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Le quitó la ropa y fue lamiendo y chupando todo ese cuerpo que tanto placer le daba. Moi sabía cuáles eran sus puntos más sensibles, así que para hacerle sufrir pasaba su lengua y dientes alrededor de ellos sin llegar a donde su amado deseaba. Se divirtió jugando un rato, sonriendo mientras veía ese cuerpo retorcerse bajo sus manos, desesperado.

-Joder, no me hagas sufrir tanto, me estás matando. ¡Fóllame!. Por favor, métemela o tócame la polla, no puedo más.

Estaba lloriqueando tenía la piel muy sensible y es verdad que llevaba mucho jugando con él, le levantó las piernas y procedió a introducir su lengua para humedecer y suavizar la entrada. Sintió el jalón en el pelo y como gritaba de gratitud o eso pensó.

-Ahhh ya quita la lengua, mete la polla o te juro que no me follaras en siglos, por dios, cuanto más me vas a preparar, hace años que te supliqué y ahora otra vez. Ahhh... me duele. Mierda. Haz que me corra ...Ahhh...

-Perdona amor. Ya voy.

Le besó, joder se había excedido, nunca le había visto así. Cuando con una mano comenzó a acariciar la polla mientras se introducía en su culo, no acabó de entrar profundamente y ya le pringó de semen. Comenzó a golpear en su interior la polla en su mano seguía dura, su novio gemía y gritaba, frenó los envites, pensaba que le estaba haciendo daño.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué paras? -Le miró enfadado, estaba rojo y los ojos extraviados de pasión. -Sigue, más, más duro, estaba perfecto y paraste. -Parecía a punto de llorar.

Se asustó Moi de verle así y sin pensar volvió a golpearle profundo y duro, le besó, acarició su falo sin parar, Iván se agarró a su cuerpo mientras gemía y suplicaba, realmente estaba demasiado excitado, nunca le había visto así. Se salió de él y le puso a cuatro patas para embestir su interior, vio cómo se corría de nuevo mientras se empujaba contra él. Le agarró de las caderas y continuó con las embestidas mientras el otro gemía y suplicaba, se estremecía y no paraba de sudar. Se corrió, cuando iba a salir de su novio, este cerró las paredes que le rodeaban para evitar que saliera, levantó la cabeza y chocó con su miraba.

-Aún no hemos acabado. Ni se te ocurra, salir, quiero más, estoy muy excitado. Sigo duro y te necesito.

-Amor ¿quieres montarme y dar la velocidad y fuerza que desees? -Iván puso cara como si le hubiera dado el mejor regalo del mundo. Así que dejo que saliera de su interior para cambiar la postura. - ¿Qué te pasa, estás bien?

-Tú dijiste que me ibas a follar sin parar, estuviste jugando con todo mi cuerpo, me duele hasta la piel de lo sensible que me dejaste, ¿aún preguntas? -Se introdujo la polla con cuidado, mientras jadeaba luchando para conseguir estar profundamente insertado. -No entiendo tus quejas, estas muy duro me costó meterla toda.

Apoyó sus manos en el pecho de su novio, mientras Moi le agarraba de las caderas, dejando que este tomara la responsabilidad. Excitado le vio frotarse y moverse sobre su vara, ambos gemían. Era rápido y preciso en hacer que su culo fuera golpeado con su dureza, sudaba y forzaba los cuerpos de los dos al máximo, se iba agotando poco a poco, corriéndose de nuevo se dejó caer sobre su novio esparciendo su fluido entre el cuerpo de ambos.

Moi con delicadeza le acostó en la toalla y volvió a golpear y empujar el punto de su novio, sintiendo sus golpes y las mordidas que le iba dando por el torso, Iván se volvió a empalmar. Abrió los ojos centrándolos en los rasgados de ese hombre que le subió las piernas hasta apoyarlas en sus hombros, para profundizar las estocadas.

Iba más lento, pero más profundo, con cada golpe hacía que los dos se estremecieran, siguió chupando y mordiendo el cuerpo de Iván mientras le masturbaba con cuidado, se había corrido varias veces, cerca de resultar dolorosas las caricias en la polla, sus ojos buscaban la cara de Iván, sus ojos desenfocados embriagados por el placer y el cansancio. Tras tres empujones más se vació de nuevo en su interior.

-Ven amor levanta. Sígueme. -Le llevó al río, se sentó el primero en una piedra plana y después hizo que se acomodara su novio. -Abre las piernas, apoya la espalda en mi pecho y abre las rodillas, deja tu culo abierto, levanta las caderas un poco, así. -Cuando Iván hizo lo que pedía sin objetar nada, le metió un dedo haciendo que jadeara, le saco todo el semen del interior. -Amor te dejé bien pringado, como me gusta llenarte de mí.

-Ahhhh... me está gustando - Dejó su cabeza caer dejando acceso a su nuca y espalda que Moi aprovechó para morder y marcar de nuevo. -...Ahhhhh... estás jugando duro. Estoy lleno de mordidas.

-Levanta y rodea mis caderas con las piernas y siéntate sobre mí, me pusiste duro con tu gemido. Te mordí porque cada vez que lo hacía, entre el placer y el dolor que te causaban te corrías.

- ¿Cómo puedes ponerte otra vez duro y en el agua con lo fría que está? -Se colocaba y se empalaba con cuidado -Al final vas a tener que llevarme de vuelta a la casa a cuestas.

-No te preocupes, yo cuidaré de ti... Ohhhh...como quema tu interior, se está tan bien.

-Ven deja que te ayude a correrte. -Acercó sus dientes al cuello dejando varias mordidas por todo él. Moi no objetó nada, sabía cómo estaba de marcado el cuerpo del otro.

Mientras se impulsaba cabalgando sobre su novio, el río dejaba que saltara el agua sobre sus cuerpos, aliviando el calor que sentían de rozarse y besarse. Moi le agarró con fuerza de las caderas para ayudar a profundizar las embestidas. En eso Moi le clavó los dientes en el hombro e Iván volvió a vaciarse, no había ya nada de esperma, o eso parecía y le causó hasta dolor.

Se separó de su novio y poniendo la cabeza entre las piernas de Moi comenzó a hacerle una mamada, le dolía el interior para seguir con esa dureza entrando duro y profundo. Succionó y chupó con fuerza, Moi le tiraba del pelo y dejándose caer para atrás en la plana piedra embestía con las caderas, Iván con cuidado no permitió que llegara tan profundo como antes, pero solo tuvo que mamar un poco más para que le llenara la boca de semen.

Se limpiaron en el río y Moi ayudó a Iván a llegar a las toallas, completamente desnudos y sin importarles nada más se quedaron dormidos abrazados, mientras el sol les proporcionaba el calor justo para estar cómodos.

Así les encontraron sus amigos, que se sonrieron y sin hacer ruido les sacaron unas fotos para dárselas después, sabían que les iba a gustar, reflejaba los satisfechos y lo mucho que se amaban. Fueron a limpiarse al río y colocando las toallas algo separada de ellos se abrazaron y también se quedaron dormidos.



Unas horas después Ian y Moi despiertos se acercaron a la orilla del río a hablar para no romper el descanso de sus respectivos novios, se vistieron y taparon los cuerpos desnudos de sus parejas. Moi le sonrío mientras se frotaba una de las mordidas que le estaba doliendo especialmente.

-Intentamos venir antes, pero se oían los gritos de Iván, parecía muy entregado.

-Si, perdona, se nos fue de las manos.

-No te preocupes, así me diste tiempo para seguir disculpándome. -Sonrió con lujuria recordando lo que habían hecho ellos.- Lo que cuando se despierten tendremos que regresar. Tras lo que oímos le va a ser tedioso el paseo.

-No fue mi culpa, no me dejaba. Es insaciable. -Se rieron los dos.

-Cuando empezó vuestra historia, no sabíamos lo que pasaba, nos tenía preocupado, saltaba de la felicidad a la tristeza en segundos. Creo que estaba enamorado de ti de hacía tiempo, aunque no lo supiera. Cuando nos contó que estaba contigo y todo lo que había pasado entre vosotros, nos preocupamos por él, por si le hacías daño, pero realmente se le ve muy feliz y juntos es tal y como él es, se siente seguro y amado así que por eso te tenemos cariño.

-Muchas gracias por querer y preocuparos tanto por él. Yo también soy muy feliz y estoy completamente a gusto.

-Se nota, dejas atrás tu frialdad y te hace que seas más accesible. Por cierto, tengo esta foto, te la envío y la borro.

Miró su móvil viendo la foto que les habían sacado, era la foto que reflejaba más amor y erotismo que nunca había tenido, emocionado y con una sonrisa se la agradeció. Estaba siendo un inicio de vacaciones que le estaban reforzando sus sentimientos, fueran como fueran las cosas en casa y pasara lo que pasara, sabía desde ya, que no iba a renuncia a Iván. Sonrió aún más cuando oyó un quejido a su espalda y al girarse vio como este, dolorido intentaba levantarse.

-Voy a ayudarle, ¿te importa esperar unos minutos aquí y no mirar? Tengo una pomada y quiero ponérsela.

-Claro ve, pero déjamela después, la voy a necesitar. -Viendo como le miraba pensando que no le veía nada dolorido se echó a reír. -No es para mí, pensé que Iván te había dicho que yo era el activo. Vale por tu cara veo que no.

-Iván, cariño colócate, te voy a poner pomada. -Rápidamente se dejó hacer, le dolía mucho y sabía que la pomada le aliviaría. Dolorido era consciente que Moi se lo aplicaría mejor. -Muy bien, ya está. Ven que te ayudo a vestirte. ¿Quieres comer algo para tomar la pastilla? -Hablaba bajo para no despertar a John.

-Sabias que me ibas a follar a lo bestia, que trajiste todo, lo habías planeado. Que listo.

-No amor, pero no sé qué te ha pasado que estás especialmente pervertido, así que preferí prevenir. Te das cuenta que estás muy caliente estos días.

-Bueno, es que en unos días volvemos a casa y no vamos a poder tenernos tanto como estamos acostumbrados. Cada uno estará con su familia varias semanas. Te voy a echar de menos.

-Amor, no importa. No te dejaré solo mucho, no voy a poder estar sin ti. Yo pensaba decirles a nuestros padres que estamos juntos desde el principio. No me veo capaz de dormir muchos días sin ti.

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora