Angel | Cristian Pavón [1]

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CAPÍTULO 7 | Primera charla.

—¿Cheta? —pregunto para asegurarme si escuché bien, él se rie de lado esquivando mi mirada.

—Pasa. —me indica y no me muevo, pero el retrocede y antes de girarse me habla—. Me voy a poner una remera...

Miro al pasillo meditando si entrar o no, viro mis ojos y finalmente entro, cierro la puerta y es donde siento el olor a cigarrillo que había.

Observo el departamento y la primera impresión es: mala, muy mala.

En su sofá hay ropa tirada, o buzos no sabría decir bien qué, en la alfombra blanca hay botellas vacías caídas de coca cola, en su mesa una caja de delivery, dos vasos sucios y a lo lejos puedo ver en cada esquina, zapatillas con medias tiradas.

¿Tan desastroso iba a ser? Lástima, el departamento parecía ser lindo.

Un linyera seguramente mantendría esto más limpio.

—¿Queres algo de tomar? —pregunta Cristian apareciendo de la nada y yo no me moví cerca de la puerta, niego.

Cristian sonríe mostrándome una sonrisa fresca, que no vi en la oficina de Germán el día que firmamos el contrato.

—Perdón, por el desastre... No limpie hoy. —aclara su garganta para disculparse.

—Ni tampoco en el mes. —respondí sin contenerme.

Como soy muy sarcástica y estoy acostumbrada a hacerlo con mi círculo de confianza, en esta no logro quedarme callada.

Pero Cristian me sorprende largando una carcajada a mi comentario, por lo menos tenía humor.

—¿Queres sentarte? —pregunta señalando al sofá grande, pero al ver mi cara seria sonrie—. Solo son mis buzos no tengo nada muerto, eh.

¿Tendría que reír? Porque ahora no estaba para eso.

Se acerca y empieza a sacar algunas ropas que había encima.

—¿Te olvidaste lo de hoy? —pregunto directa, Pavón se gira con una camiseta en la mano y se queda pensando.

Lo olvidó.

Dios.

Sus ojos cerrados con una sonrisa apretada me lo confirma.

—Cierto, era hoy... —suspira y vuelve a dejar las cosas en el sofá, donde me mira de pies a cabeza.

—Mira... —comienzo y él me mira prestándome atención—. Se que lo mío te chupa un huevo y esta bien, pero esto, lo de hoy no se trata de mí, sino de nosotros, de lo que firmamos. Para mi también es un embole, pero es lo que nos toco y solo te voy a pedir una cosa...

Cristian me mira atento y asiente.

—Que le pongas un poquito de onda ¿puede ser? No te pido que estes en todos lados conmigo, porque se que seguramente tenes tus cosas y eso, pero si vamos a ser novios falsos vamos a hacerlo bien o esperar que alguien se de cuenta que esto es mentira. —término casi con un tono rogado.