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Mundo de la cultivación, una semana después del final de la novela:
<< Sangre cálida bajando por su espada hasta tocar la piel de su mano.
La mirada llena de traición en el rostro de A-Yao>>
<< -- Parece que las palabras "hijo de puta" son realmente un gran punto débil para el Líder de Secta Jin, ¿eh? Con razón mataste a ChiFeng-Zun.>>
Lan XiChen suspiró, tratando de enfocarse en la concurrida calle en lugar de en sus sombríos recuerdos.
Hacía un mes desde que salió de reclusión, a insistencia de su tío y su hermano, pero era obvio que fue demasiado pronto y que su capacidad para llevar a cabo sus deberes como líder eran en el menor de los casos, complicado; imposible, si se hablaba con franqueza.
Se sentía ausente, distraído y desconectado del mundo, perdido dentro de sus propios recuerdos en los que ya no sabía si podía confiar.
Había rememorado con tanta frecuencia hasta el más pequeño detalle de su convivencia con sus hermanos jurados, que los recuerdos eran ahora como gastados pinceles incapaces de mostrar trazos claros o consistentes. Las memorias tan teñidas de su propia confusión que cambiaban cada vez que accedía a ellas.
¿Había MingJue-xiong tratado de advertirle o era su propia, y nueva desconfianza, la que modificaba el tono de voz de su amigo en sus recuerdos, tiñéndola de desagrado o sospecha?
¿En realidad Meng Yao lloró la muerte de su hijo o Lan XiChen solo creía haberlo visto llorar porque, ante la muerte de un hijo, era lo que la mayoría haría?
Cada pregunta solo era acompañada por el miedo a estar confundiendo de nuevo las cosas, a estar creando las conclusiones que le dieran alivio en lugar de buscar objetividad y desapego.
Deteniéndose en medio de la calle, miró al polvoso suelo y volvió a suspirar, sin notar las miradas que atraía, sin pensar en la imagen que daba ahí, de pie y luciendo abatido.
Antes siempre fue cuidadoso de dar la imagen correcta del clan Lan, de respetar las reglas que tan cuidadosamente habían inculcado en él. Pero ahora no podía reunir suficiente energía para pensar en ello.
Así que solo se quedó ahí por largos minutos antes de reanudar su caminata, sin mirar a ningún lado en particular, sin escuchar los saludos de los cultivadores que lo reconocieron.
El mundo se había diluido hasta un escenario opaco del que no encontraba la salida.
<< --... para esconder la verdad y también para sellar todos estos espíritus que se volvieron vengativos, el Líder de Secta Jin construyó un templo de Guanyin en estos terrenos.>>
<<Con una débil y derrotada voz, Jin GuangYao comenzó.
-- Er ge, lo siento.>>
El sol estaba en su punto más alto cuando por fin llegó a donde quería. Uno de los varios lugares en su larga lista que solo acrecentaba aquel pesado sentimiento en su pecho.
Ya que regresar a la reclusión habría sido inapropiado, pensó que su única alternativa, quizá, sería esclarecer todo lo ocurrido. Ya había ido a la tumba del hijo de Meng Yao, al estudio en la torre Koi, a las aldeas y ciudades alrededor de la ciudad impura, al paso QiongQi e incluso fue a la ciudad Yu y sus alrededores.
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Renacimiento del loto blanco
Fiksi PenggemarLo último que JiangCheng escuchó, fue el acero cortando el aire, antes de ser decapitado. Cuando sus ojos volvieron a abrirse, los clanes se han transformado en familias, la corte imperial es el nuevo campo de batalla y sus enemigos están detrás de...