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Otra semana pasaba volando, bueno más o menos. Iván se sentía triste, no paraba de recordar la noche pasada con Moi, el olor de él que nunca había percibido, ahora lo tenía enloquecido, cada vez que le decía algo, sentía su cuerpo vibrar con el sonido de su voz y lo peor es que había dejado de buscar compañía y no paraba de masturbarse mientras se imagina a Moi y a él teniendo el mejor sexo del mundo.

Por otro lado, estaba preocupado por su amigo, aparte de que no se veían mucho, este tenía unas ojeras enormes últimamente y siempre que estaban en la casa se le quedaba mirando fijo, con esos ojos rasgados, como si quisiera pegarle una paliza, no sabía que le pasaba, pero él tampoco había llevado a nadie más a la casa, después de la tía aquella que se había tirado.

-Iván, yo mañana por la mañana temprano me voy a ir, estarás solo todo el finde, que me voy con compañeros de clase, de escapada. - Le dijo mirándole muy serio, como hacía últimamente.

-Ahhhh, ok. Espero que lo pases muy bien. Esta noche me voy de copas con los de mi clase, como mañana viernes también lo tenemos libre, pues quieren aprovechar para hacer lo que todos los findes, emborracharse. -Intentó bromear Iván, sin mirarle a la cara, esa mirada le hacía sentir pequeño y mal.



Estaba con todos los compañeros en el pub, cerca de su casa bebiendo tranquilamente, llevaban varias horas allí, pero Iván se lo estaba tomando con mucha tranquilidad. Realmente había ido para no tener que estar con Moi en la casa, con esa atmósfera tan extraña que se había formado, no estaba muy de ánimo y para colmo el idiota de John no paraba de molestarlo.

-Ohhhh mi buen amigo Iván jajaja... sabes cuánto te quiero, eres tan buen amigo y eso que eres de taaan lejos. Pero da igual, yo te sigo queriendo. -Le agarraba y le echaba el aliento con pestazo a alcohol.

-Siii, yo también te quiero, aunque seas un borracho de lo más pesado. -Intentaba soltarse.

-Ayúdame a sacarlo Iván, me lo llevo a casa, vamos a pillar un taxi, que como está, no llega caminando ni mañana. - Ian el novio de John le pidió ayuda mientras intentaba que el otro caminara recto.

Ya en la calle mientras Ian conseguía un taxi, Iván hacía malabares para que John no se fuera de cara al piso y a la vez que dejara de agarrarlo. Era difícil, entre lo alto y musculoso era pesado. Estaba muy pegado a él abrazándolo y proclamando que sería su mejor amigo de por vida. Ian entró primero al taxi mientras Iván empujaba a John hacia los brazos de su novio, que le esperaba dentro del taxi para que no se hiciera daño. En esto John le agarró del culo mientras le daba un sonoro beso en el cachete.

-Mierda. Lo lamento mucho Iván, haré que te llame para que se disculpe. Y le contaré todo lo que ha hecho y dicho para que muera de vergüenza.

-Está como una cuba, así que no te preocupes tanto -Le respondió con tranquilidad mientras conseguían meter al borracho en el taxi, por fin.

Vio el coche irse y decidió volver a su casa, estaba aburrido, cansado y no tenía ganas de beber más. Cuando se giró para irse hacia su casa, en la acera a la que pensaba cruzar para encaminarse al apartamento estaba Moi. Parecía una estatua, con una mirada rara, como dolida y ese tinte frío de los últimos días.

-Hola, ¿tú por aquí? que sorpresa, pensé que estarías en casa durmiendo, ya que mañana madrugas, yo voy para allá ahora, ¿vamos juntos? -Le dijo con tranquilidad, sin mirarle a la cara, en serio que parecía que iba a matarlo.

- ¿Quién era ese y qué estabais haciendo? -Le gruño Moi, mientras le seguía al apartamento al que no tardarían en llegar.

-Era John. Creo que te he hablado de él, es un risa de tío. A ver si algún día se conocen, es un risa. Le ayudaba a subir al taxi, pedazo cogorza que tiene el loco. -Le contó Iván nervioso sin saber por qué, mientras llegaban al portal e iban subiendo a la casa.

- ¿Y ese beso y agarrada de culo? -Dijo Moi con la voz baja y llena de ira. Abrió la puerta de la casa e hizo que Iván entrara y le mirara -No sabía que ahora te iban los tíos, podrías habérmelo dicho, sigo siendo tu amigo. Ahora que te da por follar y besar hombres...

-Pero de qué vas, que beso ni que mierda. Le estaba ayudando y punto y lo del cu...

- ¡No me mientas! - Le gritó de repente. -No, estoy ciego, sé lo que vi.

-Bien vale, me estaba dejando magrear por él, tras la experiencia contigo y lo mucho que disfruté follando, decidí que tenía que seguir experimentando. -Le soltó indignado y decidiendo no explicarle nada más, le daba igual lo que pensara. -Me voy a mi cuarto.

- No, no te vas, no hemos terminado. -Gruño Moi mientras se le acercaba con una mirada extraña. - Si tanto te gustó lo del otro día, solo tienes que decírmelo, estoy dispuesto hacerte gritar de placer otra vez. -Se fue acercando más aún, mientras le miraba la boca.

-No seas gilipollas, sabes que era trola, realmente no me besó ni nada, solo me decía cuán amigos éramos y me agarro el culo, estaba borracho, en el taxi estaba el novio esperando a llevarlo a su casa. -Le fue diciendo Iván, asustado mientras retrocedía, calculando las posibilidades que tenía de llegar sano y salvo a su habitación.

- ¿Así que disfrutaste mucho conmigo y quieres repetirlo? -Siguió acercándose Moi omitiendo todo lo que acababa de decirle Iván. -Estoy más que dispuesto en hacerte gemir, gritar y disfrutar. Te voy a dar tanto placer que mañana no podrás levantarte de la cama. El edificio entero va a temblar de los empujones que te voy a meter.

- Pero ¿qué te pasa? -Iván se quedó pegado a la pared entre asustado, sorprendido y completamente excitado. Cuando escuchó a Moi describir lo que quería hacer con él un fuego empezó a calentar todo el cuerpo y le subió a la cabeza rápidamente, ayudado con las imágenes que su viva imaginación creó para él.

-Te deseo ahora. -Posó los labios con suavidad en los labios de Iván, le dio unos pequeños besos y sus dientes mordisqueaban con gula, jugó con el de abajo chupando y cuando dejo caer un suave jadeo aprovechó para introducir su lengua, saboreando de su boca las cervezas que había bebido y encontrando su lengua, la cual atrapó, lamió y chupó como si fuera el más delicioso de los caramelos.

Se separó lentamente y fijó sus profundos ojos oscuros en los verdes. Ambos tenían un brillo de lujuria y jadean suavemente, sus cuerpos apoyados el uno en el otro.

-Vamos a mi habitación -Dijo en un susurro Moi mientras le agarraba la mano con suavidad. 

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora