Angel | Cristian Pavón [1]

21

CAPÍTULO 21 | Pasado no tan pisado.

Emma.

Levanto mi mano rápidamente para llevar a mi cara y apartar un mechón que se me había salido de mi cola mala armada. Trago saliva y aparento sonreírle.

Digo aparento porque no sabía que hacer o decir, no muy bien.

—Hola... —hablo por lo bajo y sonrío nerviosa y con una duda que llega en ese momento—. ¿Como subiste?

La sonrisa que casi había olvidado por parte de Joel se dibuja en su rostro y por un momento me siento como me sentía con él, en casa. Hogar, que había sentido durante nuestra relación.

—Creo que él todavía no me olvido... —me explica también algo nervioso pero sin perder la simpatía.

Imitó su sonrisa torcida y nerviosa asintiendo, hasta que recuerdo que una persona nueva en mi vida ahora, estaba presenciando esto, Cristian.

Aclaro mi garganta y de alguna manera hago espacio para que se puedan ver pensando en como presentarlos.

—Em, Cristian... —lo miro quién parecía algo confundido mirando a mi ex—. Él es Joel, un viejo amigo.

Si, es lo que me sale decir. Igualmente con Joel habíamos quedado que fuéramos amigos así que...

Cristian asiente con una sonrisa apretada amistosa y se acerca a Jo extendiendo su mano.

—Y él, seguramente ya lo conoces...

—Si, se quién es. —interrumpe el mirándolo con la misma sonrisa que me miraba a mi, pero más precavida—. Cristian Pavón.

Observo como se estrechan las manos y después de eso Cristian ríe o hace el intento de reír cuando mi ex lo ubicaba muy bien.

—¿Querés pasar? —pregunto en dirección de Joel, quién seguía en la puerta de mi departamento.

El no parece dudar, ni siquiera cuando mira a Cristian asintiendo. Así que esbozo una sonrisa algo fingida y le hago seña que entre, este lo hace y observa rápidamente mi departamento.

—Bueno, veo que después de mi sos más ordenada... —bromea mirando todo y no sé qué decir.

Mis ojos van de Jo mirando mi departamento a Cristian quién dejaba de verlo para verme a mí, no sé qué decir o que expresar así que el hace una seña con su cabeza.

—Yo me voy Ángel. —anuncia y lo quedo mirando sería, no quería que se vaya, pero su sonrisa me tranquiliza—. Supongo que tendrás que hablar mucho con tu amigo, así que mejor los dejo solo... Pasó a la noche para llevarte a comer.

Me sorprende eso porque no habíamos quedado así que solo asiento.

—Bueno. —digo sonriendo, Cristian se aferra a la correa de su mochila para acercarse y tomarme de las mejillas de la manera más tierna, que obviamente no lo hizo.