Hace días que no hablo con Val. Ni siquiera lo saludo. Se pasa aquí la mayoría del tiempo y suele pedir más bebidas y comida de lo habitual, pero jamás le hablo, sólo hago preguntas de manera general y les digo la cuenta a todos, sin dirigirme a nadie en especial.
-Holly -Samuel se acerca a mi.
-Hola Samuel -le digo con una sonrisa.
El comienza a preguntarme que cómo va el trabajo, que tal me siento y demás cosas mientras estoy acomodando el mostrador. Me gusta hablar con él, ultimamente lo hacemos mucho. Siento que nos estamos haciendo amigos. Se me pasó la molestia que sentía por haberme dejado expuesta frente a todos. Me gustó cantar ese día y si no fuera por eso quizás no todos serían tan amables conmigo por aquí.
-Ey Holly te quiero proponer algo -me dice.
-Dime.
-Te gusta mucho Camila, ¿no? Te he escuchado cantando canciones de ellos mientras trabajas y estas concentrada.
-Pues si, me gusta.
-Bueno, mira, hay una canción que me gustaría que cantaramos juntos.
-¿Cuál?- le pregunto emocionada.
-Dejarte de amar -dice orgulloso.
Yo doy un gritito de alegría. Me encanta esa canción, en serio la adoro. Y pienso que cantar con Samuel va a ser algo genial.
-¡Pues claro que si! -digo super contenta.
El se ríe de mi reacción y luego me da un abrazo corto. Me sorprende, pero no me incomoda porque ya siento que somos amigos. Cuando tengo el mentón apoyado sobre su hombro, producto del abrazo, alcanzo a ver como Val me está mirando. Parece enojado, triste y a la vez desepcionado, pero no estoy segura.
-Bueno, ¿te gustaría que nos dividamos la letra para saber qué cantará cada uno?
Yo le digo que si y comenzamos a dividirla. Acordamos juntarnos por la tarde para ensayar antes de que el bar abra en la noche, así estaremos listos. Y me parece excelente.
El vuelve a su mesa y yo sigo trabajando. No hay tanto trabajo como otros días, pero las propinas siguen siendo buenas.
-Holly -escucho que susurran a mis espaldas.
Es su voz, pero no quiero darme vuelta. Se que si lo miro a los ojos me perderé en ellos. No es que esté enojada con él ni nada, pero no me siento a gusto. Me provocó una sensación muy fea verlo besando a Barbi. Me gusta un poco, no sé cuánto, no sé a qué punto, pero tiene novia y yo a eso lo respeto firmemente. El no se me insinuó de ninguna manera, pero tengo que poner distancia entre nosotros, principalmente por mi.
-¿Qué quieres? -le pregunto sin voltearme.
-Quiero saber cómo estás.
-Estoy bien ¿Por qué preguntas?
-Hace días que no hablamos, ni siquiera me saludas.
-Disculpame pero tu y yo no somos amigos ni nada por el estilo. No tengo la obligación de hablarte.
El toma mi mano y me obliga a voltearme. Me encuentro con sus hermosos ojos, sus labios, todo su rostro. Me quedo mirándolo y el también me mira con mucha atención.
-¿Qué tienes? ¿Por qué me tratas así?
-No te trato de ninguna manera.
-Holly, estábamos bien. Nos estábamos conociendo y no nos llevábamos mal y de la nada te pones en esa posición.
Yo no le contesto, siplemente bajo mi mirada. El suspira, coloca sus dedos debajo de mi mentón y empuja suavemente hacia arriba para que lo mire. El contacto de sus dedos me transmite un calor muy agradable y quisiera que no se esfumara.
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Me enamoré de un Pandillero
RomanceHolly perdió a sus padres en un accidente que nunca ha quedado claro. Queda a cargo de su madrina, a quien sólo le interesa el dinero que recibe mensualmente por ser la tutora de la muchacha. Holly, cansada de su situación toma una decisión drástica...