56.1 Chihuahua - Donde el tiempo se congela

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Dedicado a @LayneSarmiento alias "Beatriz de la Torre Caballero"

Se me pasó un poco la hora de actualizar, pero este capítulo está dividido en dos partes porque conmemora el día que Aristemo inició.

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"Sin importar lo que pase, ni el lugar al que nos lleve la vida..."

— ¡Chihuahua! — Aristóteles se había emocionado con la sola idea de saber cuál era la primera parada de su viaje por la república mexicana — ¿Por qué elegiste ese lugar para empezar? — Aristóteles veía a su novio con una mirada intrigada, mientras se dirigían a documentar su equipaje.

— Pues... muchas cosas en nuestro país empezaron en ese estado ¿Sabías que el segundo poblado en tener luz eléctrica está en Chihuahua? — Temo se veía emocionado, mientras revisaba un pequeño libro que cargaba consigo  — Además, elegí algunos lugares que me gustaría conocer solamente contigo ¿Confías en mí?

Aristóteles disfrutaba de ver así a su novio. No paraba de sonreírle, de coquetearle. Cuauhtémoc López había adquirido más confianza en sí mismo y, aunque en el camino se había perdido un poco, el rizado podía notar el equilibrio, la paz y la calma que estar con el amor de su vida le transmitían. Claro que confiaba en él: con cada una de las fibras de su ser, estaba dispuesto a entregar toda su confianza a aquella persona que había sacudido así su vida.

— ¡Claro que confío en tí, menso! — Aristóteles dio un pequeño beso a su novio, que resultó ser bastante sonoro — Yo me dejo llevara a donde tú digas.

Después de documentar las maletas, fueron por un café mientras esperaban el abordaje y luego a la sala de última espera. Fue en ese intervalo de tiempo cuando Cuauhtémoc López pudo admirar a Aristóteles Córcega en una de las facetas que más le gustaba.

— ¡No manches, Temo! ¡Hay pueblos mágicos preciosos en Chihuahua! — Aristóteles veía su celular con avidez, mientras abría página tras página de internet. Cada una parecía más sorprendente que la anterior — Está genial que México tenga tanto por conocer — La sonrisa de Aristóteles demostraba la alegría que sentía.

— Y lo que nos falta por vivir ¿Sabes? Nunca se lo he dicho a nadie, pero... me gustaría mucho conocer España — Temo se sonrojó, mientras Aristóteles capturaba con su vista el color en las mejillas de su novio — y... quisiera hacerlo contigo. Quiero que muchas de mis primeras veces sean contigo Ari.

Aristóteles no dejaba ni por un segundo de sonreír. Tomó la mano de su novio y la besó, para después llevarla a tocar su corazón.

— Tu lugar está aquí, Cuauhtémoc... y el mío está en donde tú estés. — Temo se sonrojó aun más. Aristóteles solo usaba su nombre cuando quería hacer énfasis en lo que decía — Mientras sigas eligiéndome, voy a estar aquí, junto a ti.

— Mi corazón ya te eligió desde hace mucho. Por cierto... hoy es un día especial — Temo veia a Aristóteles con ojitos de borrego a medio morir — A que no adivinas qué es...

— ¡No manches, Temo! ¡Hoy es tu cumpleaños y no me acordé! ¿Verdad? — Aristóteles puso cara de preocupación — ¡Te juro que... !

— ¡No, no, no! — Temo intentó tranquilizarlo — No es mi cumpleaños.

— ¡Ay, no! ¡Nuestro aniversario! ¡Bien sabía que estaba olvidando algo! — Aristóteles de nuevo entró en estado de ansiedad — Soy bien burro.

— Bueno... casi, pero tampoco. Nuestro aniversario fue hace unos meses atrás ¿Recuerdas que lo celebramos con Gabriel? ¿Te rindes?

— Ay, es un poco injusto. Sabes que tengo pésima memoria — Aristóteles hizo un puchero, mismo que Temo besó — ¡Ya dime, Tahi!

"Por nosotros" || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora