Cuando lo escucho hablar sobre golpes, extorsiones, ajustes de cuentas, torturas... No lo puedo creer. Yo jamás pensé que el pudiera ser capaz de todo eso. Si, sabía que Val tiene una parte oscura que se esfuerza mucho por ocultar, ¿pero esto? Jamás ¿Y pretende que vaya con el? ¿A dónde? ¿Qué me asegura que no sea un monstruo como ellos? Si, quizás me pasé al llamarlo monstruo, pero lo dije sin pensar. Se que me voy a arrepentir, pero realmente se me salió de la boca sin que lo pudiera controlar.
Veo su rostro dolido al cuestionarlo y me duelen incluso a mi las palabras que utilicé. Una parte de mi sabe perfectamente que él jamás me haría daño, que hizo todo esto por mí. Pero... ¿no había otra salida? ¿Era necesario llegar a este punto?
-Holly, no me creas si no quieres, no confíes en mi, piensa lo que quieras. Te juro que me duele muchísimo pero eso no importa ahora, lo primero es tu seguridad. Debemos irnos de aquí -dice Val.
En sus facciones hay desesperación, sus ojos están húmedos y de esa manera alcanzo a comprender la gravedad del asunto. Necesito salir del bar, tengo que salir de aquí, pero no estoy segura de que irme con el sea la mejor opción. Entiendanme, tengo miedo. No es fácil enterarte todo esto derrepente. Es como si nunca lo hubiera conocido de verdad. Aunque en definitiva hay una realidad y es que estoy en peligro. Nadie me asegura que no sea él quien me lleve a la ruina, pero tengo que arriesgarme ¿Que si estoy segura? Absolutamente no.
-Entonces, ¿qué propones? -le pregunto seria.
-Tienes que venir conmigo. Nos iremos lejos, donde no dejemos rastro, donde ellos nunca puedan encontrarnos.
-¿Estas loco? ¿Qué piensas? ¿Que podrás alejarla de ellos para siempre? ¿Se pasarán la vida huyendo? -dice Bianca exaltada.
En eso tiene razón. Está bien, si. Supongamos que me voy de aquí con el a un lugar X y nos quedamos allí. Ok ¿Y luego? ¿Qué? ¿Cuánto tiempo tenemos que quedarnos así? ¿Cuanto tiempo tendremos que vivir en esa especie de auto-destierro? ¿Hasta que se cansen de buscarnos? Porque no creo que eso pase en algún momento.
-No Bianca, no nos pasaremos la vida huyendo pero es lo mejor que se me ocurre por el momento. Te prometo que me mantendré en contacto contigo y pensaré mejor las cosas, buscaré otra solución o desplegaré el plan lo suficiente para que sea efectivo, pero tengo que sacar a Holly de aquí ahora, por favor. Estamos perdiendo mucho tiempo.
Lo noto alterado, preocupado. Parece que de verdad se preocupa por mi, por mi seguridad. Y creo que lo único que me queda ahora es aceptar la realidad e irme con el.
-¿Y a dónde vamos? -pregunto yo.
El dirige su mirada hacia mí y me sonríe. Esa sonrisa que tanto me gusta y que me conquistó desde el primer momento en el que lo vi sonreír. Yo le devuelvo la sonrisa.
-No lo sé aún. No tengo ningún lugar que sea mío, pero lo encontraremos de camino.
-Tengo una idea, espéreme un momento -dice Bianca.
Mi tía abre la puerta y se esfuma. Nos quedamos solos en un silencio muy incómodo. No se qué decirle, tampoco se si quiero decirle algo, aún estoy en shock. Él tampoco dice nada, sólo me mira. Ya no tiene su sonrisa habitual, solo lleva tristeza y preocupación en su expresión y así me doy cuenta de que en verdad lo lastimé con lo que le dije.
Bianca vuelve unos instantes más tarde y nos muestra un manojo pequeño de llaves.
-Estas llaves son de una cabaña que pertenecía a mis padres. Ellos la utilizaron durante varios años, pero luego de que fallecieron ya nadie la volvió a utilizar. Nadie aquí la conoce, así que será un lugar seguro. Les advierto que puede estar un poco desordenada y sucia por el paso de los años, yo nunca la he visitado, pero mis papás contaban que es bastante acogedora.
Yo le doy un abrazo a mi tía y no puedo evitar que resbalen algunas lágrimas. La extrañaré cuando no esté aquí. Apenas descubro que tengo una tía y ya debo abandonarla, eso me rompe el corazón, sobre todo porque no se cuánto tiempo pasará antes de que pueda volver a verla. Cuando me separo de ella veo que también está llorando y me da mucha pena. No quiero irme, pero tengo que hacerlo. Si no lo hago no sólo corre peligro mi vida, sino que incluso podrían hacerle daño a Bianca y yo no quiero eso, no quiero que nadie salga herido por mi culpa.
Bianca le da las llaves a Val y el las guarda en el bolsillo de su chaqueta de cuero.
-Hice que trajeran tu moto a la parte trasera del bar, para que nadie los vea irse.
-Gracias -dice Val-. En serio, muchas gracias.
Bianca continúa derramando lágrimas mientras lo abraza. Ella en verdad lo quiere, es como su hermano menor. Se que le duele la situación y que hace un esfuerzo muy grande por no juzgarlo, que intenta con todas sus fuerzas comprender lo que hizo y por qué lo hizo, pero aún así se siente muy mal. Además como mi tía intenta cuidar de mi. Sabe que lo mejor es que nos vayamos juntos y que proteja mi vida, pero tampoco le es sencillo confiar en él después de todo y dejarme ir.
-Cuídala con tu vida, Val. Si algo le pasa te juro que te mato.
-Yo daré mi vida por ella Bianca, no dejaré que nada malo le pase.
Mi tía se separa de él y vuelve a abrazarme a mi. Me susurra al oído que por favor me cuide y que vuelva sana a casa lo antes posible. Y luego de esa corta despedida Val y yo vamos rápidamente a mi habitación. Con su ayuda preparo la misma mochila con la que llegué aquí con ropa que Bianca me regaló hace unas semanas atrás. También me llevo algunas cosas que traje, porque no quiero pasar mucho tiempo sin tener cerca los recuerdos de mis padres.
-¿Tienes todo? -me pregunta.
-Si, eso creo.
Val toma mi mano. Al principio siento el impulso de alejarla, pero luego se me pasa. En esta situación adversa, la calidez de su mano es sumamente reconfortante y no quiero dejar de sentir eso. Salimos afuera de mi habitación y vamos rápidamente a la parte trasera del bar. Allí nos espera la moto de Val. El se sube y me tiende el casco, yo lo tomo, me lo coloco en la cabeza y me subo detrás de él. Pone la moto en marcha y arranca a toda velocidad. Sólo él sabe específicamente dónde queda el lugar de nuestro destino. No se si debo confiar en Val, pero por ahora, es lo único que me queda.
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Me enamoré de un Pandillero
RomanceHolly perdió a sus padres en un accidente que nunca ha quedado claro. Queda a cargo de su madrina, a quien sólo le interesa el dinero que recibe mensualmente por ser la tutora de la muchacha. Holly, cansada de su situación toma una decisión drástica...