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Era temprano, ya el grupo había desayunado y cogiendo todo lo necesario para pasar todo el día fuera, comenzaron a alejarse de la casona. Caminaron durante varias horas, estaban internándose por una pequeña montaña, querían llegar al nacimiento de un pequeño río. El paisaje era precioso. Escuchaban miles de cantos de pájaros y ruido de otros animales que huían de ellos mientras avanzaban.

-Descansemos un poco, quiero agua.

-Toma Moi, aquí tienes. ¿Estás bien? -Preguntó Ian, era muy atento.

-Sí, solo es la falta de costumbre de hacer deporte y el calor. En poco estaré mejor.

- ¿Falta de deporte? No creo que sea eso. -Le guiñó un ojo y se dio la vuelta con una sonrisa burlona.

Moi soltó una carcajada. Recordando que cuando finalmente Iván y él habían quedado satisfechos y se acercaron para salir del lago, los otros dos estaban tumbados y secándose al sol. No les dijeron nada, ellos también se acostaron con un suspiro y los cuatro dormitaron reponiendo fuerzas.



Subieron una hora más y llegaron a una zona algo más abierta, allí podrían comer y descansar, el río corría cerca de ellos y los rayos del sol traspasan entre las hojas de los árboles, dando calor, pero sin ser sofocante.

Se quitaron la ropa, toda la ropa. Total, solo estaban ellos y no era la primera polla que verían. Se bañaron en el río refrescándose y relajando el cuerpo tras la caminata. El agua que bajaba era bastante fría, así que salieron rápido y se tumbaron en toallas que habían traído, descansaron y se secaron, mientras escuchaban el ruido del agua y de los animales alrededor.

-Ummm tengo hambre. -Dijo John mientras se estiraba.

Todos comenzaron a moverse, como ya estaban secos se pusieron la ropa interior y los pantalones, cogieron las mochilas que portaban la comida y bebida. Una de las mochilas era una nevera en ella había agua y cervezas. Juntaron las toallas y colocaron toda la comida en el centro del círculo que habían creado. Tenían distinta variedad de bocadillos, muslos de pollo rebozados y fritos, ensaladas, una pequeña tarta de manzana y paquetes de galletas, papas fritas y golosina variada.

-La señora Smith sí que sabe mimarnos, está todo delicioso. -Iván comía muy feliz.

-Iván deberías quejarte, hay grandes mosquitos en la habitación, estás lleno de picaduras. - Le bromeó el pelirrojo.

-La misma plaga que hay en tu habitación, tienes mordidas hasta en el culo. -Le dijo tranquilamente.

- ¡Ian! joder. Te decía que me dolía y tú tratándome de loco. -Le fulminó con la mirada indignado.

-Mierda Iván eres un chivato, gracias. Venga amor, sabes que no puedo evitarlo, me gusta mucho. -Se acercó y se sentó haciendo que se apoyara en él besando su nuca. - Desde la primera vez te hice una mordida ahí, es una costumbre. Es mi marca. Solo la ha visto el chismoso de Iván que no podía mirar el culo de su novio y punto.

-Si, claro, siempre con excusas y tratando de engatusarme con tu labia. Suelta. -Se levantó y se fue internándose entre los árboles.

-Volveremos en unas horas, cuando nos acerquemos gritaré por si acaso. Me llevo esta toalla, agua y algo de tarta. Voy a tener que disculparme mucho. La verdad que la mordida es de hace dos semanas y sigue así, imaginad lo que le dolía. -Sonrió y salió corriendo tras su novio.

-Van a estar muy ocupados, John es muy exigente para aceptar sus disculpas. Le hace currárselo. -Iván le contó a su novio riendo. -La primera vez, no sé qué sucedió, pero hizo que limpiara su habitación, por lo visto estaba muy sucia y estuvo varias horas, aparte tenía que mantenerla limpia durante varios meses, según me dijo Ian fue muy difícil, pero tuvo sus compensaciones, aparte del perdón de John. -Recogía lo que sobraba de la comida y guardaba la bebida. Sacudieron las toallas y volvieron a acostarse en ellas.

-Son una pareja rara pero muy divertida. Se ve que se aman mucho y se complementan entre ellos. Me alegra que a ti no te moleste las marcas que te hago y que no seas duro a la hora de perdonarme.

-Solo necesito varios orgasmos y ya soy feliz. Así que ya lo sabes. Ven acércate deja que te bese. Mmmm que bien sabes. ¿Podrías hacerme un favor?

-Siii, que quieres.

-Quítate la ropa, acuéstate, abre las piernas y deja que te deguste. Tengo aún hambre, quiero más postre - Se relamió mientras miraba a su novio dejar que la ropa se deslizara hasta el suelo.

Los ojos de los dos se encontraron, Iván se puso de pie y se acercó como si estuviera hechizado, se acercó a Iván para besarle, se abrazaron pegando sus cuerpos a lo largo, sus torsos desnudos se rozaban mientras sus bocas se devoraban dejando que sus lenguas se degustaran y chuparan, gimieron de gusto por la intensidad de besos.

Iván comenzó a besarle el cuello, mientras le hacía suaves cosquillas, sintiendo que la piel se erizaba le dio una pequeña mordida. Su novio le apretó los brazos y gimió echando la cabeza para atrás.

Bajó a los pezones, lamiéndolos y succionando, con una mano le acarició la polla la otra estaba sobre la parte baja de la espalda, para mantenerlo pegado a él. Subió para besarle de nuevo y tras guiñarle un ojo, se arrodilló y sonrío mientras su lengua lamía sus labios, la olió, sabía que era un pervertido le encantaba como olía.

Oyó el jadeo de su novio antes siquiera de llegar a hacerle nada, miro hacia arriba con la ceja levantada.

-Es que me estás mirando de tal manera que me voy a correr así sin más.

-Ohhhh amor que lindo eres. Me alegra que disfrutes tanto.

Tras esto le lamió la ingle y frotó su nariz con su dureza y testículos. Introdujo esa gran vara en la boca, con la lengua lamió y humedeció toda ella, para jugar. Se metió un dedo en la boca y mientras bajaba para jugar con el escroto le introdujo el dedo en busca de su próstata. Volvió a subir la lengua por lo largo de la polla e introdujo el capullo rojo de nuevo en la boca, para limpiar las pequeñas gotas.

Moi se sacudía y gemía dejándose hacer por esa lujuriosa boca de su amado novio. Sentía como jugaba y presionaba su punto de placer, mientras chupaba y succionaba profundamente su polla. Sin poder soportarlo más, agarró la cabeza con sus manos, enterró los dedos en la melena mientras empezó a embestir en su cavidad, oía como jadeaba mientras se introducía cada vez más dentro.

Iván sintió el placer de su hombre mientras este le follaba la boca, dejó la boca lo más abierta que pudo, solo preocupándose de no hacerle daño con los dientes y dejando que su lengua jugara con la polla mientras entraba y salía de su boca, su dedo se presionaba en lo profundo de su novio con las estocadas de su cadera. Ya empezaba a sentir algunas arcadas, su novio no se daba cuenta de lo dentro que estaba yendo, casi hasta la garganta. La cavidad presionó su dedo, la polla se hinchó aún más y en un momento con los ojos llenos de lágrimas sintió como le llenaba de semen mientras Moi gritaba de placer.

Escupió el semen y tosió, veía a su novio caer de rodillas frente a él y abrazarlo, le besaba con pasión, no le dejaba que se repusiera, le acariciaba y besaba, le tiró sobre las toallas y comenzó a lamer su tórax y estómago.

-Amor ha sido una de las mejores mamadas que me has hecho. Te amo y deseo. Voy a hacerte que te corras tanto, que vas a necesitar una semana para caminar bien. Quiero darte tanto placer, que no olvides este paseo, como yo no olvidaré lo maravilloso que es follarte la boca.

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora