Runaway || Albalia

Capítulo 4

Estábamos todos sentados en la mesa de la cocina, la que utilizan los empleados. Mi madre llegaría para cenar y a Marina y a mi no nos apetecía comer solas así que nos sentamos con Sofía, Sergio y Dani.

—Dios mío Sergio está buenísima. —Dijo mi hermana sobre la paella que había estado cocinando con ayuda de Dani. —Por cierto Dani no sabía que cocinabas tan bien.

—Bueno el mérito es todo de Sergio yo solo he ayudado un poco.

—No mientas. —Le dijo el cocinero sonriendole. —Me has ayudado demasiado diría yo. Muchas gracias señorita Marina.

—De verdad como odio que nos llaméis así. —Les dije. —¿Algun día conseguiré que nos habléis como gente normal?

—Cuando me invite a esas cervezas que me prometió. —Contesto Dani.

—¿Que tal el colegio? —Preguntó Sof. —¿Como es la gente?

—Bueno ya sabes cómo suelen ser algunos. —Le dijo mi hermana. —Pero en general muy bien.

—Si. —Añadí. —De hecho esta tarde viene un amigo a casa para ayudarme con una cosa de mates que no dimos en Madrid.

—Y que amigo. —Dijo Marina. —Esta buenísimo. Te lo podrías echar de novio.

—Sal tu con él si tanto te gusta. —Respondí.

—Pues no te diría yo que no.

Terminamos de comer y les ayudamos a recogerlo todo, a pesar de que insistieran en que nos fuéramos. Carlos llegaría en una hora así que mientras me fui con mi hermana a su habitación.

—¿Bua sabes que me han dicho? —Me preguntó. Le hice un gesto con la cabeza para que me lo contará. —Que Javi el profe de historia y el otro Javi, el de literatura de cuarto, están liados.

—Que dices. ¿En serio? —Me sorprendí. —A ver que al de historia, se le nota que... Bueno que es gay. Pero no me lo imaginaba yo saliendo con Javi Ambrossi.

—Que fuerte eh.

—Bueno tampoco es tan fuerte, hay muchas personas homosexuales por el mundo.

—Pues yo no conozco a nadie.

—¿Que no? Te digo yo a ti que sí. —Me reí. —Por ejemplo, Paula la vecina de Madrid, ahora tiene novia. O Hugo el que iba a tu clase.

—Pero si Hugo tiene novia.— Respondió.

—Bueno pues será bisexual, el año pasado estuvo unas semanas con un amigo de Joan. —A Marina no se le quitaba la cara de asombro. —Y chica, sin ir más lejos, Sofía.

—¿Sofia nuestra Sof? —Asentí. —Pero que dices Alba. ¿Te lo ha dicho o algo?

—Que va. Pero que tampoco hace falta, eso se ve. Eh, pero ni una palabra que si mamá se entera...

—No no claro. Joder ahora que lo pienso tiene sentido, por eso lleva el pelo tan corto y esos tatuajes.

—Bueno Marina, eso solo son estereotipos, que yo también llevo el pelo corto y no soy lesbiana.

—La verdad no sé cómo mamá la contrató, si es muy de "las niñas de rosa, los niños de azul"

—Ya... Yo creo que le dio una oportunidad por ser la hija de su amiga del pueblo, y pues al final le cayó bien.

Unos golpes en la puerta nos interrumpieron. Era Dani, que había acompañado a Carlos hasta donde estábamos, se me había pasado el tiempo muy rápido.

—Hola chicas. —Nos saludó.

—Hola Carlos. Ven vamos a mi habitación. —Le dije.

—Marina ¿no? —Le pregunto a mi hermana antes de que nos fuéramos. Ésta asintió