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-Déjate de bromas, vamos a comer ya, tengo hambre. -Empujó un poco a Moi para apartarlo de sí y poder ir a almorzar.

-Yo también tengo hambre.

-Sí, pues no parece que estemos hablando del mismo "hambre", deja de repasarme con los ojos, no soy ni tonto, ni inocente, siento si vienes caliente del viaje, pero yo no apago fuegos que encienden otras personas. -Fue a la mesa a sentarse, estaba molesto.

-Venga no te enfades, comamos. Y yo vine tranquilo del viaje, saqué unas fotos muy guapas, después te las enseño. -Moi empezó a comer mientras intentaba calmar el enfado de Iván.

-Me encantará verlas. Pero ya que estas en este plan mejor hablemos. -Dejó escapar un suspiro, intentando coger valor. Miró con seriedad a Moi. - ¿Qué estamos haciendo?, ¿qué está pasando? Nos hemos acostado un par de veces, entiendo que fueron dos calentones y punto. Pero esto de que llegues y te pongas así ¿no te parece raro?

-Bueno, no tanto, solo es...que bueno. Me encanta follarte. Eres buenísimo en la cama y realmente disfruté mucho. -Dijo mientras se rascaba la cabeza, nervioso e intentando ser sincero y no cabrearlo más. - ¿Tú no has disfrutado? ¿Te avergüenza o molesta ser follado? Pensé que disfrutaste tanto como yo.

-No es eso, no me da vergüenza ni me molesta que me folles, también lo disfruté mucho, obviamente. -Ya estaba totalmente colorado, pero al menos Moi también, así que siguió diciendo. -Parece, que se nos está escapando de las manos, no sé qué piensas de esto o si lo has hecho. Pero somos mejores amigos, vivimos juntos y hasta hace varias semanas éramos heterosexuales. ¿No estás preocupado?

-Es cierto que no he pensado en nada como veo que tú haces. Solo me estoy dejando llevar por mi cuerpo. Lo único que pensé en todos estos días es lo mucho que disfruté y las ganas que tenía de volver hacerlo. No me planteo mi sexualidad ni nada, solo pasarlo bien contigo de más maneras, seguimos siendo amigos, pero con derecho a roce...o algo así. Creo que todo sigue igual que antes, simplemente nos conocemos más profundamente. -Sonrió lascivamente comiéndoselo con los ojos.

Terminaron de comer hablando de lo que habían hecho el finde cada uno. Iván decidió dejar el tema, más claro no podían ser los dos y él tampoco sabía que más quería, aparte de volver hacerlo con Moi, una y otra vez. Mientras este último se encargaba de limpiar todo, Iván fue a ducharse y mirándose en el espejo sonrió de medio lado, tenía ganas de hacerlo otra vez, pero de otra manera.

Se acercó a la cocina, donde Moi estaba de espaldas, ya terminó de ordenar todo. Le rodeó con los brazos y le mordisqueó el cuello por detrás. Dejó que su aliento le hiciera cosquillas en la oreja viendo como la piel reaccionaba rápidamente, todos los pelos de punta, le dio la vuelta y mirando sus ojos oscuros le besó como nunca. Fue un beso tan intenso que hizo que un fuego ardiente quemara a ambos, un beso tan largo, profundo y absorbente, se pegaron el uno al otro acariciándose con ansias. Sus lenguas batallaban la una contra la otra, intentando producir el máximo placer en la boca del otro, sus manos buscando la piel del otro quemando y haciendo arder donde sus dedos iban rozando.

-Ven. -Le agarró de la mano Iván, llevándolo a su habitación. -Hoy jugamos aquí.

Y tras esto se quitó la camiseta y el pantalón flojo de estar por casa, que cayó al suelo muy rápido. Se acercó de nuevo a Moi y procedió a desnudarle, el otro se dejaba hacer con un brillo en los ojos.

-Pensé que era el único desesperado. ¿Qué pasó en el baño que vienes tan intenso?

-En nada lo descubrirás.

Le tiró sobre la cama, volviendo a besarle en la boca, demostrando cuanto le deseaba. Bajó al cuello pasando su lengua y dientes con cuidado y llegando a los pezones donde se dio un festín, mientras fue bajando por su cuerpo Moi gemía y se estremecía. Sus manos acariciaban todo ese cuerpo tan hermoso que parecía arder bajo sus dedos, siguió bajando y sus ojos se posaron con hambre en esa enorme vara que tanto placer le daba y tan orgullosa se alzaba ante él. Humedeciendo sus labios procedió a introducirla en su boca, más gemidos se escapaban de los labios de su dueño, deslizó la lengua por toda la longitud de su polla y alzando las piernas de Moi llegó a los testículos, lamiéndolos y metiéndose uno y otro en la boca con mucho cuidado. Llegó al perineo, más jadeos y grititos escuchaba, realmente estaba haciéndole gozar mucho. Se armó de valor, sin saber cómo reaccionaría e introdujo su lengua intrépida en esa zona que nunca nadie había osado profanar.

Un grito de sorpresa y placer se dejó escuchar y tratando de quitarle de ahí le empujo la cabeza, Iván solo retiró las manos y siguió lamiendo y jugando con ese punto mientras su mano masturbaba al otro, esperaba que se serenara, gracias al placer que le estaba dando. Elevó la mirada y viendo la expresión de inmenso placer decidió que ya era el momento. Se acercó a la mesilla y cogió el bote de lubricante que había comprado el día anterior, así como los condones.

Volvió a meterse la polla en la boca mientras iba incrementando los movimientos de la mamada y tras echarse lubricante en los dedos, fue introduciendo el índice lentamente. Moi ya estaba tan cerca del orgasmo y habiendo sentido la lengua antes, no parecía que estuviese sintiendo o siendo molestado por el dedo, así que introdujo el corazón. Este sí lo sintió, un fuerte gemido salió de su boca mientras los ojos rasgados y acusadores se clavaron en los ojos verdes, que le miraban con lujuria.

-Está bien. Ya verás cómo te haré disfrutar mucho. Todo está bien aquí abajo estás tragando mis dedos con mucha ansia. -Susurro mientras observaba ese culo tragarse sus dedos.

Bajó la cabeza y volvió a chupar y succionar con fuerza, Moi llegó al orgasmo, que el otro aprovechó para introducir el tercer dedo, mientras ese hermoso cuerpo se relajaba. Se tragó todo y Moi le miraba satisfecho. Siguió empujando los tres dedos dentro de esa profundidad tan cálida. Su cuerpo gritaba por enterrarse ya en él, pero quería ser paciente para no hacerle daño.

-Iván, me estás volviendo loco. Me vas a hacer esperar mucho...ufff entra ya...ahhhhh... lo tengo aceptado, te necesito dentro ya ...ahhhhh... por favor.

Iván se puso el condón y con ayuda de más lubricante fue penetrando ese estrecho canal. Iba siendo tragado poco a poco y cuando por fin la metió entera un jadeo salió de la boca de ambos. Miró a Moi preocupado, este estaba sudado e intentando acostumbrarse rápidamente a esa invasión, su polla estaba dura otra vez exigiendo atención. Iván se inclinó sobre su cuerpo y le besó en los labios, fue lamiendo su cuello mientras su mano jugaba con sus pezones y la otra acariciaba ese miembro tan exigente.

Cuando sintió que ese enorme cuerpo se relajaba y que ya le aceptaba procedió a entrar y salir de él. Cada empujón le iba sumergiendo más dentro de ese calor. Sus estocadas iban a la búsqueda de ese punto mágico que iba a hacer que su compañero disfrutara tanto como él mismo estaba haciendo. Por fin, llegó a él y siguió empujando sobre ese punto. Los dos cuerpos sudados, calurosos, encendidos y estremeciéndose de placer, no paraban de gemir, gritar y acariciarse.

Cada uno intentaba pegarse más a la piel del otro. Iván levantó más las piernas de Moi para entrar más profundamente y mientras le besaba y se tragaba el grito de este, sintió arder su espalda, sintiendo las uñas siendo deslizadas hasta su culo. Allí sintió las manos de Moi empujando para que las estocadas fueran más rápidas. Su mano no paraba de masturbar dando más velocidad a sus movimientos. Estaban llegando al orgasmo y quería que Moi se fuera antes. Cuando escuchó el grito de este y la humedad en su mano y estómago, dio más velocidad a sus caderas y tras varios empujones más, soltó un gruñido y se dejó ir. Mirando a los ojos de Moi y viendo a este sonreír como si estuviera orgulloso de él. Se acercó a sus labios y le besó con suavidad. Descanso unos segundos sobre él.

Sintió un beso en la frente y con cuidado salió del interior de Moi. Se quitó el condón y amarrándolo lo tiró a la papelera. Cogió papel del cajón y limpió lo que pudo de Moi.

-Mejor será que en unos minutos vayamos a ducharnos, ¿estás bien? ¿te dolió mucho? ¿te gustó? -Estaba preocupado, había disfrutado tanto. No sabía que pensaba Moi.

-Estuvo genial, no me hiciste daño. Supongo que ahora tendremos que jugarnos el quien da, aunque realmente gozo más dando, no me importa intercambiar posiciones a veces. ¿Tú qué dices? -Se levantó con cuidado para ir a la ducha.

-Estoy bien con el arreglo, seré el "uke" más veces que tú. Pero tomarte de vez en cuando es muy satisfactorio. -Le besó dejando que sus lenguas se acaricien.

Esta vez fue Iván quien ayudó a Moi a ducharse, quien lo secó y le llevó a la cama dejando a su lado un vaso con agua y la pastilla para el día siguiente. Tapó el cuerpo de ambos, apagó la luz y le dio un beso de buenas noches mientras Moi le abrazaba y pegaba el cuerpo de ambos. Se quedaron dormidos en segundos. 

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora