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Llegó la época de exámenes, llevaban un mes sin parar con trabajos y todos los exámenes, casi no se veían y las pocas veces que coincidieron tuvieron broncas. Estaban agotados y casi no descansaban. Uno de los días tras volver a discutir, se quedaron serios mirándose.

-No podemos seguir así, estamos de lo más insoportables y me muero de ganas de partirte la cara y con la cara que me miras creo que sientes lo mismo.

-Vale, es cierto, dime que se te ocurre que hagamos, rato que nos vemos, rato que nos gritamos, y no me digas de follarme porque entonces sí que te doy de leches. -Suspira Iván mientras se sentaba en el comedor.

-No sería mala idea. -Dijo Moi con una sonrisa, habían conseguido cambiar la forma de hablarse y estaban más tranquilos ahora. - Voy a volver a mi habitación, para que tengamos nuestro espacio y no molestarnos. Cuando yo duermo tú te pones a estudiar y viceversa, nos estamos estorbando y no nos dejamos descansar, de ahí nuestra mala leche entre nosotros.

-También con respecto a la casa, volvemos a lo de antes, en vez de los dos limpiar todo, cada uno lava, recoge y limpia lo que ensucie. Ordenamos y dejamos las zonas comunes limpias y ordenadas en el momento que lo ensuciemos, cada uno se hace su colada y comida.

-Es buena idea. Así no nos robamos tiempo. A partir de ahora hasta que acabemos este período liberamos la tarde del domingo para estar juntos. Prohibido hablar de las clases y mierdas, solo divertirnos y mimarnos. ¿Te parece?

-Buena idea Moi, espero que con todo esto dejemos de gruñir, porque se me estaban quitando las ganas hasta de verte. Dame un beso, me voy a la biblioteca, te veré con ilusión el domingo por la tarde. -Se agachó a besar sus labios con suavidad, lo alargó más de lo que esperaba, hacía varios días que no se besaban porque no paraban de discutir y no les apetecía ser cariñosos. -Vale, el domingo me apetecerá que me folles. Adiós.

-Lo tendré en cuenta. -Le propinó una torta en el culo mientras sonreía. -Yo volveré de madrugada, ya nos veremos, te quiero.


Sacaron muy buenas notas y pudieron descansar unas semanas antes de entrar en el siguiente y último periodo. Querían terminar segundo con muy buenas notas. El tercer año de carrera sería muy duro y querían estar muy bien preparados, deseaban que sus padres estuvieran muy orgullosos y usar todo lo aprendido en los negocios familiares, los padres de Iván tenían algunos supermercados y los de Moi hoteles.

No tenían que preocuparse por el trabajo, pero si por ser los mejores profesionales para que prosperaran ambos negocios. Habían decidido esperar a volver, para contar su relación a los familiares y amigos. Suponían que no tendrían problemas, pero querían decirlo a la cara.

Mientras pasaron los meses y las clases continuaban, ellos estaban más cómodos y seguros en su relación. Moi también había intimado y se llevaba muy bien con Ian y John. Los cuatro salían a menudo juntos y eran muy cercanos.


Estaban en las últimas semanas de clases, Iván y Moi habían vuelto a separarse para no tirarse de los pelos ni asesinarse. Ya que necesitarían tiempo para ellos, después de la vorágine en la que estaban sumergidos Moi propuso.

- ¿Qué te parece si volvemos al hotel aquel que fuimos cuando empezamos a salir? Podemos ir tres o cuatro días antes de volver a España.

-Ohhhh Moi me parece muy buena idea, te quiero tanto por ese cerebro que tienes.

-Podemos decirle a Ian y John si quieren venir, aunque no sé si podremos dedicarles tiempo, las ganas que tendré de follarte harán difícil salir de la habitación.

-Te tomo la palabra y no te preocupes Moi, ellos estarán haciendo lo mismo, te lo aseguro, esos dos da igual el tiempo que lleven juntos, no se despegan, pero visto lo visto estaremos igual. No me quitas las manos de encima.



Los cuatro llegaron al hotelito con encanto, la señora Smith estaba encantada de volver a verlos y que fueran con amigos. Les hospedó en la misma habitación de la última vez y a sus amigos la habitación de enfrente.

-Nos vemos abajo para dar una vuelta antes de comer. ¿Les parece? -Preguntó Ian, mientras empujaba a John dentro de la habitación.

-Qué te parece si nos vemos directamente para almorzar, sin prisas. -Sonrió burlón Iván, que había visto la mirada que Ian dirigía a John.

-No te rías de mí, mira tras de ti. Me parece perfecto, nos vemos luego, divertiros. -Él sí que fue burlón, así que giró la cabeza para encontrarse con unos ojos negros que se clavaban en su culo, con hambre. -Moi entra en el cuarto.

Con esa simple mirada ya estaba encendido, así que empujo a Moi a la habitación y saltó sobre él. Se desnudaron el uno al otro, sus bocas se pegaban y jugaban con sus lenguas, rápidamente, se dejaron caer en la cama.

Moi totalmente excitado elevó las piernas de su novio y bajó para mojar y pringar con su saliva, el estrecho anillo que necesitaba profanar ya. Los gemidos y grititos de Iván mientras le metía la lengua, estaba dificultando su paciencia. Sin más, colocó a Iván a cuatro patas y se deslizó en su interior, gritos salieron de sus bocas por la satisfacción.

Moi golpeaba muy rápido y duro, chocando sin parar la próstata causando mucho placer al ardiente hombre que se estaba follando. Lo atrajo para que se apoyara en su pecho, le lamió y marcó el cuello mientras ese cuerpo se estremecía entre sus brazos, más se apretaba contra él, gemidos llenaban la habitación. Sudaban y luchaban para pegar más sus cuerpos.

Iván se dejó caer sobre la cama y dándose la vuelta abrió sus piernas para que se pusiera entre ellas y le penetrara con fuerza. Colocó las piernas en sus hombros, gritó cuando sintió como se clavaba profundamente en él. Su polla temblaba, fue a darse placer, pero Moi le retiró la mano para encargarse él mismo de ese trabajo.

Gimiendo y cansados, el orgasmo iba creciendo y cogiendo forma en su interior, la mano que exprimía su dureza fue manchada con su esencia mientras su boca gritaba, su culo fue rociado con la cálida y pastosa esencia del amor de Moi.

Moi se dejó caer sobre Iván, se abrazaron y besaron, jadeando y descansan intentado relajar sus cuerpos. Se movieron para acomodarse en la cama. Iván sintió como su ano quedaba vació del calor que desprendía el pene de su novio. Con un suspiro se abrazó a Moi apoyando su cabeza en el pecho, para besarlo satisfecho.

-Cada vez que sales de mí, te extraño. Siento un vació interior que solo calmas cuando me abrazas o vuelves a follarme.

-Ahhh, de ahí que estés todo el día contoneando tu culo para excitarme.

-Yo no hago eso, ¿cuándo lo he hecho?

-Ahora mismo. Estabas despidiéndote de Ian mientras movías tu trasero para incitarme y hacer que te follara.

-No jodas, por eso me mirabas así, ahí fuera. Amor, que fácil eres de excitar.

-Yooo, tú viste cómo te miraba, saltaste sobre mí y esto fue lo que pasó. -Se empezaron a besar dejando de discutir, claramente se deseaban mutuamente, todo el rato.

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora