IX Reina a C5, oriole al acecho

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Reino del noroeste. Palacio imperial Qingheng.

--- Esta será su habitación. Siéntase en la libertad de preguntar si necesita algo.

La mujer sonrió con calidez y desvió la mirada, tímida e insegura, antes de entrar.

--- Gracias, general.

Intercambiando unas pocas palabras más, Hei XuanYu salió del cuarto, cerrando la puerta detrás de sí.

--- Que la vigilancia sea discreta --- instruyó a su segundo al mando.

--- Sí, general.

Aliviado de por fin haber llegado al palacio después varios días de viaje, miró por un segundo la puerta cerrada con una pequeña oleada de ternura hacia la frágil mujer. Era increíble que una noble tan pequeña hubiera logrado sobrevivir tanto tiempo con la información que tenía.

Según las descripciones de la joven, al menos siete personas podrían estar involucradas o tener información de los problemas que tenía el imperio Yun en el este, uno había muerto y el otro estaba en otra zona del imperio. Obviamente, XuanYu había intentado corroborar la información y encontrando que de hecho varios bandidos habían sido encontrados a medio devorar en el bosque que la chica mencionó. Otro de ellos había sido visto en la frontera comercial del este y de otras zonas donde, coincidentemente, también se reportaban secuestros, robos y agresiones a los aldeanos.

Al parecer alguien se había encargado de Hao QiangTse y sus secuaces.

No es como que me moleste la idea, pensó un tanto resignado.

Ahora solo haría falta encontrar a los otros seis. Esta mujer había visto sus rostros, así que, como general, era el deber de XuanYu protegerla hasta que el emperador Yun pudiera interrogarla.

Dando una última inspección a la seguridad del palacio, habló con algunos de sus soldados antes de ir a redactar el informe para su hermano.

Este asunto tomaría tiempo.

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La tímida joven dentro del cuarto, sonrió mientras veía salir al general, divertida con toda esta situación y pensando que esto realmente era muy sencillo.

<<--- ¿Estás segura de esto?

--- Por supuesto ¿Quién podría sospechar que la causante de toda su desgracia, es justo la misma persona que finge ayudarlos?>>

Bai Huanghou tocó su pecho, donde su corazón latía constante. La preocupación de Yue Lan por ella siempre le dejaba una sensación extraña en el pecho, como si estuviera sentada cerca de una fogata o bebido té dulce y caliente.

Era algo a lo que no lograba acostumbrarse.

Encogiéndose de hombros para alejar la sensación, la expresión en su rostro cambió a una de infantil alegría mientras admiraba el lugar. Una gran habitación en colores suaves, dos enormes ventanas con vista al increíble bosque invernal y a las montañas escarpadas en la lejanía, cada mueble tallado con delicadeza y maestría.

Realmente era un lugar tranquilo y hermoso.

---Sí que saben cómo consentir a un invitado --- susurró.

Suspirando soñadora, se acercó a los baúles de viaje para sacar sus pertenencias, guardando cada prenda y alhaja, antes de asearse y ponerse la túnica para dormir.

Renacimiento del loto blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora