One Shot Emiliaco: Un simple beso

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Dedicado a @Virginia303

Cuando empecé a escribir mis dos historias Aristemo, lo hice porque me quedé sin historias de este para que llamaran mi atención. Con Emiliaco el reto es diferente. Esta es una pequeña fracción de algo que busca ser respetuoso pero a la vez emocionante. Será la única vez que publique algo de Emiliaco. Sean honestos y díganme si lo ven demasiado aburrido o no cumplió sus expectativas. Al final, es un pequeño regalo. ________________________________________________________________________________

Joaquín

Cuando Emilio y yo nos enteramos del giro que daría Aristemo, no podíamos sino alegrarnos de respaldo que los fans daban a nuestros personajes. Estábamos viviendo realmente una fiebre Aristemo: en redes sociales, la gente no dejaba de hablar de la química que teníamos, de todo lo que Aristóteles Córcega y Cuauhtémoc López dejaban ver en pantalla. Éramos tendencia todos los días, y la más leve seña de contacto entre nuestros personajes desencadenaba un mundo de tweets, reacciones, memes... En el fondo, no me extrañó que el público acabara pidiendo el beso Aristemo.

Cuando nos dijeron que lo haríamos, intenté parecer relajado ¡Ya había interpretado a otros personajes gay! Emilio se veía también algo nervioso, pero definitivamente mucho menos que yo. Si algo admiro de él, es su capacidad para sobreponerse a todo: al que dirán, a las expectativas no cumplidas, e incluso a las críticas a la forma tan peculiar de ser de su mamá. Intenté imitar su expresión, aunque me di cuenta de que si seguía "intentando", acabaría en el hospital con taquicardia.

— No te hagas bolas. Es solo que Aristemo se ha vuelto algo muy cercano a tí

Mi mente intentaba tranquilizarme, mientras me daba una lista de razones lógicas que justificaran mi nerviosismo interior.

— ¿Quedó claro? — Juan nos había dado instrucciones y por andar vagando y teniendo crisis existencialistas, no alcancé a oír gran cosa.

— Sí — fue lo único que logré contestar.

— ¿Estás nervioso? — Emilio sabía leerme como a la palma de su mano. Supongo que es parte de las secuelas de la "química" — ¡No manches! ¡Imagínate todo lo que un simple beso puede cambiar!

— N - no.

— Espero que no sea porque besas mal, porque si si, va a estar cabrón que me inspire.  Hasta mañana, Temocles. — Soltó una pequeña risa, mientras se daba la vuelta.

Solía hacer eso: llamarme por mis apodos Aristemo. Era algo que había aprendido a disfrutar.

— Hasta mañana, Celostóteles — devolví el gesto.

Emilio se alejó, bastante divertido. Creo que, si tuviésemos más cosas en común, tal vez fuera del trabajo podríamos ser amigos. No solo amigos laborales, sino amigos de los que se hacen confidencias, hacen cosas juntos, de los que se apoyan y se alegran de los éxitos ajenos. Caí en cuenta de que tal vez esperaba demasiado; teníamos química donde debíamos tenerla y, al menos para este proyecto, eso era lo que importaba.

El tiempo se fue demasiado rápido. No tuve tiempo de seguir pensando en el beso sino hasta que llegó el día. Los Aristemos estaban eufóricos por las expectativas y, por alguna razón, yo también sentía esa misma emoción. Mi mente me dió el pretexto número 345 de la lista.

— Estás llegando al final de un proyecto que, no solo te está ayudando profesionalmente, sino que está haciendo que la gente sea más valiente. Es normal sentir esas mariposas ante esa escena, que es de las más importantes de la trama.

"Por nosotros" || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora