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CAPÍTULO 13 |Conociéndonos

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CAPÍTULO 13 |Conociéndonos.

6 de Septiembre, 2018.


Emma.

—¡Mamá te dije que no es necesario! —gritó por quinta vez, para suspirar—. ¡Anda a cambiarte que se nos hace tarde para irnos!

—¡Memi tenés la camisa descosida no vas a salir así! —vuelve a repetir y viro mis ojos y suelto un soplido con resignación.

Cierro la puerta de la heladera después de guardar la botella de agua, tomo mi celular que deje en la alacena para salir de la cocina y ver cómo mi mamá se dirigía a mi habitación.

—¡Mamá en serio, no hagas eso! —digo lo bastante alto para que me escuché—. ¡Voy a usar otra cosa!

No logro entender que me grita desde la habitación pero ya estoy manejando rabia, teníamos pensado salir a comer y ella ni siquiera se había cambiado pero quería coser una camisa que ni siquiera iba a usar hoy.

—¡Ya estoy, ya estoy! —repite desde la habitación y suspiro dejando caer mis hombros.

Cuando estoy dispuesta a ir a buscarle y que deje como estaba mi ropa, mi celular empieza a sonar en la mano, como no quería lidiar con más cosas porque este viernes había sido bastante cargado de aquí para allá con mamá.

—¿Qué? —pregunto sin ni siquiera mirar el número porque no tenía ganas de verlo.

—¿Hola, no es buen momento?

La voz ya reconocida inmediatamente por mí de Cristian me frena en el pasillo de camino a mi habitación y me relajó, por un momento pensé que podría ser Germán con la idea de que vaya ya mismo a su oficina y firme los nuevos contratos para auspiciar ropa.

—Ay, no, perdón. —me disculpo con una risa tonta—. Pensé que eras German.

Escucho un sonido corto, que distingo que es como la casi sonrisa que se le escapa al jugador.

—¿Entonces si podés hablar? —cuestiona por cautela.

Sonrío y giro mi cuerpo para volver a la sala y sentarme en el sofá a esperar a mamá.

—Depende... ¿Pasó algo? —cuestiono, para no parecer que realmente me gustaba hablar con él.

Escuchó antes de que me conteste como se aclara la garganta y estoy atenta a sus palabras.

—No... No, solo quería saber cómo estabas, como mi novia que sos ¿No? —aclara volviendo a lo nuestro y me rio un poco sin contenerme.

—¡Claro, por eso! Estoy bien, muy bien novio. —bromeo al recalcar esa palabra, obtengo lo que quiero porque escucho la carcajada de Pavón—. ¿Vos, como estás?

Angel | Cristian Pavón [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora