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10 de agosto del 2018.

¡Ay no maldita sea! Pasa de una vez!...

Ruego en mi mente que dios se apiade de esta humilde pecadora y haga que el puto transporte público pase.

Una hijo e madre hora esperando en las calles desoladas de Nueva York, hace un frío de muerte, traigo un vestido corto y me estoy congelando y para rematar son las tres de la madrugada.

Pataleo mis tacones en el concreto, frotó mis manos buscando el mardito calor ¿donde esta el calor?

(Bien merecido te lo tienes) me recrimina.

Y es verdad es mi culpa ¡joder! ¿¡Que mierda esta pasando con mi vida?!...
Yo no sabía que tenía novia. Todo comenzó porque fui a un bar sola ya que ninguno de mis amigos estaban disponibles, un tipo me coqueteo, bailamos y la cosa paso de nivel; nos besamos en un rincón. Esta que llego su supuesta novia a reclamarme a mi, a llamarme de zorra y puta cuando yo no sabia nada. ¡Los hombres son una mierda! Y lo peor es que la entiendo, entiendo el sentimiento de traición y me da asco a ver sido la otra cuándo e estado en el otro papel. ¡Maldita sea! Me repugna mi piel, me siento sucia, humillada ya que varías personas la oyeron gritar y todos me miraban como la golfa. ¡Joder! Duele quema por dentro; me recuerda a Alex, mi pasado a la mardita pelirroja de mierda y lo estúpida que fui. Lágrimas gruesas brotan de mis ojos y lloro sola en medio de la calle en penumbras. La lluvia empieza a caer, gotas frías rozan mi piel helada.

¡Este día no podría ser más mierda!

Nunca había sentido que es que te saquen a rastras de un lugar está hoy. Ya me corrieron cuando la mardita se puso agresiva y pues yo no me iba dejar golpear.

Un escalofrío pasa por mi cuerpo, tiemblo sintiendo el frío carcomiendome por dentro, me arden los ojos de llorar.

Un carro pasa por la carretera vacía muy orillado a la cera, las ruedas remontan en el charco a gran velocidad haciendo que toda el agua helada recaiga en mi.

Chillo por el impacto, abrazandome a mi misma.

-!¡Mardito infeliz! Cuidado por donde manejas. Hijo de tu puta madre!__ grito cabreada.

El auto se detiene y yo maldigo en mi interior.

(Excelente Shannel insultaste a un desconocido y a su madre en medio de una calle sola, sin un alma, dándole la oportunidad de raptarte) Pepe grillo habla molesta.

¡Ay! ¡¿Mierda que hice?!...

El carro se apaga y la puerta de copiloto es abierta.

¡Joder! ¡Mierda, maldita sea!

Santa María madre de dios! Cuidame con tu poder divino Amén.

Un hombre vestido elegantemente baja del convertible.

¡Verga el secuestrar gente deja plata para vestir así y andar un carro de esa marca!

Con una sombrilla en las manos se acerca a mi el tipo desconocido. No lo detalló bien por la lejanía, hasta que se encuentra a unos dos pasos de mi.

¡Maldita sea! Creación de los dioses. Tez blanca como la porcelana, cabellera negra tan oscura como la noche, ojos grises tales como las nubes en una tempestuosa tormenta cejas gruesas definidas y peludas oscuras como su pelo, pestañas largas unos labios rosados, carnosos que insistan a morder. No puedo observar bien su cuerpo por su atuendo conservador, pero se nota que hace ejercicio porque cuadros no le debe de faltar.

Hoja En BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora