Definitivamente, las cosas se les fueron de las manos y de qué manera. Parecía que no podían estar un minuto en el mismo sitio sin besarse, tocarse o lo que fuera. Ya empezaba octubre y todas las noches dormían juntos, porque terminaban o casi. Era tan exagerado, que ambos compraron más lubricante y condones. Todos los días, besos de buenos días, besos de por fin llegas. Besos de qué ricas cocinas, besos de qué chiste más bueno. Besos de intentar ver una peli, pero terminando pasando de ella. Besos de qué sexy eres estudiando y, claro, todos esos besos terminaban con ellos desnudos, dándose placer.
Un viernes por la noche coincidieron en un pub, cada uno había salido con sus respectivos amigos y coincidieron como tantas veces, pero en esta ocasión y con las hormonas revolucionadas se encontraron en el baño, besándose y masturbándose uno al otro con rapidez y ansias como si no hubiese un mañana. En quince minutos ya estaban los dos fuera, con sus respectivos amigos y bebiendo sus cervezas, sin poder dejar de mirarse y se mandaban insinuaciones el uno al otro con el móvil.
- ¿Con quién hablas tanto? ¿Tienes otra novia? Últimamente estás muy feliz. Pareces enamorado. Ian le sonrió mientras le veía contestar otra vez.
—No, qué va, nada serio. Bueno, me voy a casa, estoy cansado. Nos vemos otro día. Recogía sus cosas y se iba despidiendo de todos. Viendo cómo Moi hacía lo mismo y se dirigía a la calle.
Ambos fueron corriendo a su casa. Nada más entrar, se tiraron en los brazos del otro, arrancándose la ropa mientras intentaban besarse. Se dirigieron al baño donde acabaron de desnudarse, se metieron en la ducha para lavarse rápidamente. Moi le dio un pico y salió corriendo a la habitación de Iván para esperarlo.
—Mía, qué atmósfera has creado —miró a su alrededor, había velas encendidas y música de fondo. - ¿Estás romántico?
- No, hombre, solo me apetecía. Siempre vamos al tema y ninguno cuidamos los detalles y por una vez quería darle otro rollo. ¿Acaso te molesta?
— No, me gusta, me siento mimado. Gracias.
Volvieron a besarse, acariciándose la piel, causando escalofríos y suspiros en el otro. Moi se sentó en la cama e Iván le puso el condón y algo de lubricante. Realmente, como lo habían hecho casi todos los días y eran más las veces que él recibía, ya no necesitaba tanta preparación, con lo que había hecho en el baño era más que suficiente. Así que poco a poco fue empalándose en ese gran falo. Era la primera vez que hacían esta postura. Lo sintió más íntimo y cercano, podría ser también por las velas y la música, pero todo parecía distinto y se sentía más unido a Moi.
Mientras se besaban, devorando la boca del otro, Moi entró del todo en esa estrecha cavidad y dejó salir un suspiro de satisfacción. Estaba tan estrecho y cálido que no sabía cuánto podría aguantar. Iván empezó a subir y bajar moviendo sus caderas mientras apoyaba sus manos en los hombros y las piernas rodeando sus caderas. Moi, con las manos en las caderas, le ayudaba a llevar el ritmo y con el vaivén. Se miraron a los ojos, gimiendo, sudando, perdiéndose en la mirada lujuriosa del otro. El ritmo fue incrementando, buscando ambos el placer que se acercaba. Moi le besó y acariciaba la de su compañero aprovechando los movimientos. Sabiendo que estaban próximos, se miraron a los ojos.
—Oh... qué... micrómetro... Moi, tócame más rápido ... Mmmm... ahhhh ... siiiiii... así que bien.
-. Iván, sí, Iván. Muévete más rápido. Me gusta cómo te mueves, sigue así. Ya llegó el orgasmo de los dos.
—¡Oh... ¡yo cuánto te amo! Dejó salir Iván, sin darse cuenta de lo que había dicho, mientras se dejaba caer sobre el cuerpo de Moi agotado. Iván notó cómo Moi salía poco a poco de su interior y le ayudaba a tumbarse en la cama, limpiándole como siempre. Apagó las velas, dejando todo a oscuras, quitó la música y cogió los papeles y demás saliendo de la habitación. Iván se tapó bien, dispuesto a esperarlo, tan complacido y feliz. Pero Moi no volvía y eso le extrañó. ¿Qué le pasaba? Llevaba mucho en el baño. Se levantó de la cama para ir a buscarle, pero vio que no estaba en el baño, estaba en su habitación y la puerta estaba cerrada. Miró sorprendido, preguntándose qué le habría pasado. Se le abrieron los ojos como platos. Le había dicho que lo amaba mientras se corría, sin darse cuenta. Entonces comprendió que esa era la respuesta de Moi a sus sentimientos, sintió cómo las lágrimas caían de sus ojos como cascadas. Fue al baño y metiéndose en la ducha el agua, se las llevaba, así como los restos de su última vez con Moi. Nada sería ya igual. Él estaba enamorado y Moi no. Era todo así de sencillo.
Era tarde y no podía dormir. Llevaba desde que se había dado cuenta de que algo raro le pasaba con Moi, sin hablar con su ex. Solo una vez, en septiembre, tras acostarse por primera vez con Moi y estar hecho un lío, le pidió espacio y ella se lo dio del todo. Al no poder dormir y solo poder pensar en lo que había pasado, fue cuando se sentó a escribir el más largo de todos los emails y mandarlo para saber qué opinaría ella de lo que él debía hacer.
Al día siguiente, se vistió rápido para irse. No quería ver la cara de Moi. Pero cuando fue al baño para terminar de arreglarse, se encontraron en el pasillo. Ninguno de los dos se atrevió a mirar al otro a la cara. Moi se encerró en su habitación e Iván se fue al baño y después a clase.
Las siguientes semanas no se vieron casi nunca. Estaban liados con los proyectos, trabajos y exámenes. Se acercaba Navidad e Iván volvía a casa por esas dos semanas; por otro lado, Moi se quedaba, ya que sus padres vendrían a pasar las fiestas con él.
-Me encargaré de dejar mi habitación perfectamente limpia y ordenada. Que se queden ahí, tendrán espacio para dejar sus cosas y estarán cómodos. No me importa, en serio, sabes que adoro a tus padres. Dijo Iván sin mirar a Moi, era la primera vez que hablaban desde aquella noche. A veces se escribía algo respecto a la compra o la casa. Pero desde aquella noche no llegaba ni al segundo de estar el uno frente al otro. —Me voy mañana por la tarde, así que tengo tiempo para dejarles todo bien y cómodo.
— Vale, de acuerdo. Eres un cabezota. Muchas gracias. La respuesta llegó en un susurro nervioso y también rehuyendo la mirada. -Espero que lo pases muy bien, saluda a tu familia de mi parte y nos veremos el año que viene. - Sonó con un deje de tristeza que hizo que Iván levantara la vista para mirarle.
-Sí, seguro me divertiré, es más, coincido con mi ex y ya sabe a par de fiestas que quiere que vayamos. Será divertido. No vio nada raro en su cara mientras le contestaba. Serían cosas suyas. ¡Qué duro era, cómo podía seguir tan loco por él! El sonido de su voz y su olor estaban haciendo que se excitara. Hasta aquella noche nefasta ni se masturbaba de lo triste que estaba.
Le había contado todo a su ex. Esta le llamó al día siguiente, habían hablado de todo y, como sabían que en poco se verían, le aconsejó que se volcara en los estudios. Cuando se vieran de nuevo, hablarían y le ayudarían a pensar qué hacer con la situación y con Moi. Eso estaba haciendo y esperaba como agua de mayo estar ya en casa, abrazado a ella y llorando.
-Bueno, voy a empezar a arreglar mis cosas. Ten buenas fiestas y hasta el año que viene. Le dijo bajito, mirando al suelo, y se dio la vuelta para ir a su dormitorio.
—Igualmente y gracias por todo. —dijo a su vez Moi. Cogió las llaves y el móvil saliendo. Esa noche no dormiría en casa. No podría soportarse. Era un cretino y lo sabía.Continúa>>>
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El amor de mi ex
RomanceFINALIZADO Éramos amigos, de repente todo esto sucedió. Ahora que hacemos, seguimos igual o nos replanteemos todo. Esta novela tiene contexto para adultos y bl si no te gustan estos temas no entres. NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES BL, chico x chico, yaoi...