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CAPÍTULO 34 | Normalizando las cosas

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CAPÍTULO 34 | Normalizando las cosas.

La luz del nuevo día que comenzaba daba de lleno en la cama dónde los dos aún se encontraban durmiendo profundamente.

No había existido muchas palabras después de lo sucedido y solo habían disfrutado de la compañía del otro o más bien del calor del otro. Era algo nuevo, tanto para Emma como para Cristian. Estaba demás de decir que ninguno de los dos había estado en una relación reciente o cercana para que la compañía del otro en la noche fuera algo nuevo para ellos.

El primero en abrir los ojos es Cristian, acostumbrándose a la luz del día lo primero en ver es la habitación extrañado por un instante, hasta que recuerda lo que había pasado la noche interior. Gira su cabeza para ver la larga, perfecta para él, espalda de Emma. Podía notar como dormía pacíficamente dándole la espalda mientras algunos mechones de su cabello se expandía por la almohada blanca.

Luego de haber estado mirándola por segundos pero con la mente puesta en lo que había pasado, se levanta siendo lo más cuidadoso posible para no despertarla, eso y para que ella no pudiera verlo en pelotas, porque así como habían terminado... Durmieron. Es dónde cae en la realidad que esa mañana igualmente tenía entrenamiento, así qué después de haber encontrado su boxer junto al camisón de Emma, se viste lamentándose que tendría que ir hasta su departamento si o si, ya que no quería llegar al complejo aún con el traje que vistió la noche anterior.

Mientras se prende lo botones de su camisa mira que Emma ni siquiera se había movido, sonríe mirándole de ese perfil, su flequillo tapaba sus ojos y podía notar como tenía ligeramente los labios entreabiertos, parecía estar muy cansada. Trata de colocarse a medias la camisa blanca dentro del pantalón y ajustarse el cinto, vuelve a sentarse con cuidado en la punta de la cama para colocarse los zapatos y empezar a preguntarse dónde había quedado su corbata, su saco sabía que había quedado seguramente en la sala, pero la corbata parecía ser historia o mejor dicho, detalle olvidado. Algo apurado nota que su celular, estaba en el saco que había tirado Emma en la sala, se lamenta en silencio y se dispone de salir de la habitación en silencio.

Haciendo una parada rápida al baño, busca en la sala y efectivamente su corbata y saco seguían en el piso blanco, su celular estaba por apagarse, pero se da cuenta que estaba apretado con la hora y que si seguía perdiendo tiempo llegaría tarde, así que vuelve a la habitación para notar que Emma había cambiado de posición y que está vez estaba boca abajo con su mano extendida abarcando casi en su totalidad la cama. Aún así, se acerca para agacharse y llamarla por lo bajo.

Cuando la mano de Cristian hace contacto con la espalda cálida de ella, agregando que si poder evitarlo él había puesto sus labios en su hombro sin poder evitarlo.

—¿Emma? —insiste, mirándola, los ojos de ella se movían aún cerrados, así que suponía que podría estar despertando—. Emma, me tengo que ir.

Angel | Cristian Pavón [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora