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La luz del sol entraba con fuerza por la ventana, uno de los rayos pegaba directamente sobre los ojos de Iván. Los abrió con cuidado, movió la cabeza un poco y así logró no quedar cegado, miró al chico que descansaba a su lado. Nunca le había visto dormir, le pareció tan hermoso. Con un pequeño suspiro se levantó con cuidado para no molestar y que siguiera descansando. Deseaba seguir allí acostado con él, pero su cuerpo gritaba por la necesidad de usar el baño.

Tras darse una ducha y ponerse ropa cómoda fue a la cocina. Recogió y limpió lo de la noche anterior. Abrió la nevera y la despensa, ambas estaban llenas, se notaba que los padres de Moi quisieron dejar la casa bien abastecida antes de irse. Calentó la leche y preparó dos sándwiches mixtos que acompaño con papas fritas de un paquete que abrió. Puso cacao en las tazas y colocó todo sobre una bandeja.

Abrió la puerta de su habitación con cuidado y sin hacer ruido puso la bandeja sobre la mesita. Tras esto, abrió levemente la ventana para que el aire de la mañana refrescara el cuarto y los ruidos del exterior le ayudaran a despertar a Moi. Se sentó con cuidado en la cama y empezó a acariciar la cara del durmiente. Fue haciendo cosquillitas mientras llamaba su nombre con suavidad. Los ojos rasgados por fin se abrieron, mientras una sonrisa se escapaba de sus labios.

-Que despertar tan de película, hasta desayuno hay. Déjame ir al baño un segundo y ya comemos. -Salió corriendo de la habitación para regresar menos de dos minutos después. Cerró la ventana, hacía mucho frío.

-Sé que es mi desayuno favorito. Pero me apetecía mucho. Tengo hambre. Además, tu solo tomas café y a mí entre que no me gusta y me sale asqueroso, me decidí por esto.

-Me parece perfecto. Está delicioso. Gracias.

Hablaron y bromearon un poco mientras terminaban el desayuno. Estaban un poco nerviosos aún, sin estar seguros de cómo comportarse, tenían que terminar de hablar y aclarar las cosas, por lo que habían decidido saltarse el primer día de clase. Tampoco era la gran cosa.

Mientras Moi se daba una ducha, Iván ordenó la habitación y limpió la cocina y los cacharros usados. Entró en el baño para cepillarse los dientes en el momento que Moi salía solo con la toalla. Se le quedó mirando, sus ojos hambrientos le recorrieron de arriba abajo, no quería ni podía evitarlo. Percibió un pequeño movimiento bajo la toalla y cuando subió la mirada sorprendido, se encontró con los ojos oscuros que le miraban a su vez con el mismo deseo. No pudieron dejar de mirarse, pero tampoco se atrevieron a acercarse, tras unos segundos de incertidumbre Iván se giró para el lavabo y coger su cepillo, mientras Moi tomaba la ropa sucia y se iba a su cuarto para vestirse.

Se sentaron en el sillón, mirándose a la cara, con expresiones serias. Tenían que acabar de hablar y ser sinceros el uno con el otro. Eso de dejarse llevar por la pasión habría estado muy bien, pero mejor aclarar todo, así estarían más tranquilos.

Antes que nada, Iván le entregó un paquete a Moi, le había comprado un regalo, todos los años se daban algo y este no sería menos. Pero se sorprendió cuando le dio el suyo. Se sonrieron y rompiendo el papel con prisas para verlo. Iván recibía la última película de Marvel y su amigo la serie GOT. Se sonrieron felices.

-Bueno ahora supongo que es mi turno de hablar. -Comenzó con una sonrisa Iván. -Te aseguro que tras lo poco que te dije ayer no me apetece decirte mucho más. Pero al menos quiero que sepas que te perdono por cómo te comportaste y como me trataste estas semanas atrás. Entiendo perfectamente que estabas loco y desesperado sin saber qué hacer. Yo bueno...la noche aquella le mandé un email a mi ex contando todo lo que había pasado y como me sentía. Si quieres leerlo, no tengo ningún problema. Cuando estuve en casa, nos vimos y ella te defendió, me dijo que tenía que hablar contigo para arreglar nuestra amistad. Ambos pensábamos que tú no querías nada conmigo, pero ella me dijo que te dijera todo lo que sentía y que llegáramos entre los dos a acuerdos para no perdernos. -Elevó la mirada y se acercó un poco al otro- Quiero ser sincero contigo y conmigo. Tras lo que me dijiste ayer, solo puedo decirte que lo que yo quiero es...ufff que difícil...estoy de los nervios...nunca me había costado tanto. Joder, mira me sudan las manos.

- ¿Qué quieres decir que estás tan nervioso? Estás haciendo que me preocupe de verdad.

-Quiero salir contigo. Quiero una relación de pareja. Dado nuestra relación y como me haces sentir, no puedo ni quiero tener algo como amigos con derechos, ni esas mierdas. -Le miró a los ojos intensamente, sin darse cuenta que por los nervios se había acercado aún más al otro y sus manos apretaban sus piernas.

-Mierda, sí que eres rápido. Me has jodido. Era yo el que quería pedirte salir. Pero bueno, claro que quiero ser tu novio. No podía con mis celos, pensando en ti y otras personas, ahora estaré más tranquilo. -Le agarró de la camiseta y por fin sus labios se juntaron en un beso suave, como tanteando. Tras un pequeño jadeo de Iván como de felicidad, el beso se intensificó. Las lenguas se buscaron y acariciaron tanteando la boca del otro.

-Mi novio besa tan bien, que me está calentando con rapidez.

-Mis besos no están mal, pero mi novio venía caliente del baño, en el que sus ojos no pararon de devorarme -Hablaban bajito, entre besos y sonrisas.

-Mi novio, tan listo y perspicaz, sabiendo ya de eso, debería venirse a la habitación para estar más cómodos, quiero devorarlo con tranquilidad. Estoy "hambriento" desde el año pasado.

-Yo sí que tengo "hambre" no paras de contonear ese culito redondo por mis alrededores, hasta en sueños me persigue -Le dio una torta en lo que deseaba perderse y se encaminó a su propia habitación. -Tendremos que decidir cuál será nuestra habitación y dejar la otra para visitas.

-Es cierto, ves hay cosas que hablar aún, volvamos al salón -Se giró como si fuera a salir del cuarto, cuando sintió como lo agarraba de las caderas tirando, dando la vuelta a su cuerpo de nuevo y haciendo que chocara con el de Moi, soltó una carcajada, mientras dejaba que le desnudara con mucha velocidad.

-Esa conversación, no es tan importante. Quiero celebrar que somos pareja y deseo estar dentro de ti, tantas veces que no podrás sentarte bien en días. Voy a hacer que te quedes sin voz de gritar y gemir mi nombre. Vamos a estar haciendo el amor todo lo que nos queda de día.

- ¿Vamos a hacer el amor? No pensé oír eso de ti, nunca.

-Te declaré mi amor anoche, hoy lo declarará mi cuerpo. Obvio que será hacer el amor, aunque te esté follando a lo bestia contra la cama, la pared, la ducha, la cocina, el salón y cada parte de la casa. Lo siento por ti y por si tenías otra idea. Pero serás todo mío, el único empotrador seré yo. Mañana si puedes moverte, ya hablaremos de cambiar. 

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora