CAPÍTULO 18 | Compensación.
Emma.
—¡Hola! —un Cristian muy efusivo me habla del otro lado de la línea y yo verdaderamente quisiera cortarlo.
—Hola —apenas contesto, claro que con mucha menos emoción que él.
—¿Todavía seguís enojada? —se anima a preguntar.
Viro mis ojos ¿Que le parecía? Ayer habíamos quedado en ir juntos a un evento donde tenía que estar presente de una marca de ropa interior que patrocinaba y tenía una invitación demás, que la use para dársela a Cristian y que me acompañe, además de que sería casi perfecto, que nos vean juntos por primera vez.
Pero eso no pasó, porque el me había plantando, nuevamente. Esta vez el motivo era que me dijo que había ido su hermano a visitarlo junto a su hija, que es la ahijada de Cristian, por lo que tenía razón, era una excusa buena sobre todo. Me había molestado mucho, pero no quería demostrarlo por la razón... Me enojaría más si hubiera sido porque se durmió, como los primeros encuentros.
—No. —contesto y me aclaro la garganta—. ¿Que pasó? Estoy en medio de la modista Cristian...
Era verdad, me había alejado un poco de las telas y la chicas para atenderlo.
—Ah, bue, perdón... Pensé que estarías sola. —explica y se produce un silencio—. Bueno, yo llamaba porque... ¿Te acordás que hablamos de las salidas?
En mi mente viene aquella noche que hablamos de lo difícil (bromeando) que sería para Cristian Pavón escapar de la noche, bebidas, boliches ahora que había “cambiado” o más bien tener peso en mi en lo que hacía.
—Si... ¿Por qué? —pregunto cruzando mi brazo.
—Bueno porque está noche... Si no tenes que hacer nada, claro. —empieza y me interesa escucharlo—. Podemos hacer algo más distinto a lo que venimos haciendo...
—¿Cómo que?
—Ahora te lo digo, pero primero decime. ¿Si?
Pienso unos segundos y siento que ya estaba. No quería estar enojada con Cristian.
—Si.
—¡Biennn! —suelta brusco, animado igualmente y aunque eso me animé no se me escapa ninguna sonrisa—. Ahora te paso a buscar, te aviso la hora.
—Esta bien.
—¿Quedamos así no Emma?
—Si, Pavón. —suspiro.
Y escucho su risita, suspiro.
—Nos vemos ahora, Emmita.
Se despide y después corto para volver adentro y seguir mirando que tela me gustaba más para empezar a armar mi vestuario para la fecha de la presentación en el grax Rex que me dió la noticia ayer Germán.
El resto del día paso más ocupada de lo que desearía por lo que apenas tengo una siesta de 40 minutos, que es lo recomendado, pero yo nunca cumplía. Me levanto y el primer mensaje que leo es de él diciéndome que pasaría por mí a las doce de la noche, lo que me parece muy tarde, así que no evitó preguntarle el por qué, aunque él solo me ignora y me dice que este lista para esa hora.
Dos horas después estoy con Victoria y Ámbar merendando en un lugar menos concluido, para tener paz más que nada, ya que últimamente salía a la calle y siempre tenía a alguien pidiendo fotos, lo que no me molestaba, pero para tiempo con mis amigas a veces era un reto hacerlo fuera del departamento, lo que le prometí que estaríamos tranquila.
Victoria no pregunta mucho sobre mi relación, Ámbar si, ya que es la más curiosa de mi relación con Cristian y para no, ella no sabía que era una farsa. También pretendía que siga siendo así, mientras menos personas lo sepan mejor, no era que no confiaba en ella pero solo por precaución y porque estaba seguro que Cristian por su parte tampoco se lo había contado a nadie.
-
Cuándo se va aproximando la ahora me visto normalmente, jeans negros y una blusa del mismo color, zapatos negros y mi campera por si lo necesito. Me quedo ordenando mi habitación del lío que deje está mañana para después ir a sentarme en la sala y esperar que el me avisará que estaba viniendo o que estaba afuera.
Quince minutos después mi celular vibra y es un mensaje de él, diciéndome que ya estaba abajo, así que agarró mi cartera chica para tomar lo necesario, apagar las luces de mi cuarto y salir. Antes de salir del edificio saludo al portero quién me sonríe y me pregunta si vuelvo, a lo que respondo con que sí, me desea una linda noche mientras esté afuera y camino rápido la distancia de la vereda al auto de Pavón.
Ingreso rápido y lo veo algo animado, como yo.
—Bueno, ¿Dónde vamos? —pregunto animada después de cerrar su puerta.
Omito el hecho de que me encanta que todo el auto huela a él y también me doy cuenta a pesar de la poca luz que nos brindaba la calle que su pelo estaba mojado o tal vez era gel. Aprovecho igualmente para poner el cinturón de seguridad.
—Nos vamos a Kika. —suelta como si nada.
Lo miro con una sonrisa porque creo que es una joda, pero la sonrisa de Pavón solo me confirma que estoy equivocada, no jodía.
—¿Perdón? —se me sale casi en un grito de cheta afónica y ladeó mi cabeza para asegurarme preguntando de nuevo—. ¿A Kika?
Cristian asiente y a pesar que pone su mano para dar vuelta la llave y encender el auto no lo hace.
—Si, Emmita.
—Dale, Cristian. —insisto riéndome y me acomodo en el auto apoyando mi espalda completamente al respaldo—. ¿Dónde vamos?
—¡Ya te dije! —exclama riéndose.
Y dejó de sonreír.
¿Kika? ¿A un boliche?
Dios, hace cuánto no pisaba un boliche y no sé si quería exactamente.
—¿No te gusta? —pregunta confundido él—. Bueno, ¿A Porto?
Abro mi boca pero no me sale nada, en serio me estaba diciendo.
—¿En serio querés ir a boliche? —pregunto para asegurarme, el asiente—. ¿Estás loquito? No voy a ir, además pensé que íbamos a comer o dar una vuelta, no estoy vestida como para ir a un boliche...
Rápidamente me doy una mirada a mi vestimenta. Pero Cristian finalmente arranca el auto y me alarmó mirándolo.
—Estas bien vestida, Emma. Siempre lo estás. —dice y me deja algo anonadada, con tan poco—. Si no querés sentirte tan sola, avisa tus amigas.
—¡Cristian! —levanto la voz llamando su atención—. ¿En serio vamos a ir?
El asiente muy tranquilo.
—Lo hablamos, Emma. Vos hace rato que no pisas un boliche, me lo contaste. —me recuerda con una sonrisa de lado—. Yo menos, soy completamente fiel a vos desde la segunda semana del contrato, así que mejor que ir ¿Juntos?
Su mirada esperanzadora y su sonrisa de nene con juguete nuevo me confirma que hablaba en serio, así que lo pienso seriamente y suspiro. Literalmente no me queda otra opción.
Salir de noche, a un boliche, con Cristian, no sé si esto podía salir bien....
Por nuestro bien, esperaba que si.
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Angel | Cristian Pavón [1]
Fanfictionun papel, dos firmas y un angel como él la empieza a ver le van a cambiar la vida a cristian pavón y para bien. [Primera parte]