- ¿Creíste que no me enteraría? Ya son de veces, Hobi, dos veces que me ocultas lo que harás, ¿no piensas que me duele? Se siente como si te hubiera hecho el peor daño de todos y no quisieras saber nada de mí -dijo Yoon mientras se ubicaba frente a Ho-Seok antes de tomar un taxi.
- Lo siento, no creí que...
- ¿No creíste que me dolería? Sí, duele y mucho. Hemos sido amigos desde hace mucho, tal vez no llevo los años como con tus otros amigos, pero eso no quita lo importante que eres para mí e incluso, quisiera compartir los momentos que compartes con tu novio, pero no es el punto.
- Te tendré en cuenta para la próxima, Yoon-Gi -sonrió.
Los dos jóvenes tomaron el taxi que los llevaría rumbo, según Ho-Seok, a casa de la hermana de su padre, pero Min tenía otros planes. No desaprovecharía ni un sólo instante al lado de Jung.
La vida suele ser una paradoja, un acertijo difícil de resolver. El mundo da miles de vueltas y nunca sabes con que te encontrarás en cada una de esas. Ambos chicos tenían sus parejas, pero eso no quitaba que ambos se quisieran aunque el uno no supiera de lo que sentía el otro.
Ho-Seok a escondidas aún escribía poemas o creaba historias basadas en Min y él, aún sonreía cuando escuchaba su nombre, aún su estómago se tensaba al verlo sonreír cuando se contactaban por el teléfono celular... aún le amaba.
Yoon-Gi había comenzado a crear escritos cortos dedicados a Jung esperando algún poder mostrárselos y sonreír juntos mientras miraban el atardecer. Mientras estaban bajo aquel árbol que unió sus vidas sin previo aviso. Bajo aquel árbol coqueto que le enseñó, por una estupidez suya, la sonrisa brillante de ese chico.
En todo el recorrido del viaje, ninguno había sido capaz de dirigirse la palabra como en los viejos tiempos y era claro, Jung ya tenía dieciocho casi diecinueve años de edad y tenía una pareja la cual debía respetar y Min tenía diecinueve casi veinte, también tenía una pareja y debía respetarla. Ambos internamente se golpeaban y se odiaban así mismos. Ambos quisieran contarse todo lo vivido.
Ambos quisieran decirse cuanto se querían y no soltarse nunca, pero había algo llamado "inseguridad" en cada uno.
- Ya casi llegamos.
- Este no es el camino.
- Sí, lo es.
El taxi frenó. Ho-Seok vio frente a sus ojos el Instituto que vio crecer parte de su vida. El Instituto que le trajo buenos amigos. Vio su infancia brotar en un recuerdo profundo y hermoso. Yoon-Gi se dio cuenta de lo sucedido y sonrío mientras le pagaba al conductor.
- Muchas gracias y por favor, lleve las maletas a esta dirección. Las recibirá Jung Ji-Woo y dele ésta notita -dijo al conductor para después tomar la mano de su contrario -. Vamos, Hobi, ya llegamos -sonrió.
Ambos chicos bajaron del auto.
Ho-Seok no creía lo que estaba viendo, el árbol de Cerezo que tantos recuerdos le traía y tan bonitos momentos vividos en él, estaba ahí frente a sus ojos, tan frondoso, tan florecido. A su lado había un cartel donde habían millares de fotografías donde se encontraban Yoon-Gi y él. Fotografías de su amistad de niños.
- Yoon-Gi yo...
- Espera.
El chico pálido se posicionó frente a él sonriendole y guiñando un ojo para luego tomar su mano y correr hacia el teatro de la escuela.
- No hagas ruido -dijo el más bajito de ambos.
Parecían dos ladrones. El Instituto estaba como un completo desierto, no había nadie a excepción de esos dos jóvenes que corrían como locos hasta el teatro.
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Árbol De Cerezo (YoonSeok/SOPE)
FanfictionIncreíble que los árboles tengan tantas historias que contar y este, éste árbol no sólo había sido el testigo de esas millares de historias sino que, había sido el cómplice de que miles de parejas se hubiesen unido, pero una de esas parejas había si...