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No pudo dormir en toda la noche, cuando al día siguiente se encontraron en el pasillo vio la cara de Iván, había estado llorando y sin dormir también, ambos tenían un aspecto lamentable. No volvió a follar, ni con él, ni con nadie. Su mente estaba hecha un auténtico lío. Se sintió tan bien cuando oyó el te quiero, un estremecimiento le recorrió por entero, pero casi enseguida, su mente gritó.

- ¡Qué coño pasa aquí! esto no puede pasar.

Él no era gay, él no quería una relación ni amor en su vida. Solo quería divertirse follando con cualquier chica, sin complicaciones, divertirse y acabar la carrera, ya después vendrían los agobios y no dejarse llevar.

Muchas de las noches no dormían en su casa, se quedaba con otros amigos. Se centró en los estudios e intentó dejar de pensar en Iván, las veces que se encontraban no le miraba, ver su cara tan triste le partían el corazón, quería abrazarlo y tranquilizarlo. Pero no podía, él no amaba a nadie.

Su amigo era tan bueno a pesar de todo, que hasta recogió y limpió su habitación a conciencia para que la usaran sus padres. Cuando se despidieron se sintió la peor escoria del mundo, su tono de voz fue tan triste que se asustó, pero por suerte, Iván ni se percató, ya que no dijo nada.

Cuando volvió a la casa tras haberse ido Iván, limpió su habitación y quitó todas las cosas para usar en el sexo que tenía y las llevó a la habitación de Iván. Él sería quien dormiría allí. No podía permitir a nadie más en el espacio de ese chico en el que no podía dejar de pensar.



Las dos semanas con sus padres, no estuvieron mal. Se divirtió mucho con ellos, les echaba mucho de menos. Le dijeron que para julio tendría que estar en casa, su primo Elías se casaba, era su primo favorito. Toda la familia estaba revolucionada y feliz por él, ya que todos querían mucho a su novio, llevaban juntos diez años y cinco conviviendo.

Cuando escuchó esta noticia se puso a pensar en su primo y en su cabeza que estaba totalmente loca. Quizás necesitaba hablar con alguien que le ayudase a aclarar su mente y sin más se fue a la habitación de Iván y llamó a su primo.

-Elías, felicidades, mis padres me acaban de decir lo de tu boda. En julio los veo, en la boda.

-Gracias, menos mal que vienes, pedazo cabreo me cogería si pasaras de venir. Por cierto, intenta venir acompañado, golfo.

-Bueno de algo de eso quería hablarte. ¿Tienes tiempo ahora?

-Claro, por supuesto. Estoy tumbado en el sofá la mar de cómodo, así que cuéntame qué problema amoroso tienes.

Cuando empezó a narrarle todo lo que había pasado, como se había sentido y como se sentía ahora, Elías alucinó un poco, conocía a ambos y nunca en la vida pensó que ellos se liarían, mientras más escuchaba, más veía el daño que había hecho su primo a Iván y que ambos estaban enamorados. Al menos uno lo había reconocido y confesado, así que esperaba que no fuera tarde para su primo el poder solucionarlo.

-Tú eres tonto, la has cagado hasta el fondo. Más te vale que prepares algo grande para cuando regrese. Y le cuentas todo lo que me has contado a mí. Como te sentías y sientes y a ver si puedes solucionar las cosas. Te quiero primo. Ánimo y ya me cuentas como fue.



-Bueno esto fue lo que me pasó. Fui un cobarde acojonado. Que no pensaba, ni recapacitaba las cosas. Por eso no me di cuenta de que yo también me había enamorado de ti. Por eso fui tan cretino y te dañé. Lo siento. -No apartó la mirada de Iván. Este bajo los cubiertos con cuidado, los dejo sobre el plato. Le miraba muy serio mientras se levantaba de la mesa, se acercó a él y le insto a que se pusiera de pie.

- ¿De veras sientes eso por mí? -Dijo dubitativo.

-Por supuesto, no lo diría en caso contrario. ¿Me perdonas por todo el daño que te he hecho? Eres mi mejor amigo y no puedo creer todo lo mal que te trate.

- ¿Estás seguro de que es amor? -Seguía sin creerle.

-Que sí, joder, ¡que te AMO! ¿tú podrás perdonarme? En serio haré lo que sea que necesites para que me perdones. -Estaba realmente preocupado. No quería perderle ni seguir sintiéndose como la basura que se sentía, deseaba abrazarlo y besarlo, pero no podría hasta que el otro le diera a entender que había futuro para ellos.

Sin más Iván se le acercó, le rodeo con suavidad con los brazos acercando sus labios para darle un pequeño pico, después apoyó la cabeza sobre su hombro dejando que todas las lágrimas acumuladas de los últimos tiempos fluyeran, lloraba sin poder poner fin a la cascada de sus ojos, el hombro de Moi estaba empapado y este le acerco con cuidado y sentándose en la silla de nuevo, hizo que Iván se sentará sobre él para abrazarle mientras lloraba también, juntos. Eran de alivio, sabían que habían estado a nada, de perderse el uno al otro y su amistad.

Iván siguió llorando un rato más, Moi con tranquilidad lo arrullaba sin decir nada. Sabía que le había hecho mucho daño, que había sufrido por su culpa durante mucho tiempo. Cogió un vaso de la mesa, le puso agua y se la ofreció, Iván bebió con cuidado, ya que pequeños hipos se le escapaban. Le ofreció una servilleta para que se sonara mientras le limpiaba las lágrimas con otra. Cuando vio que estaba más sereno, le dio un beso en cada ojo y un pequeño pico.

- ¿Tienes algo que decirme, que quieres que sepa? ¿Me podrás perdonar? -Aunque es cierto que le había besado, seguía preocupado.

-Sí, te perdono, pero vas a tener que ser muy muy bueno conmigo para recompensarme por todo. Y bueno, supongo que solo te diré que cuando me notabas raro contigo, fue cuando empecé a darme cuenta de que me atraías y estaba asustado. Y que yo tampoco tenía claro mis sentimientos hacia ti. Mi boca habló por sí misma y fue cuando me di cuenta de que era verdad que te amaba. Entiendo perfectamente tus dudas y miedos porque estuve igual que tú. -Una pequeña sonrisa salió de los labios de ambos. -Ahora, realmente estoy muy cansado, agotado. Te importa si vamos a dormir y mañana terminamos de hablar y de arreglar todo. ¿Dormirías conmigo? te he echado mucho de menos.

-Muero de ganas de despertar contigo mañana, así que sí. Vayamos a dormir. Por cierto, en tu habitación dormí yo. No iba a permitir que nadie dejara su marca.

-Que cursi puedes ser -Río mientras le besaba y se quitaba la ropa para acostarse usando solamente los calzoncillos. No le apetecía ponerse nada más, estaba hecho polvo.

Se acostaron y tras un pequeño pico Moi le abrazó como siempre hacía, para dormirse entrelazados. 

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora