Runaway || Albalia

Capítulo 36

Perdón por tardar tanto en actualizar estoy bastante liada con la uní pero he sacado un ratito para agradecer las más de 90k visitas 🥺♥️🙏🏻
Muchas gracias por leer
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En cuanto recibí el mensaje por parte de mi hermana le pedí a Nat que me llevase a casa inmediatamente. En unos minutos ya habíamos llegado.

—Siento mucho haberme tenido que ir así. —Me disculpé con mi novia tras quitarme el casco de la moto.

—No pasa nada. En realidad lo siento yo por ti, vas a tener que lidiar con tu padre en vez de pasar una maravillosa tarde con una estupenda, magnífica y extraordinaria persona como yo. —Contestó con su típica sonrisa haciéndome reír.

—Se te ha olvidado lo de modesta.

—Ya bueno, si me pusiera a enumerar todas mis impresionantes cualidades no acabaríamos nunca. —Siguió vacilando.

—Tengo que entrar ya... Luego te llamo. —Me acerqué a ella dejando un corto beso en sus labios antes de despedirme y entrar en mi casa.

Nada más abrir la puerta lo primero que escuché fue la discusión entre mis padres, para variar. No llevaba mi padre aquí ni media hora y ya estaban así, solo esperaba que no se quedara mucho tiempo. Estaban en la mesa del comedor mientras que mi hermana estaba sentada en el sofá, me miró rodando los ojos, ya estaba cansada de que fuera siempre lo mismo en relación con nuestros padres.

—Hola papá. —Saludé haciendo que paran la discusión para fijar su atención en mi. Mi padre se acercó a mi sonriendo.

—Hola hija. ¿Qué tal estás? —Me preguntó para después darme un abrazo. ¿Qué cojones? Nunca antes había hecho eso. Miré extrañada a Marina que se limitó a encogerse de hombros.

—Bien. Y tú, ¿qué haces aquí? No sabía que ibas a venir.

—Ni tú ni nadie. —Le reprochó mi madre.

—Creo que querer venir a ver a mis hijas al sitio nuevo donde se han mudado porque su madre las sacó de Madrid, donde vivíamos todos bien a gusto, es lo normal.

—Ah vale lo siento, no sabía que ahora si te importaba pasar tiempo con tu familia, eso es nuevo. —Siguió mi madre. No llevaba ni 5 minutos en casa y ya estaba empezando a hartarme.

—¿Es que no vais a dejar nunca de discutir? —Resoplé cansada de que fuera siempre lo mismo.

—Tal vez cuando tu padre haga alguna cosa bien en la vida, para variar. —Habló mi madre. — ¿Y dónde te vas a quedar a dormir? Porque supongo que no esperarás quedarte aquí.

—Tranquila, que tengo una habitación en el hotel de aquí al lado.

—El de los padres de Carlos. —Dije mirando a Marina de forma sugerente. Mi hermana se levantó del sofá y se acercó a nosotros soltando un suspiro.

—¿Quién es Carlos? —Preguntó mi padre.

—El mejor amigo de Alba y... mi novio. —Respondió Marina.

—Así que ya tienes novio, no pierdes el tiempo eh hija. Pues tendrás que invitarle a comer para que lo pueda conocer. — ¿Desde cuándo a mi padre le interesaba algo sobre nuestra vida? —Y tú Alba también.

—¿Qué? —Dije sorprendida. No era posible que mi padre supiera algo sobre Nat y mucho menos que quisiera comer con ella.

—No te hagas la tonta hija, seguro que tú también tienes algún novio por aquí. —Dirigí la vista nerviosa a mi Madre que me miraba negando levemente con la cabeza.