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Con la mirada de su novio clavada en él, se bajó los pantalones y escucho el jadeo de este al ver la magnitud de su deseo. Le dio una sonrisa mientras se acercaba, procedió a hacer lo que le había exigido, así que de un empujón se introdujo totalmente en su calor. Le levantó las piernas para poder golpear con fuerza y dureza esa estrecha entrada.

Iván le había pedido que fuera salvaje, lo quería duro y vigoroso. Así que agarrándose al cabecero de la cama comenzó a varear su punto de placer. Gritaban y gemían por los bravíos golpes de sus caderas, ya estaban sudando, las manos de Iván le atraían y empujaban sobre él, se besaron tan fuerte, que saborearon sangre, sin saber de qué labio era.

Iván se estremecía y gritaba sintiendo la fuerza con la que machacaba su interior, se corrió manchando a ambos mientras le clavaba los dientes en el hombro, cuando los espasmos se pararon y seguía sintiendo el duro ataque, se lanzó contra el cuerpo de su novio, haciendo que cayera de espaldas en la cama, él siguió con el ataque, las caderas entrechocando y aporreándose con dureza, Moi le clavó los dedos en las caderas empujando el cuerpo de Iván hacia abajo mientras él se enterraba aún más en su canal y regándolo con su espeso y caliente semen.

Jadeando Iván cayó sobre él. Estaban sudados, llenos de marcas nuevas, doloridos, sangrando por el ataque de los dientes y realmente satisfechos del placer compartido. Iván le dio un suave beso y se le cerraron los ojos. Estaba completamente dormido, cuando Moi ya se sentía con fuerzas, se salió del interior de su novio acompañado de su semen.

Tras limpiar a Iván que de lo agotado no se despertó le tapó y él se dio una ducha para luego apagar las luces y acostarse a dormir abrazado a ese cuerpo que exigía tanto placer como daba. Era maravilloso poder amar y sentirse correspondido de la misma manera. Era la mejor relación que hubiera soñado nunca.



Cuando llegué al comedor, mi pareja favorita ya estaba allí desayunando, tenían mejor cara que ayer, se veía que habían descansado y algo más según pude apreciar mientras me acercaba a la mesa y veía ciertas marcas en sus cuellos.

-Buenos días ¿puedo desayunar con vosotros?

-Sí, nosotros acabamos de empezar.

-Vale, voy al buffet a ver que me apetece.

Volví a la mesa con mi desayuno y me senté frente a ellos, Moi estaba atento a cualquier cosa que pudiera necesitar Iván, se levantó unas cuantas veces para traerle alguna cosa que veía y pensaba que podía gustarle.

-Te va a echar a perder. Te está consintiendo mucho.

-Te aseguro que me lo merezco, él lo sabe tan bien como yo. -Me soltó con un guiño.

-Puede ser, pero la mordida de él da miedo.

-Lo sé, pero él lo lleva con orgullo, hasta que llegaste estaba muy orgulloso de como lo había conseguido. No paró de soltar guarradas hasta que te vio.

- ¿Y se lo permitiste?

-No ves como salta y corre para mimarme, claro que se lo permito.

- ¿Qué plan es el de hoy? -preguntó Moi mientras se sentaba, dándole unos dulces que había ido a buscar.

-Pues ir al Spa, masajes y relax. Moi te va muy bien ser zurdo.

-Si, ¿por?

-Porque no dejas de acariciar la pierna de Iván mientras comes con tranquilidad con la zurda, si fueras diestro lo tendrías más difícil. -Los dos me miraron sorprendidos -No me vais a decir que soy la primera que se da cuenta de que Moi no deja de tocarte.

-Ves, te dije que Ian no era el único, tú me haces lo mismo a mí -Se burló encantado Iván.



Fue un día de lo más relajante, cómodo y divertido. Los novios de la despedida no paraban de hacerse arrumacos y mirarse con amor, se les veía muy felices. Estaban tan satisfechos de poder disfrutar con las personas que sabían cuánto se amaban y lo felices que eran juntos.



Al día siguiente llegaron los invitados para la cena y la fiesta de la despedida en sí. Eran como unas cien personas, entre los amigos y familiares se les había ido de las manos, menos mal que el dinero no era problema. La cena era un buffet, cada uno comía lo que quería, era comida variada, había comida de muchos países más barra libre y música. El ambiente tan encendido, todos disfrutando a lo grande.

Iván y Moi estaban con los padres de este último. Cenaban y bebían mientras bromeaban, les habían hecho algunas preguntas sobre ellos y cosas de su relación. Les daba más curiosidad de la que querían dejar ver. Se sorprendían un poco cuando los veían darse algún beso o caricia. Pero estaban muy felices de ver a su frío hijo tan cariñoso y feliz.

Todos bailaban y se sacaban miles de fotos, la fiesta se estaba alargando mucho más de lo esperado, nadie parecía dispuesto a irse y finalizar la fiesta. Elías y Yeray estaban bailando muy pegados y felices. Cerca estaban Iván y Moi, borrachos y muy mimosos se sonreían sin poder evitarlo.

-Mis niños, que enamorados se ven. Les dio fuerte. Nunca hubiera pensado veros así. Mi primo favorito, tan feliz.

-Tan feliz como mi primo favorito, que se casa en pocos días, con el amor de su vida.

-Espero que vosotros pudierais disfrutar de las maravillas del amor. Tengo algo muy sabio que deciros. Nunca peleen más de lo necesario, si vuestro deseo es estar juntos perdonaros rápido los daños que se causen, claramente no serán a posta y lo sabéis. Así que no desperdicien el tiempo en hacerse pagar por las ofensas. Y siempre buscad tiempo para el otro, hablad de vuestro amor y mimaros todos los días.

-Mi novio siempre es de lo más sabio cuando se emborracha. Pero tiene razón, eso ayuda a que la relación sea fuerte y superar cualquier cosa. Mira la de años que llevamos juntos y tan felices.

-Haremos lo que nos decís y si necesitamos ayuda siempre contaremos con vosotros.

-Si, claro, pero sin pasarse. -Elías bromeo.

Ya la gente iba abandonando la fiesta poco a poco. Iván y Moi se estaban despidiendo de los padres de este.

-Estuvimos hablando de como estáis, suponemos que no desearéis pasar las vacaciones separados. Así que os dejamos un apartamento para estar juntos, pero tenéis que dedicarnos tiempo a nosotros y a tus padres y demás familiares. No solo estar pegados y con amigos.

Se despidieron con abrazos, estaban felices de no tener que separarse durante las vacaciones, estaban acostumbrados a dormir juntos y el poder seguir haciéndolo les quitaba presión. Se miraron sonriendo.

Un guiño de Iván más la presión del culo de este que se apoyaba en él, hizo que Moi tuviera prisa en despedirse y regresar a su habitación. Cuando iban subiendo en el ascensor, le agarró, devorando su boca con pasión.

-Moi, llevo rato lanzándote indirectas.

-Cariño siempre me deseas. Por ti estaríamos follando a todas horas, también tenemos que relacionarnos con otra gente. Ven entra, ahora te complaceré.

Se besaban arrastrándose y desnudándose por la habitación, con suavidad y delirando en la boca del otro. Degustando el alcohol de sus bocas, la ropa tirada por la habitación, se tiraron en la cama, se pusieron cómodos y se quedaron dormidos. Estaban muy borrachos y cansados.

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora