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Estaban completamente desnudos sobre las sábanas de la cama de Moi. Jadean intentando obtener más oxígeno, como si estuvieran en una maratón, sus pieles encendidas por la pasión y el placer que producían sus caricias en el cuerpo del otro, Moi estaba sobre Iván lamiendo, degustando su cuello, dando pequeños mordiscos fue llegando a los pezones que esperaban con ansias recibir la atención de su lengua juguetona. Sin más, procedió a mordisquear y chupar como tantas veces había hecho antes con tantas mujeres, gratamente sorprendido de que su técnica sirviera, daba igual que fuera hombre o mujer.

Iván sentía como su cuerpo era besado, mordido, acariciado y como esa boca juguetona iba descendiendo cada vez más, jugando con su estómago y su ombligo. De repente, sintió el aliento en su ya más que dura y chorreante polla, mirando hacia abajo con incredulidad vio como Moi mirando con lujuria se relamía y procedía a introducirla en la boca, mientras miraba a su amigo para saber si le gustaba.

Sabía mejor de lo que pensaba y gracias a todo el porno visto, más todas las que le habían hecho a él, esperaba estar proporcionando mucho placer. Primeramente, se metió todo lo que pudo en la boca, con su lengua jugó con el capullo lamiendo y saboreando el líquido preseminal y poniendo duros los labios comenzó a subir y bajar su cabeza mientras mamaba, chupaba y lamía la vara dura y gorda que tenía en su boca. Debía estar haciéndolo bien, ya que no dejaba de escuchar gemidos, suspiros y sentir jalones en su cabello.

Sintió como su compañero se sentaba y agarraba su cabeza para exigirle más velocidad y fuerza, él miró hacia arriba viendo la cara de placer y satisfacción de Iván y noto como su propia polla se ponía más dura, nunca había disfrutado tanto de ver la cara de satisfacción de alguien ni deseado que enloqueciera de placer. Cuando notó que el orgasmo estaba próximo se apartó y lo acabó con la mano. Tras limpiarse, extendió la mano hacia el cajón, cuando Iván le retuvo con el rostro ruborizado y una enorme sonrisa.

-Creo...que ...mmm... ahora es mi turno...ufff ...de jugar. -Jadeo un poco aún algo agitado de su orgasmo y tirando a Moi sobre la cama, dispuesto a mostrarle cuán bueno era él en la cama también.

Subiendo sobre el cuerpo de Moi procedió a besarle y acariciarle, había soñado tanto con esto la última semana, que tenía todo el croquis hecho en su cerebro. Primero besarle y comerle la boca, esa boca y lengua tan juguetona fue saqueada, mordisqueada y succionada con ansias, después beso esa barbilla tan angulosa que le fascinaba, bajando hasta ese cuello largo y sexy que tanto había deseado saborear. Fue jugando como había hecho con él antes, llegando a sus pezones para darse un festín, como podían parecer tan hermosos y deliciosos, la lujuria le tenía loco. Mientras bajaba fue percibiendo el olor del sexo de Moi, no podía creerse las ganas que tenía de saborear esa vara que temblaba y se agitaba.

Cuando finalmente se la metió en la boca oyó el gemido y la blasfemia del otro, haciendo que se sintiera orgulloso de sí mismo. Miró la cara de Moi mientras le hacía el trabajillo de la mejor manera que podía, más parecía que se estaba comiendo una paleta de helado con el gusto con el que lo estaba devorando. En cierto momento Moi intentó avisar que se apartara, pero el orgasmo llegó muy rápido y solo vio como Iván lo tragaba como si fuera lo más delicioso del mundo y su cara de pervertido excitó aún más a Moi, deseando entrar en él y empotrarse sin descanso en ese culo tan provocativo.

-Ven acá... pervertido -Le besó con pasión Moi degustando su esencia de la boca del otro. Le acariciaba y le apretujaba el culo un poco, sintió como se volvía a poner duro. Cogió el lubricante para proceder a preparar ese trasero que tanto deseaba montar y mientras besaba y acariciaba con una mano fue introduciendo un dedo y al poco un segundo, sintiendo como se tensaba se acercó a su oído.

-Relájate, deja que entren mis dedos, permite que te acaricie y te toque para poder empujarte duro contra la cama, a ver si de esta la rompemos. -Mordisqueó la oreja con suavidad.

-Serás bruto, ¿qué quieres hacerme?

-Quiero que te pases todo el finde pensando en hoy y dejarte tan agotado y satisfecho que no puedas moverte de manera normal hasta el lunes. -Susurro Moi, mientras introducía un tercer dedo y procedió a besar a ese hombre que le tenía tan caliente.

Rápidamente sacó los dedos y tras colocarse el condón procedió a introducirse en ese calor tan acogedor. Otra vez tuvo que hacerlo con cuidado, es cierto que ya estaba estrenado, pero hacía par de semanas y tenía que ir con paciencia de nuevo. Preocupado, miraba la cara del otro para ver si le hacía daño, todo iba bien y consiguió entrar hasta el fondo soltando ambos sendos gemidos.

-Joder que rico y calentito estas. Voy a moverme ya. -Comentó mirando su cara y esperando su permiso, solo asintió con suavidad y él comenzó el choque de sus caderas contra el otro cuerpo, buscaba el punto de placer, que por fin encontró sin ninguna duda por el grito que soltó.

-Iván...me gusta, grita más. Di mi nombre. -Súplica, pegando sus labios a los del otro chico.

-Moooiiiii siiii...ahhhh... ahí. Más....más duro. ...Ohhh... por favor Moi... más. -Sus manos apretaban y arañaban la espalda de Moi intentando acercarlo más a él y cuando sintió que la mano del otro masturbando su polla sus dientes mordieron el cuello para evitar el fuerte grito que iba a salir, ya que el orgasmo le atravesó con fuerza.

-...Ahhhh... que bien. -Su orgasmo llegó también cuando ese culo le apretó y absorbió todo lo que tenía que darle. Cayó sobre el otro cuerpo, cansado, se oía el jadeo de ambos, sus cuerpos sudados por el esfuerzo y ambos satisfechos por el placer obtenido. Se miraron a los ojos y se sonrieron como hacía días que no hacían, Moi le dio un pico y empezó a salir con lentitud de él quitándose el condón y tirándolo a la papelera.

-Vamos a ducharnos, yo te ayudo, no te preocupes. Espero que no estés muy dolorido.

-Bueno tú eras el que quería dejarme inservible hasta el domingo, no sé yo. -Bromeo Iván mientras se levantaba con cuidado.

Cuando llegaron a la ducha, Moi muy atento enjabonó todo el cuerpo de Iván y el de sí mismo. En verdad, así mismo fue muy rápido y eficiente, con Iván fue entreteniéndose, acariciando todas las marcas de besos que le había dejado, así como las marcas de dedos en sus piernas, cuando se las sujetaba o se las había abierto durante su encuentro. No se sentía mal por ellos, él mismo tenía muchas marcas y mordiscos Con cuidado le metió un dedo para limpiar lo que él mismo había ensuciado hacía nada con lubricante.

-No te muevas, ni te retires, yo lo mancho, yo lo limpio. Te dije que yo te ayudaba y eso voy a hacer, quédate quieto y no te rebeles. -Reía Moi.

-Joder que da mucha mosca. -Suspiró incómodo Iván mientras nooo que algo volvía a despertar por ahí abajo.

- ¡Iván! -Río Moi cuando se percató. -Eres insaciable, menos mal que tengo aguante. Lo que no tengo condón aquí. -Dijo preocupado.

-No importa. Entra, sabemos que nuestros últimos análisis estaban bien. -Dada su intensa vida sexual, habían decidido hacerse análisis cada pocos meses y el último había sido hacía pocos días.

Besó con ansias a Iván y le pidió que se apoyara en la pared dándole la espalda. Iván entendiendo lo que pretendía se agachó lo suficiente para facilitarle la entrada a Moi y sin demora sintió como este entraba en él sin ninguna dificultad, encontrando su punto de placer a la primera y embistiendo fuerte e implacablemente.

Sin la protección sentía el interior y el calor de ese culo, sentía aún más como era devorado y absorbido haciendo que estuviera por acabar. Bajó su mano para masturbar a Iván mientras los empujones le acercaban cada vez a la liberación y sin importarles ya sus gritos y gemidos, ambos llegaron al orgasmo rápidamente.

Moi salió de él suavemente y con cuidado volvió a limpiarlos. Le dio una toalla a Iván y cogió otra para él y se encaminó a la habitación de Iván.

-Mejor dormimos en tu cama, que está limpia. Déjame que acabe de secarte, después vamos a dormir que mañana madrugo. Joder a ver cómo me levanto a las 6. Mierda son casi las tres, me entretienes mucho.

-Claro, ahora la culpa es mía, venga échate a dormir ya. Buenas noches. -Dijo bajito y algo tímido Iván.

-Buenas noches. -Le respondió Moi y se acercó para darle un suave beso en los labios y abrazarlo para dormir, cerrando los ojos sin ninguna preocupación. Agotados pero satisfechos se quedaron dormidos. 

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora