El final es solo el comienzo

9.1K 850 179
                                    

Los aromas rancios alrededor llenaban sus pulmones, acrecentando la sensación de ahogo.

Había tanta sangre, tanto dolor.

Era como si cada órgano en su interior hubiera sido frotado con fragmentos de vidrio y luego bañado en ácido. Quería gemir y retorcerse para intentar escapar o aliviar un poco la agonía pero en su lugar, solo tensó más su cuerpo, negándose a moverse aunque fuera un poco.

No lo haré... no permitiré que estos bastardos me vean suplicar...

Un sonido áspero, pesado y forzado, lo hizo girar el rostro, enfocando a las dos personas que arrastraban a alguien como si fuera solo un despojo que quisieran arrojar lejos.

Entonces, cuando la luz de las farolas los alcanzó, Jiang Cheng reconoció a la persona que llevaban.

Todo el aire salió de los pulmones ante la vista en frente suyo, como si hundieran su cuerpo en agua helada de forma repentina, la impresión de hiriente entumecimiento palideciendo su rostro.

Él...Él está...

Parpadeó con fuerza, esperando que el dolor o la fiebre lo estuvieran engañando, pero el cuadro no hizo más que adquirir detalle mientras el hombre era puesto sobre las rodillas y sostenido ahí por los dos hombres de antes.

La blanca túnica estaba cubierta de sangre y tierra, desgarrada en algunos sitios; su antes largo cabello, cortado con descuido y cubriendo parcialmente su rostro, un rostro otrora hermoso, ahora profanado. Tenía un pómulo hinchado y negruzco, fracturado hace tiempo atrás; había pequeñas heridas y cortes cerca de la comisura de su boca y en sus labios. Probablemente le habían abofeteado varias veces para mantenerlo consciente durante la tortura.

Y aún el cabello y la sangre, no pudieron disimular del todo la cuenca vacía de donde un ojo de suave mirada, había sido arrancado con crueldad.

--- ¿Lan Xi... Chen...?

El gemido ahogado de su voz pesaba con tristeza y una esperanza rota de ver su pecho levantarse en una suave respiración... algo que reflejara una gota de vida, un latido errante de un corazón demasiado fuerte para caer... algo...

Desesperado, obligó a su cuerpo a moverse del suelo.

No podía levantarse, sus piernas rotas no se lo permitirían, pero se podían ir al infierno si creían que eso lo iba a detener.

Apretando los dientes para contener una exclamación de dolor, giró su cuerpo boca abajo y usó sus antebrazos como palanca, arrastrándose poco a doloroso poco, sus ojos fijos en ese rostro impasible, su propia respiración agitada produciendo un ruido extraño producto de un par de costillas fracturadas.

--- ¡Oh, mira, sigues vivo! --- Habló alguien a su costado, soltando un pequeño bufido --- De saber que esto sería suficiente para que te arrastraras, lo habría torturado enfrente tuyo desde hace horas.

Varias risas resonaron en el oscuro recinto, los bufones que felizmente observaban la escena y a los que Jiang Cheng ignoró mientras seguía avanzando.

Ya solo falta un poco más.

Solo.

Un.

Poco.

Los pasos se acercaron más a él.

--- Aquí, déjame ayudarte.

Sin mayor advertencia, la persona pateó el costado de la lamentable figura en el suelo, viendo con satisfacción cómo caía y rodaba por los irregulares desniveles de roca hasta quedar boca arriba, muy cerca del líder del clan Lan.

Renacimiento del loto blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora