46

3.6K 246 41
                                    

CAPÍTULO 46 |Su cambio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 46 |Su cambio.

11 de diciembre, 23:48

Apurada me levanto de la tina para tomar mi bata ponerme encima y salir casi mojando todo el piso de mi baño, pasillo y parte de la sala para mirar por el rabillo quién me molestaba casi a las doce de la noche.

¿Quién podría ser? Claramente Cristian. No había otra persona que pudiera pasar sin el llamar antes por el portero eléctrico.

Un momento de paz nomás quería en la bañera, un momento nomás.

Tomo aire y saco la llave para abrir finalmente la puerta.

—¿En serio Cristian? —lo miro de mala manera viendo su cara de idiota—. ¿A las doce de la noche? —cuestiono inmediatamente al verlo, pretendia seguir pero me callo al ver que tenía un ramo de rosas, que me hace fruncir el ceño.

—Si piensan que estamos peleados por lo menos que deduzcan ellos que te vengo a pedir perdón con esto... —razona y me hace reír, apenas y bajar la guardia.

—Sos pelotudo... —murmuro y el sonríe también apenas.

Le saco de la mano el ramo que me extendía y abro la puerta señalando que entre y para después quejarme.

—Voy a hablar con el portero porque no puede ser que te deje entrar a cualquier hora.

—Soy tu novio Moura, obvio que puedo hacer lo quiero. —suelta canchero y me giro a mirarlo arqueando una ceja después de cerrar la puerta.

Le hago con el dedo que se calle y le aviso que me iría a cambiar y volvería.

—¿Que onda tu vuelo, te atacaron volviendo? —grita ya cuando pasaba por el pasillo hacía las habitaciones.

—¡Dios, si! —grito más para entrar a mi habitación.

Lo último que escucho es la media carcajada de él para buscar rápido algo cómodo para estar. Cristian ya me conocía en esta etapa, dónde yo no estaba maquillada como estrella ni vestida como si fuera presenciar una alfombra de algo, así que me aliviaba, ya no me avergonzaba mostrar mi cara lavada a él.

Al salir me arreglo solo el pelo, ya que no lo había mojado, me hago un rodete mejor que el anterior y me dirijo a las flores que estaban en la mesita enfrente de la televisión que ya estaba prendida por Cristian obviamente.

—¿Pasó algo que viniste? ¿O? —cuestiono sin mirarlo, estaba ocupado viendo y oliendo las rosas, así que recuerdo que no le agradecí—. Gracias.

Y es donde recién lo miro. De nuevo esa cara de perro arrepentido y rápidamente me preguntó ¿Hizo algo malo que yo ya me olvidé durante el transcurso del viaje?

—Quería hablar con vos.

—¿Y no podías esperar hasta mañana? —cuestiono calmada, el niega con la cabeza—. ¿Y si estaba con alguien? ¿O si iba a salir?

Angel | Cristian Pavón [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora