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 CAPÍTULO 10 | Mejorando

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CAPÍTULO 10 | Mejorando.

Emma.

Despierto asustada porque mi celular vibraba y sonaba a lo lejos y temo por mi vida porque ya no se cuánto había dormido o si tenía algo que hacer y me olvidé, lo más probable que si eso era verdad el que me estuviera llamando sería Germán y prácticamente estaría muerta.

Tambaleando me levanto de la cama para tratar de seguir el ruido y recordar dónde dejé mi celular, en una esquina había una pila de ropas que no se cómo se había convertido en pila si solo ayer no había limpiado la habitación. Sobre esa pila está mi campera y sé que mi celular está ahí porque anoche de lo muerta que estaba tire mi ropa ahí y me acosté a dormir.

La llamada no se corta por lo que más pienso que es mi representante y al encontrarlo en el bolsillo, lo llevo sin más a mi odio y aprieto la pantalla para atender.

—¡Perdón! ¿Que me olvidé? —contesto sacando el pelo de mi cara y mirando hacia mi ventana, no parecía tan tarde.

—No sé, ¿Por qué? —una voz dudosa me habla del otro lado y sé que no es el pesado de Germán.

Por lo que me tomo un segundo para mirar mi pantalla y ver que era el número de Cristian.

—Ay, perdón. —digo con vergüenza para caminar y sentarme en la cama aliviada—. Pensé que era mi representante...

Escucho una mini carcajada corta de su parte y se me hace raro que me este llamado temprano.

—Bueno, no soy... —comienza y segundos después de silencio habla nuevamente—. Bueno, ¿Te llamaba por si querías ir a desayunar?

Mi ceja automáticamente se eleve, sorprendida estaba.

—Como no pude ir los otros días y hoy me levanté temprano y quería saber si podías, como capaz nos pueden ver... —concluye, y asiento.

Claro, por eso.

Pensé que solo estaba siendo amable. Viro mis ojos, aunque también era amable de su parte que me invite a desayunar, más porque mi panza empezaba hacer ruido.

—Esta bien. —contesto aceptando y pregunto—. ¿Dónde?

Solo tenía unos 25 minutos para darme un baño rápido, vestirme y maquillarme un poco, porque obviamente no iba a ir a cara lavada, más porque estos días estaba muy ojerosa y no se si quería que si alguien nos vea juntos sea a mí desmejorada.

Cristian me manda la dirección diciéndome que va en camino y aunque a mí me quedaba un poco en contra mano el me había comentado por la llamada que era un lugar que más cerca le queda para que después el vaya a entrenar y que era el café más lindo de esa zona.

Tomo mi reloj para ver que marcaban las nueve menos diez y yo tenía que estar en el lugar máximo nueve y media, por lo que olvido el secarme el pelo, con lo que odiaba salir con el pelo mojado, me sacrifico. Tomo mi campera de jeans negra y un anteojos de sol, billetera, celular y las llaves para salir del departamento finalmente.

Angel | Cristian Pavón [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora