Capítulo 3

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Se sentía cómodo en la absoluta oscuridad, incluso cuando era atacado.

Escuchó el sonido acuoso cuando su garra encontró carne seguida del duro golpe de un cuerpo contra el suelo. Sintió su mano cálida y mojada. Soltó una maldición al saborear la sangre en su garra solo para sentirla corrupta. No podía haber sucedido de nuevo. Su cuerpo no tardaría en castigarlo por cometer semejante error.

De mala gana encendió una vela solo para ver el cuerpo de la chica delante de él. Humana, joven, muerta. Bien muerta. La Agencia no estaría nada contenta si alguna vez se enteraba de ello. Su mirada estaba vacía, el corte en su cuello era profundo y sangre negra salía de este, el cuerpo definitivamente llevaba varios días descomponiéndose. En su defensa, lo había atacado primero.

Nix resopló y dio por terminado su intento de meditación. Compartir bóveda con otros dos brujos estaba comenzando a ser más costoso de lo que había imaginado. Cogió un cuchillo y comenzó a cortar los símbolos adecuados en el cuerpo de la humana mientras internamente solo podía pensar en matar al nigromante responsable si eso llegaba a joder su trato con la Agencia. Los humanos eran limitados, de seguro lo culparían de matar algo que ya estaba muerto.

Para el momento en que terminó, el cuerpo se había reducido al tamaño de una muñeca y él la metió en el bolsillo de su chaqueta. Que otro limpiara ese desastre, ya tenía suficiente con ocuparse del muerto. Alguien tendría que deshacerse de la sangre, Nix no era especial fan de los productos de limpieza por su intenso aroma. Menos en un lugar tan pequeño y cerrado.

Se suponía que el trato fuera beneficioso, dos hechizos a cambio de un tercio de la propiedad. Ahora, mientras subía los escalones a la superficie, no podía dejar de preguntarse si no sería mas beneficioso matar a sus dos socios.

La ciudad de Edinburgh era una pequeña joya maldita dentro del vasto mundo humano. La llamaban la ciudad de los fantasmas, aquello había sonado lo suficientemente oscuro y relacionado con la muerte como para darle una oportunidad. Nix no se arrepentía de la decisión. Su parte antigua era tan pequeña como para recorrerse en un día, llena de pasadizos y laberintos de calles que él había aprendido a disfrutar por sus oscuros escondites. Anochecía temprano, amanecía tarde, casi no había movimiento de automóviles por lo que el silencio era relajarte. Su historia estaba marcada por muertes tortuosas, canibalismos, monstruos, y la oscuridad impregnaba cada piedra de la ciudad antigua. Y para su magia, aquello era como un soplo de aire nuevo comparado con Washington.

El problema estaba en que los humanos adoraban las historias de fantasmas, y allí eran más supersticiosos de lo que había imaginado. Los cementerios tenían tumbas selladas con rejas para evitar saqueos. La esencia oscura atraía a otros brujos que disfrutaban de usar magia prohibida por la Agencia. Los agentes eran expertos en cuanto a magia negra. La diosa guardaba silencio.

La zona estaba llena de bóvedas subterráneas donde humanos habían vivido y muerto siglos atrás, sus muros de piedra impregnados de tanto dolor y sufrimiento como para que su magia vibrara inquieta cada vez que los visitaba. Había adquirido la bóveda junto con otros dos brujos, cada uno reclamando uno de los tres habitáculos que incluía. El techo era bajo, la humedad reinaba, pero era oscura y había silencio, y Nix lo encontraba un buen lugar para intentar escuchar a la diosa. Lamentablemente, uno de sus compañeros disfrutaba de practicar magia de muerte en humanos, y ya era el tercer cuerpo que se le lanzaba encima.

Era de noche fuera. Cerró la puerta, tan discreta como cualquier otra en la calle. Los humanos pasaban sin imaginar que muchas entradas llevaban al laberinto subterráneo. Algunos pocos lo sabían, aquellos que con ansías seguían a quien aseguraba ser una médium en medio de un tour de fantasmas. Uno de sus socios había propuesto empezar a lucrar de ese modo, usando su bóveda como atracción turística. Nix no había vendido dos hechizos para que su cuarto de meditación fuera una sala de divertimento humano.

El ladrón de palabras (trilogía ladrones #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora