XXVIII Alfil a Dama negra pt. 1

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" Como aquel que busca respuestas, camino con los ojos cerrados. Como aquel que encuentra la verdad, camino con el alma rota" A.B. Rémeny



En algún libro, se habrá leído la peculiar teoría de que aquellos inesperados pensamientos, ideas aleatorias que cruzan nuestra mente y que adjudicamos a un instinto primitivo, bien podrían ser advertencias de una versión distinta de nosotros. Un yo futuro que clama esperando ser escuchada, un arrepentimiento gritado al cielo y devuelto en forma de impulso inexplicable.

Quizá fuera eso o quizá coincidencia, pero algo intangible e inexplicable hizo a la figura en la cama moverse inquieta, el profundo sueño que lo había embargado desapareciendo como el humo de una vela apagada.

Poco a poco, el joven de grandes ojos verdes levantó los párpados intentando comprender que lo despertaría, intentado acomodarse nuevamente entre las cómodas almohadas y mantas para retomar su apacible descanso.

Pero fue inútil.

No solo se mantuvo consciente, la creciente inquietud aumento los latidos de su corazón, instándolo a levantarse, a correr lejos de las difusas sombras que llenaban la vacía habitación y que hasta hace un momento atrás, habían sido tan acogedoras.

Entonces lo escuchó, leve, bajo, casi imperceptible si no fuera la noche tan silenciosa.

Xiatian WenNing había vivido en esa casa por un largo tiempo, reconocía cada leve sonido; el crujir de la madera cuando el invierno se acercaba, el rechinar de las ventanas cuando el verano golpeaba con toda su fuerza o los rasguños de las ramas acariciando las paredes por el viento.

Tragando saliva nerviosamente, se levantó del lecho con tanta lentitud como fue capaz, caminando paso tras silencioso paso en el frío suelo de madera hasta que llegó a la puerta cerrada.

Intentó calmarse para que los latidos de su propio corazón no le impidieran escuchar.

No puede ser nada, los sirvientes y guardias notarían si algo malo ocurriera.

Pero aún acercó el oído hasta pegarlo a la puerta ornamentada, agudizando tanto sus sentidos, como era capaz.

Pasaron los segundos... un minuto entero...

¡Ahí!

El leve susurro de tela se repitió, demasiado suave para ser un sirviente caminando por los pasillos, demasiado claro para ser solo el viento moviendo las cortinas.

Con sus manos temblando tanto que fue un milagro que lograra sostener la manija de la puerta, abrió con mucha lentitud, casi esperando encontrar un monstruo terrible del otro lado.

Pero el peligro no llegó de frente y exclamando entre risas malvadas, como en las historias que leía.

¡¡¡Crash!!!

El fuerte sonido del vidrio y madera rompiéndose en pedazos, le hizo gritar y mirar a la fuente del sonido.

Alguien había entrado por la ventana de su habitación, lanzándose contra esta y rompiéndola en incontables trozos.

La oscura silueta se alzó de entre los afilados fragmentos, mirando a su alrededor antes de fijar su atención en el tembloroso joven junto a la puerta.

No hubo advertencia, no hubo un diálogo lleno de drama y aterradoras amenazas. Con solo un leve destello platinado, la silueta corrió hacia el joven, alzando la afilada arma con la intensión de cortar la frágil garganta.

Wen Ning no tuvo tiempo de gritar por segunda ocasión.

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Renacimiento del loto blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora