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Parecía como si Moi tuviese seis manos con las que le acariciaba y tocaba por todas partes, su boca no se despegaba de la de Iván y las manos de este tocaban todo lo que podía abarcar del cuerpo de Moi.

Moi se separó un poco de Iván y tomó algo del cajón próximo a la cama. Rápidamente y por miedo a que el otro cambiara de parecer se volvió a acercar besando sus labios con pasión, mientras que la mano bajó al duro miembro que exigía atención y obedientemente se la dio.

Cuando notó que Iván estaba sumergido otra vez en ese mundo de caricias y placer, mientras gemía y suspiraba. Moi abrió un pequeño bote de lubricante que había cogido y se lo extendió sobre los dedos para poder así entrar suavemente en la retaguardia de su amigo, para prepararlo.

- ¿Qué haces? -Gritó sorprendido y algo preocupado Iván.

- ¿Qué crees? venga, ambos sabemos de esto perfectamente, tu ex es una fujoshi loca y hemos visto anime yaoi y hasta alguna serie "bl" con ella. -Le respondió con una sonrisa burlona, mientras metía otro dedo y jugaba con su ano y su pene intentando darle placer.

-Ahhhh...bueno si, yo...esto...bueno...sé delicado. -Dijo Iván no muy seguro, pero al final cediendo a dejarse hacer por su amigo.

-Te aseguro que seré lo más cuidadoso que pueda, solo sigue con esa mirada y esa expresión, ya verás lo bien que va a ir todo. -Moi intentó tranquilizarlo, mientras le besaba con pasión de nuevo.

En esto sintió que el orgasmo de Iván llegaba y mientras hacía que se corriese introdujo un tercer dedo, con todos ellos le daba estocadas intentando llegar a tocar su punto mágico, daba gracias en silencio por haberse dejado sumergir en los mangas que su amiga le había dado en el pasado. Que bien le venía todo eso ahora, para ser delicado con ese hombre que no dejaba de estremecerse y gemir entre sus brazos.

Sin previo aviso y sin poder esperar más cogió el látex, poniéndolo con cuidado para no romperlo, cogió el bote de lubricante y se extendió más sobre el miembro mientras su amigo cogía aire tras el orgasmo experimentado. Poco a poco fue entrando. Claramente se tensó nada más sentir la punta de la polla de Moi, pero este empezó a acariciarle y besarle de nuevo, al oído le suplicaba que se relajara que le dejara hacer, poco a poco y con suavidad consiguió entrar un poco más de la mitad, no le quedaba mucho e Iván no dejaba de jadear y su frente estaba perlada de sudor del esfuerzo.

-Joder tan grande, gorda y dura. No acaba de entrar y me estás matando, ¿qué tan grande la tienes? -Se quejó Iván sintiendo como si lo estuviesen partiendo en dos.

El cuerpo de Moi tembló sobre él tras soltar una gran carcajada escuchando su queja. Sintió que Iván le había mordido en el hombro cuando estaba accediendo a su interior, se preguntó cuántas marcas tendría al día siguiente, entre los dientes y las uñas en su espalda, aunque con una sonrisa pensó que valía la pena pagar por el honor de profanar ese lugar tan cálido que poco a poco le iba absorbiendo.

-Acabo de ver y tocar la tuya y sin género de duda son casi igual en tamaño y grosor. Así que ya sabes lo que estás notando. De todas formas, ya me falta poco para entrar del todo, intenta relajarte y disfruta de lo que te hago. -Le contesto mientras le miraba divertido y volvía a besarle con toda la pasión que Iván estaba produciendo en él.

Unos minutos después, por fin, ya estaba completamente dentro de Iván y tras dejar que se acostumbrara a la extraña presencia en su interior, comenzó un lento vaivén, provocando el gemido de ambos chicos. Colocando las piernas de Iván para estar los dos más cómodos, siguió moviéndose en su interior, cambiando el recorrido en busca de ese punto que hiciera disfrutar a Iván tanto como estaba disfrutando él. Sintió que lo encontró por el cambio en el sonido de su gemido y el estremecimiento de su cuerpo.


Seguía embistiendo, miro su cara y la veía tan hermosa en una plenitud de placer, lujuria, disfrute y sexualidad que lo dejó casi atontado, después bajó la vista para embriagarse de ver su miembro siendo engullido por ese maravilloso culo, apretándole, succionando y pidiendo más. Esto era el paraíso no podría aguantar mucho más, así que volvió a tomar la polla de Iván con su mano y mientras continuaba golpeando en su interior sin descanso, su mano masturbaba y acariciaba toda esa vara dura, tras unos toques más Iván volvió a correrse y ya por fin Moi se dejó ir en el interior de su amigo, dejando salir un gruñido por la liberación de su cuerpo.

Ambos mirándose a los ojos con la satisfacción de todo el placer compartido, sudados, manchados de fluidos, cansados, relajados y sonrientes. Moi salió poco a poco de ese calor que de manera tan acogedora lo había recibido, intentando no producir dolor.

Se quitó el condón haciendo un nudo y tirándolo a la papelera. Tras esto cogió unas toallitas húmedas procediendo a limpiar la piel de Iván de semen y sus besos.

- ¡¡Uy!! déjame, ¿qué haces? -Se quejó Iván completamente colorado.

-Ohh vamos estás sucio, déjame que te limpie y quite todo. -Respondió suavemente y con ternura, consciente de la vergüenza que estaba sintiendo el otro mientras le rehuía la mirada, de sus hermosos ojos verdes.

Tras acabar de limpiarlo y tirar los papeles a la papelera tiró de las sábanas y la manta preparándose para dormir, ya que habían acabado muy fatigados. Se acostó de lado, abrazando a Iván y dándole un pequeño pico cerró los ojos, aun escuchando el ruido de la fiesta que había fuera de la casa.

Iván se quedó mirando unos segundos, sintiendo el hormigueo del pico en los labios, estaba agotado, pero inmensamente feliz y pleno. No sabía que pasaría mañana, ni cómo actuarían, pero decididamente era el mejor polvo que había echado nunca. Moi realmente era un gran amante y le había hecho disfrutar muchísimo.

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora