Capítulo 1

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Me desperté después de tres horas en el coche. Hoy íbamos a ver la nueva casa, que está casi terminada. Después de que mis padres se divorciaran, mi madre decidió que era buena idea mudarse a un pueblo perdido del norte donde probablemente no haya ni cobertura y donde esté oliendo a vaca todo el día. Con un poco de suerte en un par de años me iré a la uni y volveré a la capital.

—¿Cuanto queda? —Le pregunté aún un poco dormida a Daniel, mi chófer.

—Aun nos queda una hora señorita. —Me contestó amablemente. Dani llevaba trabajando con nosotros desde que tengo memoria. Es más un amigo que mi chófer, incluso le cuento todos mis dramas, pero él insiste en tratarme de usted, dice que si no incumpliría protocolos de no sé que.

—Jodeer. —Me quejé, por el tiempo que nos faltaba aún.

—Albaa, esa boca. —Dijo mi madre ante la palabrota. Mi madre es abogada, es la dueña de un despacho junto con mi padre, aunque ahora él ya no trabaja allí. Me alegro de que se separaran, papá nunca estaba por casa y aunque mamá tampoco, siempre se preocupó por nosotras y por pasar tiempo juntas. Sin embargo mi padre el poco tiempo libre que tenía, se lo pasaba por ahí con sus amigos o vete tú a saber con quién. Mamá nunca nos ha dado detalles de cómo acabaron divorciandose aunque yo sospecho que probablemente se tirara a la secretaria. Un auténtico cliché.

—Sigo sin entender por qué nos tenemos que mudar. —Insistí.

—Venga hija deja de quejarte. Si lo dices por ese novio tuyo que tenías, pues ya encontrarás otro, no te preocupes.

—Mamá las personas no son algo que se puedan remplazar como si fueran un objeto por dios. Pero no, no es por Joan, ni siquiera era mi novio, solo amigos. —Le respondí.

—¿Y el lo sabía? —Preguntó mi hermana riéndose. Marina, mi hermana pequeña, es mi persona favorita en este mundo. —Pobrecito si era muy mono.

—Ja-ja pues te lo puedes quedar. Pero mamá, de todas formas, ¿seguro que viven personas en ese sitio?

—No cariño, tu próximo novio será una vaca. —Me dijo sarcástica. —Ya verás como al final te gusta. Además la casa va a quedar muy bonita.

—Venga Alba, ¿no tienes nada de ganas de ver cómo queda? La piscina cubierta va a tener vistas al mar y a montaña a la vez. —Añadió mi hermana emocionada. —No seas tan negativa.

—De todas formas. —Diji mi madre. —Si no te gusta siempre puedes volver a Madrid con tu padre.

—Mama. —Le dije seriamente. —Sabes que nunca haría eso ¿no? Como si me tengo que ir a China. Me voy contigo.

—Gracias hija. —Me sonrió. —Ya verás como en el fondo no es tan malo.

Después de un rato largo Dani nos avisó de que estábamos llegando. La casa no estaba en el pueblo si no un poco más alejada. Por el camino, también fuera de lo que es el pueblo, vimos varias casas y urbanizaciones. Y muchas vacas. También caballos y cabras. Había animales por todas partes, de hecho Dani casi atropella a un perro pero por suerte una chica alta de pelo negro corto y con flequillo, que iba vestida con una chupa cuero, le salvó. Unos cuantos metros más adelante estaba la entrada a nuestra casa. Era la primera vez que la íbamos a ver completamente terminada, aunque faltaban algunos muebles del salón y la sala de invitados.

En la puerta nos estaba esperando la arquitecta que la había diseñado, que le entrego el mando de la puerta a Dani para que puedieramos pasar. Aparcó en el garaje que había al lado de la casa. Nos entretuvimos mirándola por fuera hasta que llegó la arquitecta, le costó un poco ya que la entrada al terreno y la entrada de la casa estaban unos cuantos metros alejadas la una de la otra.

Runaway || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora