Capítulo 29

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Los padres creen que el camino que ellos eligen para sus hijos muchas veces es el correcto sin pensar en el camino que sus descendientes quieren crear y sí, se sabe que los padres han tenido más experiencia que los hijos y son los mejores consejeros al momento de ver que sus pequeños necesitan uno cuando se trata de tomar decisiones, pero sólo si ellos se lo piden. Los padres cometen ese error y pese a las experiencias vividas, pese a que también tuvieron padres que no los dejaron crear su propio mundo, hacer lo que realmente querían, no entienden a los menores de su vínculo familiar. Todo lo hacen con amor, no hay que negar eso, pero muchas veces deben dejar que los menores experimenten por su propia cuenta con obvia responsabilidad y dejar que se golpeen con la realidad.

Dejarlos ser.

Dejar que ellos mismos se encuentren.

El padre de Ho-Seok nunca se imaginó tener un hijo con gustos distintos a los de un "verdadero hombre", según él, pero no se le debía culpar por la mentalidad tan pobre que tenía ya que su padre lo había criado de una manera más fuerte que como él crió a sus hijos.

Jung Chung-Hee se encontraba en su estudio, no había querido salir de aquel lugar desde hace dos días atrás... desde que su hijo había partido. Muchos no lo sabían, sólo Yang-Mi su esposa, pero Chung-Hee estaba sufriendo, sufría porque sabía que había lastimado desde el primer aliento a su pequeño hijo, pero una parte de él también le decía que había hecho lo correcto.

Los pensamientos de un padre y una madre nunca los lograran entender los hijos ni personas fuera del vínculo. Lo que sienten sólo lo saben ellos. Lo que quieren sólo lo saben ellos.

- ¿Chung-Hee? ¿Cariño? -Yang golpeó dos veces la puerta del estudio de su esposo -. Voy... voy a entrar.

Cuando Yang-Mi entró al estudio, vio a su esposo sentado en el suelo como todo un niño pequeño viendo fotografías de ellos y de sus hijos mientras sonreía. La imagen de ver a tan fuerte hombre, tan neutral, tan serio y tan severo, sentado en el suelo aún con su pijama puesta y su cabello desordenado era triste de observar, sí, triste, su esposa prefería ver a ese hombre fuerte que no se deja agobiar por nadie y, aunque muy rara vez sonriera, era mejor verlo de tal forma que como estaba en aquel instante.

Derrotado.

La señora Jung se sentó al lado de su esposo estirando su mano para darle un té que había preparado exclusivamente para él. Luego de que su esposo recibiera el té, la señora Jung posicionó su cabeza en el hombro de su esposo y entrelazó su mano con la de este.

- ¿Recuerdas cuando nos enamoramos? -cuestionó Yang-Mi.

- Como si hubiese sido ayer -dejó escapar una risita -. Recuerdo que muchos decían que no duraríamos mucho por la razón de que era y soy un amargado para alguien tan brillante como tú.

- Y míranos, nos casamos y tuvimos unos hijos maravillosos.

Chung-Hee dejó a un lado el álbum de fotografías y miró fijamente a su esposa. Su mirada era triste y desolada.

- ¿Hijos maravillosos?

- Sí, cariño, hijos maravillosos. Ellos no le han hecho mal a nadie o ¿sí? -la mujer tomó ambas manos de su pareja.

- Pero Ho-Seok...

- Es un niño maravilloso ¿verdad? Sé que sabes que es un niño maravilloso y estás orgulloso de él. Mira, es amante al baile ¿sabías eso? A parte de que es el mejor de su clase tanto aquí como en nuestro país -Chung asintió -. ¿Sabías que saca las notas más altas de su clase? ¿Sabías que tiene amigos que lo aman por ser como es? ¿Sabías que ahora tiene una pareja que lo adora?

- Un hombre...

- Exacto, un hombre, pero eso no quita que lo ame y lo haga sentir vivo -Yang abarcó las mejillas de su esposo en sus manos mientras sonreía -. Nuestro Ho-Seok no le ha hecho daño a nadie, al contrario, esos nadie le han hecho daño a nuestro Ho-Seok. ¿Recuerdas a ese árbol de cerezo que nos unió? ¿Que nos presentó? ¿Recuerdas que en ese mismo árbol nuestros padres se opusieron a todo lo relacionado con nuestro amor por ser de clases sociales diferentes? En ese mismo árbol juramos que nadie le haría imposible la vida a nuestros futuros hijos como lo hicieron con nosotros y mira, al final nosotros somos quienes le hemos hecho la vida imposible a nuestros pequeños.

- Pero la sociedad podría lastimar a nuestros hijos si siguen esos rumbos. Un hombre no es bien visto si ama a otro o su carrera se enfoca en el baile. Un hombre se casa y ama a una mujer, un hombre se dedica a la maestría, ingeniería, arquitectura...

- Eso es lo que te decían a ti, pero no era lo que querías ¿verdad? Recuerda esa vez que me dijiste que tu sueño era ser un pintor muy reconocido, pero ese tipo de arte según mi suegro sólo es para mujeres y renunciaste. No hagas lo mismo con nuestro pequeño.

- Yo...

Chung-Hee no aguantó más y se desplomó totalmente en las piernas de su esposa y las lágrimas y el llanto fuerte se hizo presente. Yang-Mi comenzó a sobar su espalda dándole a saber que ella estaba ahí para él siempre y no lo abandonaría.

- Perdón -dijo el hombre entre lágrimas.

- Llora todo lo que quieras, cariño, los hombres también lloran ¿lo ves? A mí no es a quien debes pedirle perdón.

Y es que sí, los hijos nunca sabrán porque sus padres suelen ser fuertes con su crianza, no sabrán que sienten al ver que por las decisiones que toman la sociedad los herirá. No sabrán lo que sienten, no sabrán como sufren.

Su temperamento puede ser serio y neutral, pero su corazón es fácil de destrozar. Padres e hijos deben ponerse en el lugar de cada cual.

Muchos criticaban a Chung-Hee, pero no sabían que debajo de esas capas de piel y nervios que lo cubren, se escondía un niño lleno de sueños frustrados.

Árbol De Cerezo (YoonSeok/SOPE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora