45. Por mi cuenta

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Este es un capítulo especial ¡Estamos por entrar a la recta final de esta historia! Pero no se asusten, que probablemente termine el mismo día que la serie, así que hay "Por nosotros" por un rato más.

Y sí... estoy traumado con esta canción :( ¿Qué le hago?

A partir del siguiente capítulo regresan las dedicatorias.

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"Tenemos una vida para descubrirnos"

Aunque buscaron la mitad de la noche, Yolo, Diego, Mario, Aristóteles, Temo y Alex no habían tenido mucha suerte encontrando al chico. Al final, habían tenido que irse a casa, pero se sintieron aliviados cuando el chico apareció al día siguiente un poco más calmado, aunque por alguna extraña razón el tono de Yolo al teléfono era de preocupación, de duda y de angustia.

Ari y Temo lo hubiesen entendido todo si la rubia no hubiese omitido decirles que el chico regresó con una marca en el cuello y con una actitud extraña, evitando casi en su totalidad el contacto físico con ella.

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Una semana había pasado desde ese incidente y, exceptuando el circo al que dieron lugar ese día, las cosas parecían estar realmente en su mejor momento. Era domingo por la mañana de nuevo. Aristóteles sintió un beso delicado en su hombro, mientras los brazos de Temo se enredaban en su somnoliento novio.

— Ari... ¿Estás despierto? — El castaño daba pequeños mordiscos a la oreja de su novio.

— Mmmm....Hoy no toca escuela... ¿Y si dormimos un poco más? — Aristóteles pidió, mientras acomodaba su cabeza de nuevo.

— Está bien. Voy a prepararme unos hot cakes como los que te gustan. Te dejo un poco... de cereal en la mesa — Temo sonrió, mientras esperaba la ya predecible reacción de Aristóteles.

— ¡Hot cakes! ¡Vamos, vamos! ¡Ya es muy tarde para estar dormido! — Se levantó cual resorte de su cama, mientras jalaba a Temo del brazo.

— Ehmmm... Ari... Estás desnudo — Aristótóteles intentó cubrirse con las manos, mientras sus mejillas se tornaban rojas por la vergüenza — Amor, no es como si nunca te hubiese visto como llegaste al mundo.

— ¡Eres un menso! — Aristóteles se puso unos bóxers, mientras miraba a Temo, aún sonrojado.

— Bueno, ya. Te ganaste el desayuno. Me gustó mucho el espectáculo, aunque hubiese preferido que bailaras "Labios de Miel" así — Temo soltó una risita, mientras corría fuera de la habitación.

— ¡Cuauhtémoc López! — Aristóteles Córcega corrió tras su novio y lo abrazó por la espalda, depositando un beso en su nuca. — ¡Eres hombre muerto!

— No te conviene. Espera a que te prepare el desayuno y ya luego me matas ¿Por qué no nos preparas algo para acompañar los hot cakes? Un chocolatito suena bien.

Aristóteles puso manos a la obra. Fue al refrigerador por la leche y preparó un delicioso chocolate helado, para hacer juego con el increíble desayuno que Temo le estaba preparando.

— Siempre es mejor si lo hacemos juntos — Aristóteles dijo, mientras le servía a Temo un vaso del chocolate que había preparado. Ambos estaban junto a la barra del desayuno, así que cuando los hot cakes salían calientes de par en par, Aristóteles tomaba uno, Temo uno y el castaño vigilaba que los demás se cocinaran. Según el aspecto de Aristóteles, relamiéndose los dedos llenos de miel de maple y sonriendo como menso, comer hot cakes calientes con un chocolate helado estaba resultando de lo más placentero que había hecho en su vida.

"Por nosotros" || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora