Todo Negro

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Han pasado dos semanas desde el incidente entre Val, Samuel y yo. No he visto a ninguno de los dos por el bar y eso me preocupa mucho. He llamado a Val y jamás me contestó. Hice lo mismo con Samuel y nada. Ninguno de los dos quiere verme ni en pintura y no entiendo por qué. No es que yo haya hecho algo malo, realmente no hice nada, ¿o si? ¿No poder reaccionar a tiempo es un delito a caso? ¿Y por qué está enojado Samuel? ¿Porque según el lo ilusioné? El fue quien me besó a mi. Yo en ningún momento le di ninguna señal de que quería que lo hiciera. Que Val esté enojado lo entiendo y sinceramente le doy la razón. Pero a Samuel no. Soy yo quien debería estar enojada con el.

Esta noche abrimos el bar un poco más tarde porque Bianca tenía cosas que hacer y luego del incidente que sucedió la última vez que me dejó sola, ya no quiere que abra el bar cuando no está ella. La gente espera afuera y muchos están bastante enojados por tener que hacerlo.

Abrimos y las mesas se llenan rápidamente y casi automáticamente comienzan a correr las órdenes de litros y litros de alcohol, algunos piden comida, pero es sólo la minoría. Entre tanto trabajo no me doy cuenta de que la mesa en la que siempre se sientan Samuel y Val está ocupada. Por ellos. Samuel no está, pero Val si. Y está muy pegado a Barbi, la pelirroja. Mi corazón comienza a estrujarse y tengo que admitir que siento muchas punzadas de celos.

-Holly, ¡ven aquí! -me llama Barbi con un tono demasiado amistoso, fingido.

Yo intento hacerme la tonta, pero ella sigue insistiendo, por lo que termino resignándome y me acerco a la mesa.

-Si, ¿que te traigo?

-Traenos una cerveza a cada uno, por favor. Estamos celebrando -dice muy emocionada.

Yo miro a Val, porque pienso que la razón por la que ella está tan emocionada tiene que ver con él. No me mira, así que comprendo que tengo razón.

-Muy bien ¿Algo más?

-Por ahora sólo eso.

Yo me voy a la cocina, sirvo las cervezas y se las llevo a la mesa. Cuando llego Val no está. Pienso que quizás se fue, pero no.

-Buenas noches a todos. Hoy vengo a cantarles una canción que tiene mucho significado para mi en este momento, quizás ahora más que nunca. Espero que la disfruten.

La gente comienza a aplaudir y la música suena. Val canta con esa voz tan hermosa que tiene y que tantas cosas provoca en mi.

Y la canción es... Simplemente hermosa, pero a la vez triste. No comprendo completamente por qué decidió cantarla, pero tengo que admitir que me encantó.

El público estalla en aplausos y gritos de aliento. El sonríe tocando su labio superior con la lengua, ese gesto que desde que lo conocí me parece tan sexy.

-Esa canción fue dedicada a Barbi. Muchas gracias por estar cuando más te necesite, hermosa.

Mi corazón se rompe en seguida en mil pedazos. El pecho me duele y siento una presión tan fuerte que incluso siento ganas de arrancarme el corazón, pero sé que eso no funcionará, porque me duele el alma. No puedo creer que se haya subido a cantar y encima de todo le dedique la canción a ella. Han pasado solo 2 semanas, ¿y ya se ha olvidado de mi? De lo que siente por mi, de lo que me dijo que estaba dispuesto a hacer por mi, de lo que yo siento por él ¿Tan poco significó todo eso para el? Porque yo aún no lo olvido y no creo que pueda hacerlo.

Val se baja del escenario y Barbi corre hacia él. Ya no es como antes. Si Barbi se le acercaba y lo abrazaba, por ejemplo, el se quedaba inmóvil, no movía ni un músculo y esperaba a que ella lo soltara. Pero ya no. Ella lo abraza y el le devuelve el abrazo con una calidez que incluso me da envidia y celos, yo jamás me había sentido así, sólo con el.

Los veo besarse y eso ya es demasiado. Las pocas lágrimas que logré contener hasta ese momento se apropiaron de mis ojos y comenzaron a humedecer mis mejillas. Val me ve y su cara se entristece, pero rápidamente se encamina hacia su mesa, tomando a Barbi de la mano, ignorándome completamente. Él sabe perfectamente por qué estoy llorando, pero parece que no le importa.

Yo me voy hacia la cocina y dejo las bandejas ahí. Me siento mareada, demasiado, siento que en cualquier momento me voy a desmayar. No hay nadie aquí porque es el momento que todo el personal de la cocina se toma para comer.

-¿Pastelito? ¿Estás bien?

-No, tía, no me siento bien. Estoy muy mareada.

-¿Por que tienes los ojos tan hinchados? -pregunta levantandome el rostro- ¿Por qué lloras nena?

-No te preocupes tía, no es nada. Sólo no me siento bien.

Ella toca mi frente y frunce el ceño.

-Tienes fiebre Holly. Deberías ir a descansar. Yo me encargaré de todo, tu no te preocupes por nada.

-Pero hoy estaba perfecta ¿Por qué estoy así ahora?

-He visto lo que pasó con Val hace un momento y entiendo perfectamente como debes estarte sintiendo. Y en las últimas semanas te han pasado demasiadas cosas. En algún momento tienes que dejarlo salir, porque estás conteniendo todo lo que sientes.

-No quiero dejarte sola -digo levantandome.

Pero en cuanto me levanto veo todo negro. Me invade la desesperación porque no entiendo qué me pasa. De repente siento todo mi cuerpo frío y pierdo la conciencia.


Me enamoré de un PandilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora