Árbol De Cerezo (YoonSeok/SOPE)

Capítulo 14

Cinco meses habían transcurrido desde aquel día que la familia Jung emprendió su viaje hacia continente Europeo.

Ho-Seok y sus amigos se comunicaban todos los días, no había día en que Ho-Seok no tomara su teléfono o computador para llamar a sus amigos pese a que muchas veces sólo podían ser cortas llamadas de uno o dos minutos por la diferencia de horas.

Hobi salía de su escuela a eso de las 15:00 horas de la tarde y en Corea ya eran las 22:00 horas de la noche. Muy rara vez tenía conversaciones amplias con sus amigos y muy pocas eran las veces que conversaba con Nam-Joon y la verdad, extrañaba mucho a su mejor amigo. Quería un consejo que viniera de él; quería saber como iba su conquista con el presidente escolar; quería reír con él como antes y también quería contarle todo lo que pensaba y por lo que pasaba.
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De Nam-Joon no se hablaba mucho ni siquiera en el Instituto, ni siquiera era un chico al cual le prestaran atención pese a que se destacaba por ser el mejor de todo el Instituto sobre pasando en todos los aspectos hasta a los chicos de último grado. Nam-Joon en lo personal, era un chico algo tímido y que sólo se enfocaba en dos cosas que eran, estudiar arduamente para superarse a él mismo y como no, tener conocimiento tras conocimiento y no quedarse con lo básico y la otra cosa, era la más importante y la ponía en practica minuciosamente y era la de conquistar a Kim Seok-Jin, el presidente escolar, que sólo lo veía como su "pequeño ayudante" sin saber que Kim Nam-Joon lo que quería era impresionarle para que al menos, tocara su cabello, pero ni eso.

Seok-Jin era uno de los chicos de último grado y el popular del Instituto alabado por chicas y chicos por su belleza inigualable. El mayor era alguien respetuoso, pero un respetuoso severo de esos que sólo te dicen "por favor", "gracias" y demás modalidades, pero sin tocar tu mano, hombro o cabello ya que para él o bueno, según la crianza que le habían dado sus padres, sólo se tocaba a alguien cuando de su pareja sentimental se trataba o si era alguien mayor, de lo contrario, ni una hebra de cabello debía tocarse.

Ho-Seok supo desde que ingresó a estudiar con su mejor amigo al Instituto, del amor que tenía su amigo hacia Kim Seok-Jin e intentó muchas veces ayudarlo para que no sólo respondiera con las mismas palabras de siempre cuando su amigo le ayudaba sino que para que por lo menos le sonriera, pero nunca ocurrió.

Al parecer, su grupo de amigos eran a los que cupido flechaba incorrectamente. Pese a que Nam-Joon tenía acercamiento total y era el ayudante de confianza de su enamorado, éste ni una sonrisa le regalaba; Tae-Hyung era uno de los mejores amigos de su enamorado, pero el amor de éste le pertenecía a otro; Ho-Seok era súper amigo de su enamorado, pero éste tenía su novia y sólo lo veía como eso, un "súper amigo"; Jung-Kook recién empezaba con todo esto de estar enamorado de alguien, pero los sentimientos de Ji-Min aun no eran rebelados así que, sería incluido a la lista. Tal pareciera que el único que no tenía problemas con cupido era Park Ji-Min, él era el único que no llegaba con historias de des-amor ni de que lo rechazaran, él sólo llegaba con historias tipo "Ji-Hyun no quiso arreglar su cuarto, Ji-Hyun me obligó a que le hiciera su tarea ya que él no entendía ni siquiera cuando le expliqué, Ji-Hyun, Ji-Hyun blablabla", sólo habían problemas con su hermano.
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Ho-Seok acababa de salir de clase y salió despavorido del aula tomando sus pertenencias y metiéndolas en su mochila para irse rápidamente a su casa. 

El pequeño aún no había hecho amigos así que no veía la necesidad de quedarse más tiempo en ese lugar. A la salida del prestigioso lugar, el gran "Berlin Brandenburg International School", los chicos debían hacer fila para salir en orden y evitar accidentes. Cuando Jung estaba a punto de salir, el chico que se encontraba detrás de él, le entregó una pequeña nota que prefirió leer en su casa.

Ho-Seok sintió una tristeza demasiado inmensa como todos los días desde que había comenzado a estudiar en ese lugar pues, frente a la sede, había un árbol de cerezo idéntico al que estaba frente a su Instituto más querido. Cada que salía, se quedaba mirando el árbol perplejo e imágenes muy conmovedoras se posaban ahí... el pequeño decidió, como todos los días luego de que esas imágenes llegaran, emprender su camino a casa.