El Gato Y El Ratón- [Narrado Por Val]

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Han pasado dos meses y medio desde ese día en el que me desesperé porque no podía encontrar el papel en que tenía anotada la dirección de la cabaña. Desde ese momento me aseguré de revisar bien todo, mi chaqueta nuevamente, todos los bolsillos del pantalón que utilicé ese día, incluso me fijé si por casualidad no estaba en la mochila de Holly, pero nada. No lo encontré por ningún lado.

Le he dado vueltas a muchas cosas en mi cabeza. Pienso todo el tiempo en la noche del incidente en la estación de servicio. Fui un estúpido y un descuidado; en la felicidad que me dio poder agarrarme a golpes por fin con Blas. Tanto el como yo sabemos que tenemos ganas de hacer eso desde que nos conocimos y justo ese día tuve la oportunidad. Pero tampoco dejo de pensar en la tristeza que me dio ver como mi amigo, Dereck intentaba llevarse a la chica que amo, como forcejeaban con ella para meterla dentro de la furgoneta. Quería golpearlo por traicionarme, pero a la vez sabía que no lo hacía con maldad, sino que estaba entre la espada y la pared, al igual que yo, si no lo hacía, su hijita correría peligro. Aunque igual me pregunto si habrá sufrido alguna consecuencia luego de que nos escapamos, ya que... técnicamente fallaron en su misión.

Al principio no dormía en toda la noche sólo por vigilar que nadie entrara a la casa. Nunca estuve tan alterado en mi vida y eso es porque al perder ese papel puse la vida de Holly en peligro.

Si su pregunta es si pasó algo más en estos meses entre nosotros, la respuesta es no. No porque no quisiéramos, sino porque realmente estuvimos distraídos con otras cosas ¿Que si hemos dormido juntos, en la misma cama? No, tampoco. Yo me quedo a dormir en el sofá. Primero porque quiero darle su espacio. Se que todo esto es nuevo para ella y para mi también, pero no sólo por eso. La otra razón es que si duermo en el sillón puedo estar más pendiente de lo que sucede fuera de la casa. En caso de que se de la situación en que alguien quiera entrar a la casa, yo lo sabré primero.
En cuanto a Holly, ella encontró en el armario de su abuela una colección de libros de distintos géneros. Al parecer era una coleccionista fiel de libros. Así que desde el tercer día de estadía en esta cabaña más o menos, hasta ahora, se la ha pasado leyendo libros. A veces viene hacia mí y me lee pequeños fragmentos que le parecen demasiado interesantes como para guardarlos para ella misma, lo cual me parece muy tierno.

Como he dicho, he estado muy preocupado por el tema del maldito papel, pero ya han pasado dos meses por lo tanto estoy más tranquilo, no totalmente relajado, pero ya no tan tenso. Yo conozco a El Jefe de sobra y se que si sus monos tuvieran entre sus manos esa información, no dejaría que pasara ni un minuto más, los habría mandado inmediatamente a capturarnos, sólo para evitar que alguien le saque ventaja. Justamente por eso decidí que no nos fuéramos de aquí, porque me conoce tanto, que sabe que ante la sospecha de que el tenga entre sus manos nuestra ubicación, yo me habría largado de aquí con Holly al instante, es por eso que seguimos en la cabaña.

Veo a Holly por el rabillo del ojo, que se acerca a leerme otra frase de uno de los libros que está leyendo. Yo la escucho hipnotizado. Adoro el sonido de su voz, la forma en la que sus labios se mueven cuando habla... Todo me gusta de ella. Pero igualmente eso es un problema, porque a veces me concentro tanto en ella que no logro retener ni prestarle demasiada atención a lo que me lee, como ahora, que estoy tan deslumbrado por su persona que si me llega a preguntar qué fue lo que me leyó, yo no podría contestarle.

-¿Te gusta? ¿Qué opinas? -me pregunta.

Yo me rasco la nuca nerviosamente. No sé qué contestarle. Pero debo decirle algo si no quiero hacerla sentir mal.

-Me pareció bonito, pero no tanto como tu. Tu belleza opaca cualquier cosa que puedas leerme, aunque pienses que es la más hermoso que leíste.

Ella se sonroja y yo me muero por besar sus cachetes ¿Y por qué contenerme? De verdad quiero hacerlo. Así que me acerco a ella y tomo suavemente su mentón con una de mis manos. Holly se queda mirándome con los ojos muy abiertos, probablemente preguntándose qué es lo que voy a hacer. Acerco mi boca a una de sus mejillas y la beso con calma, tomándome mi tiempo, disfrutando del roce de su piel. Holly sonríe y yo me dispongo a besar su otra mejilla. Y no me esperaba esto, pero ocurre, ella toma mi rostro con sus dos manos y acerca mi boca a la suya. Este es el segundo beso que nos damos, ya que desde el primero, en esta misma cabaña, no nos hemos vuelto a besar. Adoro la pasión con la que nuestros labios chocan, la sensación que siento cuando acaricio su lengua con la mía, todo. Es la segunda vez que la beso y me siento embriagado por sus besos, no quiero dejar de besarla, nunca.

Mi celular empieza a sonar. No quiero contestar, quiero seguir unido a Holly en este beso, pero ella se separa sonriendo.

-Si no contestas no dejara de molestarnos -dice riendo.

Yo suspiro abatido y me encamino a la mesada de la cocina, donde suelo dejar mi telefono. En los meses que han pasado Bianca, la tía de Holly, ha llamado cada cierto tiempo para controlar que todo esté bien, así que pienso que la persona que llama sea ella. No quiero que se preocupe, así que contesto de inmediato.

-¿Hola? -digo pretendiendo no saber quien es.

-Hola chico ¿Qué tal tus pequeñas vacaciones?

Yo me quedo helado. El corazón comienza a latirme muy rápido y juro que jamás he sentido tanto miedo como el que estoy sintiendo ahora.

-¿Quién habla?

-No te hagas el imbécil, sabes perfectamente quien soy.

-¿Qué quiere?

-¿Yo? Oh, nada, sólo avisarte que mis hombres van para allá -dice conteniendo sus carcajadas.

-¿Cómo dice? Usted no sabe dónde estoy.

-Oh, si lo se. Eres tan estúpido que dejaste caer el papel con la dirección en la estación de servicio. Blas va para allá totalmente encantado con la idea de partirte la cara. Si puedes, huye, a mis chicos les gusta jugar al gato y al ratón.

Me enamoré de un PandilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora