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Moi besó a Iván con suavidad y dejó que descansara levemente. Llevó toallas y ropa al baño, regresó al cuarto donde su novio, completamente desnudo y pringado le miraba y sonreía agotado.

-Ven, deja que te lleve al baño, te ducharé y cuidaré.

-Ay uffff. Me duele mucho. Ve con cuidado. -Caminaba lentamente al baño.

Le duchó y limpió por completo mientras dejaba que se apoyara en él, realmente se había excedido, pero, aunque Iván tenía dolor no crítico ni se quejó de su abuso. Hizo que se sentara y le secó el pelo con el secador, con lo largo que lo tenía, si no lo peinaba, por la noche sería un desastre y mejor dejarlo arreglado que preocuparse más tarde. Le puso con cuidado la pomada, observó que estaba algo hinchado y rojo, cuando aplico la pomada Iván suspiro por el frescor calmante. Tras ponerse los pijamas le ayudó a acomodarse en el sofá.

- ¿Estás cómodo? tomate dos pastillas, realmente me excedí, perdona.

-Estoy cómodo, gracias espero que ayuden, te excediste, sabes la cantidad de veces que me corrí, todo está bien, no te sientas culpable, todo está bien. Ahora solo abrázame y sé tierno. Esta noche vas a tener que ayudarme y mucho.

-Eso también lo lamento, cambiamos el día de la quedada, ¿para qué estés bien y no te dé vergüenza?

-Ellos no me van a avergonzar, son buenos amigos, harán alguna broma, pero siendo pareja saben lo que hay.

Moi le abrazo y acaricio con suavidad, se pasó toda la tarde abrazándole y dejando caer besos sobre ese chico. Estuvo extremadamente cariñoso. Se sorprendió de sí mismo. Con Laura nunca había sido así de cuidadoso, seguro se le estaba pegando del otro ser empalagoso, pero no le molestaba se sentía cómodo y muy contento de cómo estaban las cosas.


Llegaron a las ocho al restaurante, donde se encontraron a la otra pareja. Los miró con curiosidad. John era más alto que Ian, musculoso, se notaba que le gustaba ir al gimnasio, no era exagerado a lo Schwarzenegger, pero llamaba la atención, más con su pelo pelirrojo y cara de pillo parecido a Ron Wesley. Ian por el contrario era un poco más bajo y flaco, era más delicado y elegante, su pelo era rubio.

Desde que vieron cómo se movía Iván y como Moi le ayudaba y cuidaba una sonrisa socarrona adornó sus caras y dejaron caer burlas sobre su amigo. Se puso tenso para protegerle, pero la mano de Iván le apretó y sonrió.

-No te preocupes, no sabes las burradas que les he soltado a lo largo de este año y pico que nos conocemos. Lo que me digan lo merezco.

-Y nunca seremos tan bestias, porque no tenemos su mente perversa. -Explicó John riendo.

- ¿Estáis los tres en la misma clase?

-Que va, ellos están juntos desde primero, pero yo estudio periodismo -explicó Ian- lo que como nuestros horarios coinciden y estudiamos cerca y...

-Y es un acosador que no puede estar sin mí, pues estamos los tres juntos casi siempre -terminó John burlón mientras Ian se reía.

- ¿Y vosotros salís de hace mucho? -sorprendido vio cómo se miraban y reían.

-Verás, nos conocemos de toda la vida. Nuestras madres son amigas desde antes que naciéramos.

-Pero no nos soportábamos, es más nos odiábamos, pero mucho. Tuvimos varias peleas a puñetazos y ni nos hablábamos.

-Nuestras madres intentaban que nos juntáramos y fuéramos amigos, pero cuando teníamos catorce años o así se rindieron.

- ¿Y cómo es que sois ahora novios? -preguntó sorprendido pasando la mirada de uno a otro.

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora