Tal pareciera que la vida estaba en contra de Ho-Seok en ese instante. Él y su familia debían salir del país por motivos de trabajo de su padre. Al señor Jung le ofrecieron un trabajo como maestro de una Universidad muy prestigiosa de Alemania, pero debía tener todo el tiempo disponible para su trabajo.
Querían que todo su tiempo estuviese disponible para el trabajo a ejercer y para eso ser posible debía vivir en aquel lugar así que como todo padre y esposo, no dejaría a su familia... todos los Jung viajarían y no se sabía por cuánto tiempo.
- Padre, yo no quiero irme, aquí lo tengo todo -suplicaba el menor de la familia tomando la mano de su padre.
- Es una decisión tomada, Ho-Seok -dijo con severidad el mayor.
- Padre y, ¿si me quedo en casa de los Kim? Ya le comenté a Nam y sus padres y dijeron que no había problema. Tú sabes que ellos me quieren mucho y...
- ¡No, Ho-Seok! ¡He hablado!
El grito de su padre provocó que bajaran algunas lágrimas por las mejillas del pequeño. Su madre y hermana salieron corriendo de la habitación principal para ver que ocurría y sólo vieron al pequeñito corriendo hacia su habitación con las manos en su rostro.
- Ji-Woo, ve y abraza a tu hermano. Lo necesita -habló la mayor a lo cual, Ji-Woo asintió y salió tras este.
El señor Jung Chung-Hee, se encontraba reposando en la silla de su estudio mientras bebía su té y leía uno de aquellos libros de aquel escritor que tanto le gustaba.
Su esposa se acercó.
- ¿No crees que eres muy duro con nuestro hijos? Hoseoki no quiere irse y creo que sería bueno que...
- Nos vamos todos -no dejaba de mirar su libro -. ¿Necesitas algo más?
- No, cariño.
La mayor se retiró del lugar y se acercó a la habitación de su hijo. La puerta estaba entre abierta y pudo ver como sus pequeños hijos se perdían entre lágrimas y abrazos. La mayor también sufría, pero no podía hacer mucho, ella debía respetar y cumplir con las decisiones que tomara su marido si estaba involucrada su familia.
- Ji-Ji-Woo, no quiero irme -decía el pequeño entre hipeos.
- Lo sé, pero no podemos contradecir a nuestro padre, además, será una buena oportunidad para nosotros también -su hermana trataba de consolarlo y darle a saber que no era tan malo si dejaban Corea.
- No quiero nuevos amigos, no quiero conocer nuevas personas -el pequeño estalló en lágrimas -... quiero estar aquí contigo, mami, Nam, Tae, Jiminnie, Kook y Yoon-Gi. No quiero conocer a nadie más.
- Hoseoki, no llores más, por favor. Me duele mucho -Ji-Woo sentía que pronto se derrumbaría al ver a su hermano así triste y con ganas de absolutamente nada.
En ese instante, no había nada que lo consolara.
- No quiero dejar este lugar... no quiero dejar a los chicos.
- Ellos te esperarán.
Su madre quien los escuchaba desde la puerta de la habitación de su hijo, lo único que hacía era llorar en silencio y morder su dedo índice derecho para evitar soltar un sollozo fuerte y que sus hijos o su esposo la escucharan.
Ella debía ser fuerte ante cualquier adversidad.
Su esposo la veía desde unos pocos centímetros de distancia sin expresión alguna aún sabiendo que ella y sus hijos estaban sufriendo, pero no dejaría ir tan buena oportunidad que beneficiaba a todos. Chung-Hee se acercó a su esposa y la tomó del hombro.
- Mañana viajaremos en horas de la tarde. Avísale a los chicos para que puedan despedirse de sus compañeros y amigos. Irán por última vez al Instituto -con estas palabras, Chung se dirigió a su despacho para arreglar unos últimos detalles para la instalación de su familia en lo que sería prontamente su nuevo hogar.
Jung Yang-Mi, la señora del hogar, tomó un poco de aire y se acercó a sus hijos para darles la información.
- Ji-Woo, Ho-Seok, viajaremos mañana en la tarde. Arreglen sus maletas desde hoy. Mañana asistirán al Instituto y podrán despedirse de sus amigos más cercanos, compañeros y maestros -Yang-Mi no era capaz de verlos a los ojos -. Por favor, son órdenes de su padre y por lo tanto, espero que acaten la orden que se les ha dado.
Yang salió de la habitación rápidamente antes de que sus lágrimas comenzaran a salir y se rompiera allí mismo frente a sus hijos sin poder ser reparada de nuevo. Se dirigió al baño de visitas para así llorar tanto como pudiera.
Los hermanos sólo se abrazaron más fuerte dándose ánimos mutuamente y a la vez, tratando de asimilar que dejarían muchos bonitos momentos y personas con las cuales compartieron cada uno de esos momentos, sin saber cuando volverían a vivir cada uno de ellos.
"Días buenos, días malos... no, sólo días malos.
-J..."
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Árbol De Cerezo (YoonSeok/SOPE)
FanfictionIncreíble que los árboles tengan tantas historias que contar y este, éste árbol no sólo había sido el testigo de esas millares de historias sino que, había sido el cómplice de que miles de parejas se hubiesen unido, pero una de esas parejas había si...