevo acostados con frescas túnicas interiores y muy cerca uno del otro, que WeiYing volvió a hablar.

--- LanZhan, ¿qué ocurrió?

Pero él no dijo nada.

Lan WangJi solo podía acercarlo, tratar de encontrar la forma de explicar los recuerdos que vio de Suibian... pero era imposible, más si Wei Ying no tenía recuerdos conscientes del pasado.

--- Un mal recuerdo --- dijo al final.

WeiYing asintió. Luego, con una mano en la fría mejilla, se acercó hasta rozar los rosados labios en una suave caricia.

Renacimiento del loto blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora