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Hoy por fin veré a Iván, hacía tanto tiempo que no nos veíamos, que estaba nerviosa. Aparte de preocupada por toda la historia que me había contado sobre Moi y él. Estaba hecho un lío y necesitaba hablar y comprender todo lo que sentía y quería para su futuro. Habíamos quedado los dos solos, en una cafetería, para tener todo el tiempo del mundo para hablar.

-Por fin llegas, moría de ganas de verte. -Le abracé con fuerza y nos dimos un par de besos.

-Estás guapísima, tienes que estar dejando corazones rotos sin parar. -Me miró sonriente.

-No creas, la del corazón roto soy yo. Que se acabó mi historia con el profesor. Pero no importa, me da urticaria hablar de eso. ¿Tú que tal estas?

-Pues hecho un asco y la mente revuelta. Ahora te cuento. ¿Te apetece un suizo? -Me miró y yo asentí- Dos suizos y dos sándwiches mixtos. Gracias.

-Siempre pedimos lo mismo, no cambiamos. Venga cuéntame qué ha pasado, solo sé lo del email.

-Verás -Empezó con la cabeza baja, susurrando y con la voz triste. -Desde ese "te quiero", solo hablamos lo que se puede decir hablar, el día antes de venirme. Le ofrecí mi habitación para sus padres y poco más. Aggg. No pensaba decirle nada, fue el momento, ni siquiera yo mismo sabía que sentía algo tan fuerte por él. Joder que no sabía que era gay o bi o lo que coño sea.

-Eso no importa, no intentes encasillarte o poner etiquetas. No es lo importante.

-Lo sé, bueno tras este mes solo, sin hablarnos y sin saber de él, pues me pregunté si me gustaban los hombres al igual que las mujeres, o solo me pasaba con Moi...y bueno...he visto a tíos con cuerpazos, otros guapísimos y demás. Pero no me agradaba pensar en besarlos ni nada. En verdad creo que solo me gusta Moi.

-Bueno eso no es malo. No puedes obligarte a que te guste nadie.

-Sí, claro. Pero me gusta él. Ahora solo quiero estar con él, ni siquiera he besado a nadie en este tiempo, no me apetece nada.

-Estas piradísimo y necesitas tiempo.

-Ahora tengo miedo. No quiero volver al apartamento, para estar como estábamos. Huyendo el uno del otro, sin mirarnos ni hablarnos. Creo que él me odia. Pero joder, que siempre que follamos, menos una o dos veces, fue porque él se me tira encima. Y no le da asco eso, ¿pero si mis sentimientos?

-No creo que sea eso.

- ¡Que no! se fue de mi cuarto y no me dijo nada más. Puso velas y música. Un ambiente muy romántico y me trata así y más siendo su mejor amigo. ¿De qué coño va?

-Creo, relájate y escúchame con tranquilidad. Tú ya sabes lo que sientes. Es obvio que sea por lo que sea, estás enamorado de Moi y que por ti empezarías una relación con él. Moi se acojonó y te trató mal. Ahora estas semanas sin ti, también estará pensando en vuestra situación.

-Si claro, pensará mucho, seguro. -No podía ser más irónico.

-Sí, claro que lo está haciendo. Pero bueno, a lo que iba. Cuando regreses. Como una persona adulta que eres, le dices que tienen que hablar y con tranquilidad le comentas que no quieres que las cosas estén así. ¿Tú quieres seguir siendo su amigo, a pesar de que no quiera nada de amigo con derechos, ni relación de pareja?

-Sí, no quiero perderle.

-Ok, pues como alguien consciente y adulto le dices que tus sentimientos son los que son. Que nos vas a repetirlos más. Se solucionarán con el tiempo, esperemos, pero que no quieres perderle, quieres seguir siendo amigos. Que será difícil al principio, pero si ponen ambos de su parte podréis volver a estar cómodos. Que, por favor, se abstenga a llevar rollos a la casa, para darte tiempo a relajar tus sentimientos.

-Lo ves muy fácil.

-Tu parte es esa. Después tienes que dejar que hable él y entre los dos llegar a algún acuerdo para manejar esto. Pero no vayas a negar tus sentimientos ni a decir cualquier mierda. Eso solo te dañaría a ti. Sé sincero y pon las cartas sobre la mesa. Es lo mejor.

-Joder, eso acojona, pero te haré caso, solo porque suena muy sensato. Vamos a comprar regalos y a divertirnos. Necesito olvidarme un rato de toda esta mierda -Iván finalizó el tema.



Las dos semanas pasaron volando, fue todo muy rápido. Ver a su familia, toda la familia, amigos, hacer compras y todo lo que estas fiestas significan. Hacía año y pico que no estaba en casa y había echado de menos todo.

Una noche que se quedó solo con sus padres cenando, hablando y viendo viejas fotos, habían estado bebiendo chupitos de ron miel y estaban sus padres especialmente chistosos, así que empezaron a burlarse y preguntarle por sus conquistas. Preguntando si las chicas se le resistían, no paraban.

-Y ¿qué pasa si no son solo las chicas las que no se me resisten? -Lo dijo en tono de broma, pero quería saber si tras la historia con Moi, si conocía a otro tío y se enamoraba, ellos apoyarían la relación o tendrían problemas.

-Ohhh cariño, estás hecho un rompecorazones ¿cómo puedes sacar esas notas tan ocupado? -Se río su madre.

-Mira así no te aburres y tienes más donde elegir. Pero si terminamos teniendo un yerno que sea bien guapo. Ahora en serio. Si es eso así, has visto que te gustan los hombres también, por nosotros no hay problema. Es tu vida y felicidad.

-Siiiii, la boda será igual de bonita -Su madre siempre ha soñado con preparar su boda, está loca.



Era día dos de enero y ya estaba en el aeropuerto recogiendo la maleta muy pesada, para pasar todos los horrorosos controles y volver al apartamento. Estaba asustado y preocupado de enfrentarse a Moi, haría caso del consejo recibido. Esperaba que estuviese allí.

Cuando al fin iba a abrir la puerta varias horas más tarde, se sintió muy triste. Las cosas iban a estar como siempre. No se oía nada dentro, así que Moi no estaba. Abrió la puerta y mientras empujaba la maleta para encender la luz, iba a darse la vuelta para cerrar la puerta cuando se quedó de piedra y blanco. El apartamento estaba decorado con globos de colores y una pancarta que decía WELCOME. Se empezó a escuchar música y entonces sus ojos se encontraron con los de Moi. Se miraron en silencio, Iván dejó salir un suspiro mientras Moi se acercaba y cerró la puerta a sus espaldas. Sintió como este le rodeaba con sus brazos, abrazándolo con fuerza.

-Por fin estás en casa. Te eché de menos. Tenemos que hablar. Espero que no estés muy cansado. -Susurro Moi al oído, tan bajo, como si temiese asustar a su amigo.

Continúa>>>

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora