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Moi se despertó al sentir el movimiento de Iván entre sus brazos. Abrió los ojos viendo el cuerpo de los dos entrelazados, la cabeza de Iván enterrada en su pecho dejando caer un poco de babas, manchando su piel un poco más de lo que ya estaba. Con cuidado se levantó y miró la hora, aún les quedaban par de horas para bajar a almorzar. Llenó la bañera de agua caliente y sales. Se acercó a la cama y con suavidad movió el cuerpo desnudo que sobre ella descansaba.

-Despierta, vamos a darnos un baño relajante. Ven al baño. -Le dio un beso en la frente, en los ojos, por el cuello.

-Ummmm... si sigues con esto, haré que me ensucies más y adiós baño. -Se estiró como un gato Iván, mientras recorría con su mirada el cuerpo desnudo de su novio. -Vamos, necesitó relajarme, me has hecho trabajar mucho estos días.

Moi se colocó en la bañera con las piernas abiertas para dejar hueco al goloso culo de su novio, que admiró mientras observaba como descendía frente a su cara y se colocaba, seguidamente Iván se dejó caer hacía atrás recostándose sobre su cuerpo. Cerraron los ojos y dejaron que el agua caliente relajara sus músculos. No hablaron, solo estuvieron recostados acariciando sus manos.

Cuando el agua comenzó a enfriarse, se enjabonaron y limpiaron de sus cuerpos los fluidos dejados tras el sexo y demás. Limpios y relajados se vistieron y salieron a dar un paseo alrededor de la casona mientras esperaban que se hiciera la hora del almuerzo.

-Antes de volver a casa en verano, deberíamos volver, esto debe ser precioso y seguro que tendrá muchas cosas divertidas para hacer -Moi sugirió mientras apretaba la mano de Iván, los guantes no eran muy cómodos para entrelazar los dedos.

-No me había dado cuenta de que te faltaron actividades y que no te habías divertido. -Irónico como siempre Iván y una sonrisa de lo más sensual dibujaba sus labios, mientras una mirada pervertida recorrió el cuerpo hasta clavarse en los ojos oscuros.

-Eres un listillo, tiéntame que te llevo al cobertizo de allí detrás y te follo hasta hacer que caiga sobre nosotros de tus gritos.

-Mira que prendes rápido la mecha, con cualquier cosa ya estas listo para follarme.

-Pues si lo sabes, para que me miras así, pareces un gato en celo...dije pareces, no te restriegues cabrón. -Una fuerte carcajada salió de los dos llenando el silencioso paisaje. -Vamos dentro, ya va a ser la hora de comer y tenemos que quitarnos todo el abrigo.

-Menos mal que es la hora, muero de hambre.

-Lo sé, se escuchan tus tripas hasta en casa de tus padres, tu madre me acaba de llamar para que te dé comida.

Mientras se picaban y bromeaban, entraron en la casona y subieron a la habitación para dejar la ropa de abrigo y lavarse las manos. Una vez abajo se sentaron a la mesa y almorzaron.



Subieron a la habitación y recogieron todas sus cosas e hicieron las maletas. En el almuerzo decidieron regresar ya, para ir tranquilos y sin prisas. Bajaron para pagar y agradecer el magnífico trato recibido, asegurando a la señora Smith que volverían en un futuro.

Cuando llegaron al apartamento estaban cansados, varias horas de carretera, más devolver el coche limpio y lleno de gasolina en agradecimiento, más que pasaron por la lavandería para dejar toda la ropa lavada y no ocuparse otro día. Cuando entraron se ducharon y con una manta se tiraron en el sillón dispuestos a no moverse.




Durante la semana, solo se veían tarde por la noche, estaban liados con los grupos de trabajo de la facultad, más el mantenimiento de la casa y distintas responsabilidades de cada uno, se les pasó la semana volando. Era viernes por la mañana y mientras desayunaban Iván miraba su móvil.

-Mira, me pregunta Ian y John si te apetece cita doble y conocerlos, sería cena y tomar algo después, por aquí cerca. Como hoy desde las dos ya estamos en casa, podemos descansar un rato y verlos a las ocho de la noche, ¿te apetece?

-No sabía que ya habías hablado de mi a tu gente.

-No, solo a ellos, son muy cercanos a mí y bueno el lunes cuando me vieron lleno de marcas y demás se sorprendieron, saben que no me gustan y que las evito. Aparte, que según ellos tengo cara de enamoradísimo así que me hicieron un tercer grado.

-Eres muy mono cuando te sonrojas, yo también estaba lleno de marcas, así que no me disculparé. Está bien me apetece el plan. Dame un beso, me voy, hasta luego.

El amor de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora