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Tengo una gran historia que contar. Obviamente no es mi historia, a mí cuando me pasa el típico cliché en el amor, no sé cómo lo hago, pero se fastidia y termino sin un final feliz. En fin, les voy a contar el típico cliché que le sucedió a un amigo mío. Bueno, ahora es mi amigo, una vez fuimos novios, por varios años.

Estaba yo en mi segundo año en el instituto cuando conocí a Iván, éramos del mismo grupo, en varios trabajos de clase y entre trabajo y trabajo nos fuimos conociendo. Cómo no iba a gustarme un chico de pelo castaño, ojos verdes, piel dorada, delgado pero marcado por los distintos deportes que le gustaba practicar. Pero lo que me gustaba de él era su maravillosa personalidad. Muy divertido, hablador, bromista, risueño y alguien con el que podías hablar de cualquier tema, fuera profundo o absurdo, sin sentirte estúpida.

Así que, como yo también soy una persona muy agradable. No sé cómo, conseguí que él también se enamorara de mí. Llevábamos saliendo varios meses, mi mejor amiga y él se caían muy bien, así que los tres solíamos pasar mucho tiempo juntos. La relación era tan maravillosa, yo estaba enamorada de Iván y sentía que él estaba igual de enamorado de mí y por fin nos acostamos. Fue la primera vez de ambos. Muy romántico, con velas, música, muchas palabras de amor, muy rápido, confuso, casi nada de dolor. Con todo lo que me habían contado, bueno una primera vez entrañable pero no muy memorable. Menos mal que después todo mejoró con la práctica, las ganas de aprender, divertirnos y probar cosas nuevas de parte de ambos.

Durante ese tiempo veía menos a Laura, empezó a salir con un chico y ya saben los principios de las relaciones como son, hace muy difícil el buscar tiempo para todo, cuando solo deseas estar con esa persona que es especial para ti. Por fin un día lo pudimos conocer, quedamos los cuatro para ir al cine. Ya ni recuerdo la película y es que nos encanta ver pelis, es algo que nos unía a los cuatro. Cuando lo vi, me pareció guapísimo, era un par de centímetros más alto que mi novio. Iván mide 1,81 y Moi, el novio de Laura, 1,83. Tiene el pelo castaño muy oscuro, ojos rasgados, como si los hubieran cortado con bisturí, color negro y muy profundos, una sonrisa de infarto y un cuerpazo similar al de mi amado Iván. Es decir, eran dos bombones que siempre atraían las miradas.

Cuando faltaban pocos meses para acabar el instituto y estábamos preocupados por la universidad y demás, la relación de pareja de Iván y mía ya no iba nada bien. Nos queríamos mucho como amigos, por lo que para no terminar haciéndonos daño y fastidiando todo, decidimos terminar y seguir como amigos. No fue nada fácil, fueron meses tortuosos para los dos, hasta adaptarnos y encontrar nuestro lugar cada cual en la vida del otro. También ayudó el hecho de que ninguno empezamos a salir con nadie.

En esos meses Iván y Moi se acercaron aún más y realmente eran íntimos amigos. En estos años su relación era muy estrecha, ya que aparte de que sus novias eran íntimas, ellos compartían muchos intereses y gustos así que eran uña y carne.

Así fue como los cuatro nos separamos por la universidad. Laura se quedó estudiando en nuestra ciudad, yo me fui a Madrid y ellos a EE. UU. Padres con dinero ayuda mucho en la selección de universidad. Laura y Moi cortaron, ya que una relación a tanta distancia y sin saber cuándo se verían era absurdo, lo malo es que tuvieron muchas peleas y quedaron muy mal, sin hablarse.

Y aquí comenzó la vida de mi ex y su mejor amigo en EE. UU. que me sé perfectamente y con mucho detalle, gracias a todos los emails que nos enviábamos Iván y yo, contándonos todo de nuestras vidas con demasiados detalles, sin excluir nada. La confianza...ya saben.


Por fin estaban en Nueva York, en un no tan pequeño apartamento, visto lo visto. Con dos habitaciones, baño, cocina y salón en el mismo espacio.

- Menos mal que tenemos dos semanas antes de empezar las clases, para hacernos una idea de todo esto, ¿eh Moi?

-Sí, menos mal -contestó en tono bajo y triste.

-No te pongas de bajón. Esta noche nos vamos de copas para celebrar que estamos aquí y para que dejes de pensar en Laura, ya hace como dos meses que no la ves, ni hablan.

-Claro para ti es fácil, tú sigues de amiguísimo de tu ex y siempre están contándose cosas

-Es que nosotros, éramos muy amigos antes de gustarnos y empezar a salir, cuidamos mucho el poder seguir siendo tan amigos. Perdona -dijo Iván con voz triste.

-No es culpa tuya, no te preocupes. Vamos a desembalar y arreglarnos para cenar y celebrar a lo grande que por fin estamos aquí, solteros y sin preocupaciones, por ahora -contestó Moi luchando por mejorar su humor y mostrando su gran sonrisa.

Ya llevan como cinco cervezas y varios chupitos cuando se dieron cuenta de que había varias chicas preciosas coqueteando y riendo con ellos, así que esa noche estrenaron sus respectivas habitaciones y "solterías" con dos chicas muy guapas, que querían conocer a esos españoles tan encantadores.

Las paredes eran bastante finas, por lo que se podían escuchar los gemidos, los besos, los choques de los cuerpos y todo el ejercicio que se estaba realizando en ambas habitaciones. Eso les excitaba aún más, escuchar los sonidos de la otra pareja, les daba un morbo que nunca habían pensado sentir y nunca contarían a nadie.

Bueno, menos a mí, que el loco de Iván, me contó todo detallado en su email. Si quieren puedo decirles el color de la ropa interior de la chica, el tamaño de sus senos, el olor que tenía y hasta los movimientos y gemidos que hacía. Todo menos su nombre o cualquier otra cosa trascendental de ella. Ya que Iván no se acordaba de nada, solo lo mucho que lo disfrutó, ¡así es mi machote! Y según pudo escuchar, Moi lo pasó igual de bien y tampoco recordaba el nombre de la chica, de todo lo demás ni idea que ellos no llegaron a profundizar tanto en el chismorreo.

Continúa>>>

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Mi primera historia. No sé si habrá alguien tan loco para leerla, pero si lo estás haciendo espero que te guste. Yo al menos me estoy divirtiendo mientras la escribo.

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora