Yoongi, un rapero underground, con una vida difícil, sufre otro golpe más, adolorido, desconfiado y triste, sigue su vida normal hasta que, alguien especial le devuelve los deseos de seguir viviendo. Una nueva luz le da la motivación de seguir y le...
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7 meses después, Yoongi despertó acelerado y con un grito ahogado, despertó nuevamente del mismo sueño donde recordaba claramente todo, donde su gran amigo y pareja se había ido. Al único que había podido abrirle su corazón y que conocía todo de él.
Le brotaron lágrimas, pero limpio sus ojos con coraje, estaba molesto con Yio, ya que se había ido de repente sin tiempo a despedirse, como si hubiera huido a otro país y no le hubiera avisado.
Odiaba ese mundo negro, que latía y vivía bajo las sombras de la ciudad. Una ciudad obscura que se había comido a Yio sin poderlo evitar.
Nunca se lo iba a perdonar, que se hubiera ido así, a sus 26 años. Toda la vida de Yio fue gris y dolorosa, había encontrado un escape fácil, del que nunca pudo salir.
Taciturno y pensativo se levantó a tomar una ducha, al terminar, solo quería irse a trabajar de inmediato para ya no seguir con esos pensamientos de abandono, soledad y de odio.
Min trabajaba en una gran tienda de instrumentos musicales y por la noche su único escape era el Sótano, un lugar obscuro y oculto al Sur de Seúl, donde rapeaban y tocaban los grupos mas populares de esa zona, el Sótano se encontraba debajo de una vieja panadería propiedad de los abuelos de su amigo Namjoon.
Por la noche era un lugar donde los sueños se transformaban en realidad, donde podías cantar y rapear en contra de la sociedad que oprimía a la juventud, donde podrías divertirte, platicar con los amigos, bailar hasta que te cansaras, tomar a un bajo costo lo que quisieras de la gran barra propiedad de Namjoon, por lo menos ahí, no permitían que te drogaras, por el simple hecho que no querían problemas con la autoridad.
Estaba cocinando su arroz para desayunar cuando tocaron a la puerta de su departamento.
-¿Quién es? Pregunto con su gruesa voz
-Soy Jin, tu casero...
Era el casero, se le hacia raro que lo visitara, ya que la semana pasada cumplió puntualmente con la mensualidad de la renta.
-Pasa amigo, bienvenido, le comento
- Yoongi, hola, pasaba por aquí, ya que no fui al sepelio de Yio, una disculpa andaba de viaje... yo, ¿cómo estás? Dicho esto lo abrazo sin que Yoongi lo esperara.
-Bien en lo que cabe- respondió.
-Su sepelio fue tan rápido, solo estábamos su tía, un primo, su compañeros de departamento, mi amigo Namjoon y yo. Contesto con un voz entrecortada y baja.
Jin conocía a Yoongi desde hace 3 años, y llego a conocer algunos de sus amigos y a Yio por supuesto, casi por lo regular estaba los fines de semana en el departamento de Yoongi.
-¿Esta todo bien? ¿Seguro?, cualquier cosa que necesites no dudes en llamar- le insistió Jin.
-Claro amigo, ¿por cierto gustas una taza de té? Desayunaré antes de ir al trabajo, le indico el pálido chico de mirada extraviada.
