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CAPÍTULO 44 | La familia

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CAPÍTULO 44 | La familia.

2 de diciembre.

Emma.

Al llegar golpeo una vez su puerta, me extraña que se escuche muchas voces del otro lado y por momento pienso que debí preguntar o avisar antes de venir.

—¡Emma, hola! —exclama sorprendida y yo también, Luli viéndome.

—Hola, Luli. ¿Como estás? —pregunto rápidamente sonriendo, la saludo con dos besos y ella como si fuera de la familia me abre la puerta invitando a entrar rápidamente.

—Cristian salió hace un rato con mi hermano, así que ya debe estar viniendo... Sentate si querés a esperarlo. —propone rápidamente señalando los sofás.

Observo que las piezas de sofá tenían algunos bolsos encima, pero los demás estaban libre.

—Bueno, lo espero... —suelto sonriendo, pero un poco nerviosa de estar sin Cristian, más porque seguía escuchando ruidos detrás.

Precavida ingreso al departamento que tantas veces visite y camino para tratar de ponerme cómoda y contar los segundos a que Cristian vuelva.

—¿Cristian no te presento a mamá todavía, no? —pregunta y entonces me giro a verla, que tenía una cara graciosa, niego y ella se ríe asintiendo y a la vez negando con la cabeza—. Ya sabía...

—¿Está tu mamá? —cuestiono tontamente, Lu asiente y me trata de calmarme con sus manos.

—Te quiere sin conocerte personalmente ya igual. —larga y para qué mentir, me siento un poco bien.

O no sé... Solo me río por lo bajo por compromiso.

Y esperaba que Cristian venga no sé, YA.

Escucho algunas risas agudas y luego aparece en la sala una chica junto a una señora mayor quién distingo inmediatamente que es la mamá de Cristian, al verme la señora sonríe amablemente y a mí me empieza a temblar el cuerpo, nunca antes con otras personas, ni siquiera con famosos.

—¡Emma! ¿No? ¡Por fin te conozco en persona! —exclama al momento que yo me levantaba del sofá para acercarme y saludarla.

Sonrío por lo bajo, casi algo tímida y medio que la abrazo solo por el hecho de que ella parecía muy cariñosa y efusiva al verme y saludarme.

—Un gusto, señora. —expreso, ella sonríe y al alejarnos me da una mirada rápida de pies a cabeza, despeja con su mano, en algo que pronto entiendo.

—Podes decirme Vero, señora muy formal... Y me hace sentir vieja. —bromea y escucho que rien las dos chicas, me relajo.

Asiento estando de acuerdo en llamarla por su nombre y veo como la chica que estaba detrás de ella también se ríe.

Angel | Cristian Pavón [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora