Capítulo 2

719 114 32
                                    

Había llegado la mañana y la señora Jung entraba a la habitación de su pequeño para despertarlo.

- Hoseoki -movió a su pequeño hijo de manera tierna y solo recibió un quejido de parte de este -. Bebito, ya se te hace tarde -bajó hasta sus pies para hacerle cosquillas en la planta de estos -. ¿A que no adivinas quién está abajo esperándote para irse juntos al Instituto?

- Mami, estoy enfermo. Opino que no debería asistir así que dile a quien quiera que esté abajo, que no iré al Instituto hoy -dijo Ho-Seok, mientras se arropaba de pies a cabeza.

Su madre sonrió y se acercó a la puerta de su habitación sin antes dar un pequeño grito que se oyera hasta la sala donde se encontraba el invitado.

- ¡Yoon-Gi, querido, Hoseoki no irá, tal parece que está enfer...!

- ¡En un momento bajo! -gritó ésta vez Ho-Seok apareciendo como si nada en la puerta de la habitación casi aventando a su madre e interrumpiéndola -. Mira, mami, me mejoré de la nada. Dile que no me demoro nada.

Su madre solo sonreía ante aquel acto del pequeño y salió de su habitación cerrando su puerta.

- Hoseoki es un caso -dijo su madre acercándose a la hermosa visita de la mañana.

Min Yoon-Gi era muy querido por cierta parte de la familia Jung desde que se había hecho amigo del menor de ellos. Su madre sabía cuán difícil era para Ho-Seok hacer amigos y no, no era por amargado ni esas cosas, era por la sencilla razón de que Ho-Seok llegaba a ser muy tímido y tenía miedo de que las personas le rechazaran por cualquier motivo. Sólo sus pocos amigos conocían lo alegre y, en algunos casos, lo fastidioso que llegaba a ser Ho-Seok.
De todos sus amigos, el más alejado era Yoon-Gi, pero muy de vez en cuando decidía ir a verlo o buscarlo para irse juntos a la escuela cuando necesitaba algún consejo o algo malo le había pasado. Ho-Seok era quien lo alegraba y su doctor corazón privado.

Ho-Seok no tardó en bajar con su mochila al hombro y su cabello despeinado, cabe recalcar también que su uniforme estaba mal puesto. Está claro que el menor se había arreglado a la velocidad de la luz para así mismo bajar.

- Mírate ese pelo, muchachito -dijo su madre acercándose para peinarlo un poco.

-Mamá, tenemos visitas -susurró.

- No te preocupes, Hobi, tu madre tiene toda la razón en arreglarte. Es más, dudo de que te hayas dado un baño -habló Yoon-Gi mientras sonreía y levantaba sus hombros.

- Na na na, yo si me dí un buen baño, es sólo que vamos tarde. Faltan 15 minutos para que cierren el portón -respondió Ho-Seok mientras le sacaba la lengua -. Ya, mamá, ya estoy bien.

-Mira esa corbata, pareces un pequeño loquillo. A ver, a sentarse ambos a desayunar rapidito.

-No, mamá, vamos tarde. Guárdalo o bueno, empaca el mío y el de Yoon-Gi, lo comeremos cuando nos den nuestro descanso.

La señora Jung miro a ambos chicos y dirigió su mirada a su reloj para asentir y comenzar a guardar sus desayunos y dárselos a cada uno.

- Se lo comen todo, jovencitos -se acercó a acariciar con su pulgar las mejillas de ambos y depositar un beso en la frente de cada uno -. Tomen, dos manzanas para que se la coman en el camino y no lleguen tan vacíos. Buena suerte. Gracias por la visita, Yoon-Gi, ven más seguido.

-Lo intentaré, señora Jung, gracias por atenderme -sonrió.

- Sí sí, muy lindo todo y gracias por aquí y por acá, pero nos quedan menos de diez minutos -Ho-Seok tomo del brazo a Yoon-Gi para empezar su caminata hacia el Instituto.

Su madre solo se limitó a sacudir su mano y pensar en lo feliz que era su hijo cuando se trataba de Yoon-Gi. El pequeño no era así cuando se trataba de Nam-Joon, Ji-Min o Tae-Hyung, él no se convertía en alguien tan eufórico como lo hacía cuando se trataba de Yoon-Gi. Ella muy en el fondo sentía que su hijo podría sentir cosas mas allá por el chico pálido, pero se limitaba a seguirlo creyendo o comentarlo. Era una simple duda y para ella, se quedaría en duda. No porque ella fuera ese tipo de personas que no soportan ver dos niños o dos hombres hechos y derechos tomados de la mano y dándose miradas, en muchas ocasiones, de amor, sólo que tenía miedo por su bebé y la sociedad; tenía miedo de que lo excluyeran y vieran raro así que para ella sería una simple idea y duda que no saldría de ahí.

El Instituto de los pequeños solo quedaba a unos cinco minutos caminando, de la casa de Ho-Seok así que Yoon-Gi tuvo tiempo de contarle sobre su cita con su amor de infancia. Sí, el chico llevaba gustando de esa chica desde que tenía unos ocho años de edad.

- Y ¿qué tal te fue con ella? -se atrevió a preguntar el menor.

- Bien... ¡Muy bien, Hobi! Ella correspondió a mis sentimientos. Estoy tan feliz -el mayor comenzó a dar brincos de felicidad y abrazó al otro... a quien se le estaba arrugando su corazón en ese instante porque la persona que quería estaba demasiado feliz y no era por él.

- Me... me alegra -sonrió conteniendo las lágrimas.

Es que era estúpido, ¿cómo alguien de su edad puede llorar por algo así cuando solo podía ser un simple capricho?

- Supongo que serán algo más que amigos ahora ¿no?

- No -el chico se apartó y volvió a su posición inicial para seguir caminando -, le dije que aún somos muy niños así que esperaríamos unos añitos más, pero de algo estoy seguro y es que la seguiré conquistando como si no supiera que ella también me quiere. Ella merece todo lo bonito. Además, gracias a ti es todo esto.

-¿A mí? ¿Por qué? -preguntó el menor extrañado y dirigió su mirada al otro.

-Sí, tus consejos y todo lo que me decías sobre el amor y bla bla lo puse en practica y funcionó -pasó su mano por el cabello de su amigo y lo despeinó un poco -. Eres todo un galán. Ponlo en practica con alguien que te guste, a ti te funcionará mejor que a mí. Si yo fuera chica, me fijaría en ti por esas cosas tan bonitas que dices y haces. Eres todo un sol, pequeño Hobi.

Y esas palabras... esas palabras llegaron como un puñal envenenado a su corazón.

- Sí...

El pequeño sólo se limitó a bajar su cabeza escuchando cada palabra de su amigo mientras pensaba en lo que el chico había dicho. Es que, si fuera tan fácil enamorar a la persona que él quería, si fuera tan fácil conquistarla. Esa persona era el pelinegro que solo parloteaba de su cita con la chica así que no era tan fácil como el otro le decía.

No, no lo era.

Si tan solo Min Yoon-Gi supiera de los sentimientos de Jung Ho-Seok.

Árbol De Cerezo (YoonSeok/SOPE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora