El Bar Pirata

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Yo me doy la vuelta para ver quien es la persona que me está hablando en ese tono tan autoritario. Lo miro, es un chico rubio de rulos y ojos verdosos, más o menos de mi altura y bastante fornido.

-¿Disculpa? ¿Tu quién eres? -le pregunto.

-Acabo de verte hace unos minutos. Yo iba con mis amigos y tu caminabas por la calle. Soy el que te pregunto si necesitabas ayuda.

-Ah, eres tu -le digo.

Obviamente no lo iba a reconocer. No lo pude ver con la poca luz que había.

-¿Qué haces aquí? Este no es lugar para una chica como tu.

-Muchas gracias por tu preocupación, pero no es tu problema.

No quiero seguir perdiendo el tiempo con él, asi que me encamino hacia el lugar donde están los camareros. Quiero pedir comida, primero porque tengo hambre, segundo porque si me siento por aquí a comer me dará el tiempo para ver lo que hay a mi alrededor. Veo a una mujer de unos 29 años más o menos con el cabello castaño y ondulado, tiene el mismo pañuelo en la muñeca que todos los demás, por lo que obviamente es parte de todo este grupo.

-Hola, disculpa, me gustaría pedir algo para comer- le digo.

Ella me mira y me sonríe. Por un segundo, al verla bien, me recuerda a mi madre. Así era ella, muy parecida a esta mujer. Incluso tiene un curioso color de ojos miel que se azemejan mucho a los ojos verdes de mi mamá.

-Claro, ¿quieres que te de el menú para que puedas pedir algo?

-Si, muchas gracias.

Ella toma uno de los menús que estaban sobre el mostrador y me pide que la acompañe. Yo la sigo y me lleva a una mesa vacía y desde donde se puede ver todo el bar perfectamente.

-Es la primera vez que te veo por aquí- me dice mirándome algo extrañada.

Yo ojeo el menú mientras pienso que contestarle. No quiero gastar mucho dinero, por lo que elijo lo más económico, hamburguesa con papas fritas.

-¿Podrías traerme una hamburguesa con papas fritas y una Pepsi?

-Claro, pero primero quiero que me digas cómo llegaste aquí -me dice con el ceño fruncido y cruzándose de brazos.

Decido contarle la verdad a medias. Si quiero conseguir respuestas tengo que ganarme la confianza de alguien.

-Tuve un conflicto muy grande en mi casa. La persona que tiene mi tutela jamás se ha interesado por mi. Hoy debía firmar la emancipación y no lo hizo, así que decidí juntar unos pocos ahorros que tenía e irme.

Ella aparta la silla que queda libre en la mesa y se sienta. Parece muy conmovida por lo que le estoy contando.

-Y tus padres? No tienes más familia?

-Mis padres murieron hace unos años atrás. Mis abuelos eran la única familia que me quedaba y fallecieron poco después que mis padres. Quedé a cargo de mi madrina, pero ella solo aceptó para recibir mensualmente el dinero que mis padres dejaron para mi, pero de eso nunca vi un centavo. Todo lo utilizó para ella, nada de eso lo usó para mi.

-Oh dios que tragedia. Pasaste por mucho, sufriste demasiado en muy poco tiempo, en serio lo lamento -dice triste- ¿Tienes dónde quedarte?

-La verdad es que no. Esperaba poder encontrar un trabajo lo más pronto posible y conseguir el lugar más económico que se pueda para vivir, por lo menos un tiempo.

-Mira, hace poco se fue una camarera de aquí y necesito alguien que la reemplace. Y debajo del bar hay una especie de habitación que podrías utilizar si quieres. Yo tengo mi casa aquí abajo y no tengo problema en darte un lugar si lo necesitas.

Me enamoré de un PandilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora