Increíble que los árboles tengan tantas historias que contar y este, éste árbol no sólo había sido el testigo de esas millares de historias sino que, había sido el cómplice de que miles de parejas se hubiesen unido, pero una de esas parejas había si...
Nam-Joon había decidido visitar a su mejor amigo. El señor Jung Chung-Hee lo había castigado por dos días y no lo había querido dejar ir a casa de los Kim. Los Kim eran la única familia que le caía bien y con quien quería ver compartir a sus hijos.
Nam-Joon tuvo que rogarle a Chung que le permitiera hablar con su amigo, que no saldrían a ningún lado y él cedió.
- ¿Nada? Yo sé que su amor renació de nuevo -sonrió Kim como si él supiera todo.
- ¿Te refieres a "nuestro amor" con el "su" o sólo el amor de uno de los dos? -cuestionó el mayor de ambos.
- Me refiero a su amor -Nam fijó su mirada en Seok y sonrió -. A leguas se nota que Yoon-Gi hyung también está enamorado de ti y hace mucho ¿no sabías? ¿no lo has notado? -enarcó una de sus cejas.
- Deja de decir barbaridades, Yoon tiene novia y yo igual -sentenció -. Sun-Mi noona es para él y Blaz para mí. No los hemos obligado a estar con nosotros, llegaron... simplemente llegaron y las almas gemelas llegan así porque sí -comenzó a reír -. Tú lo sabes ¿cierto?.
- Ustedes creen eso. Además, Blaz te obligó a estar con él. Yoon-Gi obligó a Sun-Mi a estar con él y viceversa.
- No, ellos no nos pusieron un arma y nos dijeron "Te relacionas conmigo o te mueres." Creo que confundes las cosas.
- ¿Quién te dijo que obligar es sólo poner un arma en la cabeza o amenazarte con otro método? -cuestionó Kim.
- Eso es obligar o... ¿no?
Ho-Seok ya estaba realmente confundido. Obligar es cuando tú no quieres tal cosa y con una amenaza o sólo porque son mayores de edad debes hacer equis cosa o cumplir tal orden. Eso era obligar para Jung, pero para Kim era otra cosa.
- Obligar no es sólo eso, hyung, obligar puede ser sí, lo que estás pensando o lo que acabas de decirme, pero en asuntos del corazón, obligar es lo que ustedes están haciendo. Mira, te explicaré.
Ho-Seok se acomodó en su cama dispuesto a escuchar a su amigo. Realmente escuchar a Nam-Joon era gustoso pese a que algunas veces no entendía lo que decía. Amaba aprender.
- En el mundo hay unas siete punto cincuenta y tres mil millones de personas y aumentando cada día y cada día. Entre esas personas puede estar nuestra alma gemela, pero en el afán de nosotros por tener a alguien a nuestro lado no esperamos y nos da flojera buscar entre esas siete mil millones así que creemos que nuestra alma gemela está en nuestros países vecinos, pero igual no hay tiempo para buscarla en esos lugares y no creemos que esté ahí así que se descarta -Nam comenzó a hacer un tipo de esquema imaginario con sus dedos sobre la cama de Seok -. Ahora, decimos que de pronto está en nuestro país y aquí hay aproximadamente cinco millones de personas y aumentando así que ¿buscaremos o esperaremos? No, no lo haremos así que descartamos y creemos que nuestra alma gemela es aquella persona en nuestro núcleo de amistad e incluso, familiar así que miramos a esa persona de alguno de esos núcleos y nos mentalizamos que será nuestra y nosotros de ella y comienzan las dedicatorias, endulzar su oído, etcétera, etcétera así que sí, sí obligamos a alguien a estar con nosotros. Las dedicatorias y demás son un método de "obligación" porque ¿Y si tu alma es de Asia o de Latinoamérica o Europa y estás aquí conquistando a alguien que probablemente sea pareja destinada de otra? La estás obligando porque ella no te quería a ti, sólo se sintió atraída por cómo la tratabas. Nada más.
- No lo había visto de tal forma.
- En cambio, Yoon hyung y tú no han necesitado eso. Tú le celebrabas sus cumple años y eso queriendo que se fijará en ti, pero lo que no sabes es que él desde que sin querer dejó que su balón golpeara tu mochila, también se enamoró inconscientemente de ti. Sus ojos lo han dicho todo este tiempo.
- No digas barbaridades -el mayor se giró para no mirar el rostro de Nam.
- No son barbaridades, además ustedes ya están bastante mayorcitos y deberían decirse las cosas frente a frente. Afrontar todo. Él no quiere a Sun noona, tú no quieres a Blaz, ustedes se pertenecen el uno al otro y se harán más daño si siguen en esta tónica.
Ho-Seok no sabía si creer en lo que su amigo decía, él no hablaba con Yoon-Gi y sí, las miradas pueden decir mucho, pero también podrían ser miradas de amistad sincera y pura. Él ya era todo un joven adulto como para seguir creyendo en esas cosas de que "me miró", "me tocó la mano" y demás cosas que te hacían creer que el sentimiento era mutuo.
- Está bien, no diré nada más, pero debes esperar y no apresurarte. Espera por tu alma gemela y no obligues ni dejes que te obliguen.
Nam-Joon se acercó a su amigo para darle un abrazo y besar su frente.
- Te quiero mucho, hyung, y es bonito verte de nuevo. Cambiaste mucho -sonrió dejando notar sus hoyuelos -. Pediré permiso a tu padre para que te deje ir a casa mañana y pasemos un rato agradable junto a todos los chicos luego de que regrese de la Universidad.
- Gracias, Joonie -sonrió.
Nam-Joon tomó sus cosas de la cama de Ho-Seok y salió de la habitación dejando a un chico desconcertado.
- Hice lo correcto -se dijo para sí mismo Nam antes de irse.
"Confundido estoy por usted.
-J..."
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