El Jefe-[Narrado Por Val]

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La alarma suena y sé que hoy será un día terrible para mi. No quiero hacerlo, quisiera que hubiera una manera de evitarlo, pero es esto o poner a Holly en peligro. Tiene un blanco en la espalda y se perfectamente que El Jefe tiene matones que no tendrían ningún reparo en acabar con ella y yo...Yo me muero si algo malo le pasa.

Me levanto de la cama, me preparo el desayuno y una vez que está listo me siento a comer mientras no dejo de darle vueltas a las mismas cuestiones. Hasta ayer tenia pensado volver a mi rutina, es decir, desayunar en el bar nuevamente, como solía hacerlo todas las mañanas desde que soy muy pequeño, pero hoy no puedo hacerlo. No puedo ver a Holly hoy, o por lo menos no antes de ver a El Jefe, porque no podría mirarla a los ojos sabiendo que luego aceptaré hacer quien sabe qué atrocidades con tal de alejarla del punto de mira.

Cuando termino de desayunar me visto de negro, como le gusta a Él y me coloco el pañuelo rojo en la muñeca. Me gusta llevarlo, siempre lo tengo puesto, es sólo que estoy tan acostumbrado a usarlo, que a veces me olvido de que lo tengo, creo que es porque ya forma parte de mi. Y una vez que estoy listo salgo de mi casa, tomo la moto, me pongo el casco y me pongo en viaje.
Al lugar al que tengo que ir está mas allá de los "dominios", por decirlo de alguna manera, de los piratas. Está en la playa, en una especie de galpón que pertenece al Jefe y que nadie, excepto quienes hemos sido convocados por él, sabe que existe. Quiero decir, si tu vas por la playa, verás varios galpones, pero jamás en tu vida podrías imaginarte que uno de ellos es una sede de venta de drogas y armas, donde también se tortura y golpea a aquellos que no cumplen con el trato o de quienes se necesita algo y no quieren colaborar. Y si llegases a imaginarlo, no sabrías cuál de todos esos galpones es.

Cuando llego, sus monos (esbirros, secuaces, como quieran llamarlos) están afuera del galpón fumando. Los conozco a todos, pero no me llevo bien con ninguno, excepto Dereck. Tiene mi edad y El Jefe nos reclutó a ambos durante el mismo período, solo que el no pudo librarse del Él. Dereck tiene una niña que en estos momentos debe tener unos 3 o 4 años. En ese entonces todavía no había cumplido un año, su madre los abandonó al poco tiempo que la niña nació y Dereck se las arregló siempre solo. El Jefe lo tenía amenazado con esa pequeña y estoy seguro de que aún lo tiene amarrado por esa razón. Sinceramente eso me hace sentir muy mal porque el no puede ser libre de disfrutar a su hija por culpa de este hombre y si algún día lo descubren y lo aprisionan, esa niña no tendrá ningún lugar donde ir.

Estaciono la moto cerca del galpón y camino hacia la entrada. Cuando Dereck me ve se acerca a saludarme y yo lo abrazo, ya que no volví a verlo por el bar.

-Así que volviste con el rabo entre las piernas -dice Blas.

Odio a Blas. Es la persona más pedante que haya conocido en mi vida, hasta ahora, y por favor, no quiero conocer a alguien que lo supere, no lo soportaría. Cuando me fui de aquí no paraba de repetirme que terminaría volviendo. Y aquí estoy.

-Ya, callate. No habría vuelto si no hubiera alguna persona en el medio a quien debo resguardar.

-Sea como sea, has vuelto y yo tenía razón.

-Eres insoportable a veces, ya cállate -dice el chico moreno (que no conozco) que se encuentra a su lado-. El Jefe te está esperando ahí dentro.

Ellos deslizan la puerta de chapa para que yo pueda entrar. Entro y como siempre, este maldito misterioso está sentado en la oscuridad. Para que no lo vean deja iluminada sólo una parte del galpón, en donde el resto de los mortales debemos permanecer y el se coloca en la parte oscura, da órdenes desde allí.

-Chico, viniste. Debe importarte mucho esa chica.

-Solo ve al grano. Tengo cosas que hacer.

Y es cierto. Necesito ir a ver a Holly. Necesito saber cómo está. Pero temo que este hombre tenga algún "trabajito" inmediato que no me permita verla hoy.

Me enamoré de un PandilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora