35. Amistad

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Dedicado a @v3rito134 por el seguimiento que le ha dado a esta historia. Gracias por tus votos, por tu tiempo y por darle a "Por nosotros" una oportunidad.

Nota: La canción solo me gusta, no se vayan a malviajar, jajaja :) Los quiero.

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"La primera impresión me importa mucho, y la tuya es excelente"

Llegó el primer día de clases para ambos chicos; Temo pasaba de ser un estudiante preuniversitario a ser un universitario en toda la extensión de la palabra, mientras que Aristóteles también arrancaba su sueño de estudiar música. La alarma sonó a las 5:30 de la mañana.

— Ma... cinco minutos más — Aristóteles balbuceó, mientras la baba le chorreaba sobre la almohada.

— Amor, me encantaría quedarme contigo así, pero si no te levantas no vas a llegar a clase.

— Mmm... T – temo... ya voy — Aristóteles se levantó con pesadez de la cama, mientras se dirigía al baño para lavarse la cara.

Temo vio a su novio caminar con los ojos cerrados hacia el baño; esa imagen le recordó mucho sus primeros días en la capital, salvo que el no tenía a nadie que lo despertara. Se dirigió a la cocina y encendió uno de los quemadores de la estufa. Decidió que haría hot cakes, pensando que tal vez desayunar algo rico sería de mucha ayuda para darle un empujoncito a Aristóteles. Justo cuando terminaba, escuchó una voz desde el baño.

— ¡Temo! ¡No hay jabón! — Aristóteles gritó.

— ¡Sí hay! ¡Ahora voy y te muestro! — Temo se dirigió al baño, mientras confirmaba en sus memorias que sí había puesto el jabón ahí.

Cuando entró, dos manos le taparon los ojos. El castaño solo sonrió; su novio le había jugado una broma.

— ¿Qué dice mi novio de empezar bien el día? — Aristóteles habló muy cerca de la oreja de Temo, quien no podía sino estremecerse ante el aliento de su novio.

— A – ari... el desayuno se va a ...

Era demasiado tarde. Aristóteles Córcega había ganado la batalla, y arrastraba a su novio hasta la ducha. Hicieron el amor bajo el agua, mientras la tibieza del líquido masajeaba sus cuerpos. Se entregaron a las sensaciones y olvidaron por un momento que tenían muchas cosas que hacer ese día. Salieron del baño sonriendo, y secándose entre sí, mientras Temo señalaba una mesa puesta y unos hot cakes que estaban apenas tibios.

— Creo que se enfrió el desayuno — Temo vio a su novio, mientras sonreía — Así que desayunaremos hot cakes tibios.

— Valió la pena, mi vida. Comemos rápido, te acompaño a la escuela y tomo el metro después — Aristóteles retiró ligeramente la silla para que su novio se sentara y le dio un par de besos sonoros en la mejilla.

— Prueba esta mermelada — Temo pasó un recipiente a Aristóteles — La hice yo mismo, como casi toda la comida que hay aquí.

— ¡No manches, Temo! ¡Tus hot cakes, la mermelada... todo está buenísimo! — Aristóteles relamía su tenedor.

— Cuando la comida se hace con amor, sale bien — Temo tomó la mano de su novio — Y yo te amo.

— Sabes que yo también te amo, Temo. Ahora que vivimos juntos, me siento más libre para expresarme, para decirte lo que siento.

Terminaron de desayunar y arreglarse con el tiempo justo para ir a sus respectivas escuelas. La de Temo era la más cercana; llegar a pie desde su departamento tomaba apenas 10 minutos, y cerca de ahí estaba la estación del metro que Aristóteles debía tomar para llegar al instituto. Justo cuando iban de salida, Temo dio un pequeño tupper a Aristóteles.

"Por nosotros" || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora